La lechería mundial viene cambiando fuertemente durante los últimos años. En
todo el mundo, son cada vez menos los productores lecheros, ya que el requisito
indispensable es tener escala, eficiencia y buena productividad. El número de
cabezas de ganado lechero en general ha disminuido, pero la producción ha
aumentado.
El consumo mundial de productos lácteos ha cambiado sensiblemente en los
últimos años. Aunque todavía hay leche en el 85% de las heladeras de los Estados
Unidos, el consumo de leche fluida cayó un 40% desde 1975 a hoy y un 30% del 96
a hoy. El consumidor de países desarrollados, y de algunos países emergentes que
importan productos lácteos, está cada día más preocupado por la calidad de los
alimentos y por conocer el origen de los productos que consume. Quieren cada día
productos más naturales, menos procesados, sin ingredientes artificiales, más
nutritivos, de buen sabor y que provengan de sistemas de producción
sustentables. Grandes empresas procesadoras de leche en EEUU, que no han podido
adaptarse a lo que los consumidores demandaban han ido saliendo del negocio
(Dean Foods y Borden Dairy a fines del 2019 por ejemplo) y seguramente esto
continuará pasando si no se reinventan. Lo mismo ha ocurrido en otras industrias
y la lechería no es la excepción.
Demostrando el enorme potencial que tiene el negocio de bebidas lácteas, a
principios del 2020, Coca Cola ha decidido ejercer la opción de compra de la
totalidad de Fair Life (marca de leche ultrafiltrada creada por la cooperativa
americana Select Milk Producers) para seguir innovando en la elaboración de
nuevas bebidas lácteas. Otras grandes como Kroger y Walmart se están integrando
verticalmente para tener el control desde las vacas hasta la venta al público.
Nestlé está trabajando fuertemente en leches especiales que ayudan a los
niños en la primera etapa después de la lactancia materna, leches que ayudan al
desarrollo físico e intelectual, fórmulas infantiles, leche orgánica y leche A2
(de más fácil digestión) etc. La demanda mundial de muchas de estas leches no
está cubierta y es probable que cuando pase la pandemia la tendencia en el
cambio de consumo hacia este tipo de productos especiales, se acentúe.
Argentina, como país, debería definir qué tipo de productos lácteos quiere
exportar, si solo un commodity como la leche en polvo, o incluir productos de
mayor valor agregado como, distintos tipos de quesos, leches especiales etc. La
manera como se vende la leche en el mundo está evolucionando hacia productos
cada vez más especializados y de mayor agregado de valor y seria excelente que
nuestro país pueda jugar ese partido. Para eso las industrias lácteas tiene que
innovar fuertemente en la elaboración de nuevos productos que sean lo que los
consumidores van a querer consumir en el futuro. Hasta hace poco tiempo los
consumidores compraban lo que las empresas lácteas producían, hoy se busca
producir lo que los consumidores quieren y el desafío a futuro es anticipar lo
que van a consumir e innovar en procesos de producción, packaging y marketing
para ofrecer al consumidor esos productos.
Desde que se dictó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) en
Argentina, a partir del 20 de marzo de este año a causa del COVID-19, el sector
lechero como tantos otros, ha sufrido grandes cambios que van desde la vaca al
consumidor. Afortunadamente esta cuarentena llegó en un momento en el cual el
negocio lechero venia de varios meses de buenos resultados.
Los cambios se han dado tanto en el mercado de leche como en la vida de los
productores y empleados de empresas lecheras.
Por el lado del mercado interno de leche se vió que el consumo del canal
HORECA de Capital Federal (Hoteles, Restaurantes y Catering) se desplomó y
varias Pymes bonaerenses (principales proveedoras de mozzarella para las
pizzerías de CABA) vieron afectada su capacidad de subsistir e incluso alguna
tuvo que cerrar sus puertas. En promedio sufrieron una caída del 40% de la
facturación. El caso de las pymes de Santa Fe y Córdoba fue muy distinto, la
mozzarella que producen va principalmente a exportación y al quedarse la gente
en sus casas, aumentó la demanda doméstica de otros quesos y de leche fluida.
En términos globales, el consumo de leche cayó de 182 litros por habitante
por año en el 2019 a 178 litros en este año. Si se cumple el pronóstico de
producción anual de leche que da el analista lechero Marcos Snyder (Dairylando),
vamos a cerrar un año 2020 con un 2-3% de aumento respecto al 2019. En los
primeros 3 meses del año llevamos un aumento de casi el 9% versus 2019 y se
espera que la primavera sea al menos igual a la del 2019. El 80% de la
producción nacional se consume en el país y, generalmente, en primavera, ese 20%
que va hacia el exterior vía exportaciones pasa a ser un 30%. El exceso de leche
saldría del país vía exportación, pero en lugar de salir a 3300 USD la tonelada
de leche en polvo, hoy el valor ronda los 2700 USD.
Desde la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba)
estiman que con el aumento de producción de primavera va a sobrar leche y el
precio al productor podría bajar en moneda constante. En una nota que el diario
La Nación le realizó a su presidente, Matías Peluffo, el mismo comentó que
buscan que se habilite una línea de crédito para almacenar la producción como
leche en polvo en las industrias y luego, una vez que mejore la situación, se
exporte a un precio razonable.
Con un precio de la leche en polvo más bajo en dólares que en el 2019, un
consumo mundial que todavía no ha rebotado post pandemia y una primavera donde
la producción nacional va a superar al consumo interno como lo hace todos los
años, los productores tienen que trabajar muy fuerte en lograr cada día más
eficiencia para contrarrestar una posible baja del precio del litro en moneda
constante. No van a poder darse el lujo de tener en sus tambos animales que no
transformen alimento en leche con la máxima eficiencia posible. Hoy más que
nunca es momento de afinar el manejo de las áreas clave que determinan el éxito
del negocio lechero. Estas son la reproducción, la alimentación, el manejo de la
salud del rodeo, el confort animal y el desempeño de los tamberos. Deberán
maximizar los litros libres de alimentación y controlar muy de cerca los demás
gastos para poder tener márgenes positivos durante la próxima primavera.
Es muy importante también que los empresarios transmitan tranquilidad a sus equipos de trabajo en estos momentos y que les den todas las herramientas para que ellos y sus familias puedan cuidarse de la mejor manera sin correr mayores riesgos. Más que nunca hay que estar cerca de ellos, escucharlos y asistirlos en lo que se pueda para pasar esta pandemia trabajando todos de manera coordinada con el mismo objetivo.
Fuente: www.producirconservando.org.ar