En febrero, mes en que la pandemia del coronavirus impactó con mayor fuerza en China, las compras de carne de ese país a la Argentina sumaron sólo 29.000 toneladas, con una caída de 12% interanual.
Sin embargo, en marzo comenzó la recuperación de la demanda del gigante asiático que en ese mes adquirió 43.000 toneladas de carne argentina enfriada, congelada y procesada, 34,4% más que un año antes; y en abril, volvió a aumentar sus compras a 54.000 toneladas, con un crecimiento interanual de 25,6%.
“En términos de volumen, luego del piso tocado en febrero, las compras chinas
crecen en abril por segundo mes consecutivo superando las 54.000 toneladas,
nivel que, meses atrás, lo ubicábamos dentro de un terreno ‘optimista’ en
nuestras proyecciones”, destacó el análisis realizado por la analista de Rosgan,
María Julia Aiassa.
Asimismo, indicó que se esperaba “ver una China volviendo a comprar a valores sensiblemente inferiores a los récord de finales del 2019 (de US$ 7.500 la tonelada), aunque manteniendo como piso los niveles convalidados a igual fecha del año pasado”, que fueron de alrededor de US$ 4.500.
Sin embargo, precisó que “la realidad marca que durante los últimos dos meses China viene comprando a promedios de entre US$ 250 y US$ 300 por debajo de lo pagado un año atrás”.
En consecuencia, sostuvo que “el problema central no pasa tanto por el volumen de ventas, sino por los precios que nuestro principal cliente está dispuesto a pagar”.
Puntualizó que “en 2019 este gigante llegó a comprar el 75% del total de
carne vacuna exportada por Argentina”, y remarcó que “durante el último mes, en
un mundo ya muy diezmado por los efectos de la pandemia, las compras chinas
llegaron a computar el 83% de participación, posicionándola indiscutiblemente
como el principal responsable de la performance exportadora nacional”.
“Sucede que China, ni lerdo ni perezoso, no cesa ni por un instante de negociar. Mientras el mundo aún se encuentra lidiando por controlar la pandemia, el gigante asiático parece estar más fortalecido en relación con un año atrás, en plena crisis de abastecimiento a causa de la fiebre porcina”, subrayó el análisis.
Sostuvo que “si bien el faltante de carne en China sigue siendo un problema vigente, post pandemia la realidad es que este impase comercial ha devuelto otro comprador al mercado, mucho más racional, estratégico y menos caótico que un año atrás”.
Fuente: El Economista