Esta medida revela el desconocimiento de esta producción por parte del funcionario y de una actitud que va contra la provecho del Estado que sobrevive –o al menos así pudo hacerlo hasta ahora- debido a las retenciones y demás aportes del campo. Incluso podría considerarse vio-latoria del derecho de igualdad ante la ley al otorgarse a otras producciones sin este tipo de requisito.
Debido a la pandemia el Estado decidió otorgar créditos subsidiados a una Tasa Nominal Anual del 24%, o sea más baja que la inflación, con la clara idea de que la reciba quien la nece-site; hasta ahí el concepto es correcto, pero el espíritu de la implementación -o sea la determi-nación de lo que es “necesidad” y de lo que es “ganancia”- por parte del BCRA al dictar esta comunicación denota falta de profesionalismo.
En efecto, la producción agrícola está basada en una cosecha o a lo sumo dos en un ciclo agrí-cola normalmente un poco más largo que el ciclo anual. Durante este tiempo el productor tiene que, pagar salarios, impuestos tasas y contribuciones tanto nacionales como provinciales o municipales, mantener la sanidad de la tierra con los cuidados fitosanitarios necesarios, comprar la semilla e insumos para la próxima cosecha, preparar la tierra, sembrar, cuidar el sembrado fumigando, etc., cosechar, y seguramente me estoy olvidando de algún otro gasto que deba efectuar o usar dicho grano para alimentación de ganado. Aparte de ello el productor y su familia deben vivir con el producido de la cosecha anterior.
Considerando los gastos anteriores, si el CEO de una empresa, no necesariamente agropecua-ria, que reciba un ingreso anual por su producción, hiciera una previsión presupuestaria de sólo el 5%del ingreso anual, difícilmente dure mucho en su puesto o la empresa sobrevida, ya que la previsión debía ser muy superior a tal porcentaje, ello con más razón si se considera la in-seguridad absoluta de la actividad agropecuaria en la Argentina, que siempre está pendiente de nuevas gabelas (como el impuesto municipal de Castelli por el Covid19), aumento de la retenciones o cualquier otra exacción que el gobierno en sus tres niveles le exija¸ aparte de otros imponderables como son los problemas climáticos.
Pretender que el productor liquide su previsión para poder acceder al crédito es someterlo directamente al naufragio, en especial porque el BCRA también ha desvalorado el ahorro en Pesos al bajar la Tasa de Interés Pasiva a porcentaje inferiores a la inflación, por lo que atesorar esa moneda es directamente licuar el poder adquisitivo del dinero (si es que el Peso aún puede considerarse de esta forma).
Considerando la necesidad de divisas que tiene el Estado lo lógico hubiera sido una reunión con los referentes del agro para exponer su problemática y buscar con ellos una posible cola-boración, sin embargo el Estado obró en la misma forma que con el manejo de la deuda ex-terna donde también impuso su pretensión de solución sin la intervención de los acreedores.
El diálogo, aparte de evitar el stress que genera la exigencia -casi diría al sometimiento- que impone una de las partes, permite obtener alternativas de solución que generalmente son su-peradoras a las ideas que son unilateralmente impuestas.
Luego de esta cuarentena el daño que habrá sufrido el país será colosal, es mejor que apren-damos el diálogo y la comprensión para remediar los problemas que vendrán, y sobre todo soluciones de entendidos, que a los funcionarios les resultan casi imposible conocer ya que los productores, ya sea rurales o de otras actividades, las han aprendido en base a años de realizar su actividad con pasión profesionalismo y hasta a veces con necesidad.
Es bien conocido el viejo refrán que dice “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”, ya sea con el tema aquí tratado, con las retenciones, los precios máximos o los aumento de impuestos, tratemos de no darle la razón al proverbio.
Por Javier Reigada E.
Fuente: Reigada & Borda – Abogados -