En un contexto de crisis del sector vitivinícola en Mendoza, un grupo de productores familiares se acercaron al INTA en busca de asesoramiento técnico y mediante el Programa para Productores Familiares (Profam) optaron por una nueva alternativa: la producción de huevos agroecológicos.
Alejandro García –extensionista del INTA Rivadavia, Mendoza– se refirió a la necesidad de los ocho productores familiares de la localidad mendocina de Rivadavia de reconvertirse. “Esta demanda surgió en 2014, a partir de la crisis del sector vitivinícola en la región”, explicó quien detalló que, de la mano del Programa para Productores Familiares (Profam) del INTA el grupo Granjeros se diversificó y creció.
“Los acompañamos desde el principio en la mejora de su infraestructura que complementamos con asistencia técnica y logramos un cambio en el tipo de gallinas, su alimentación y sanidad para, luego, aumentar la eficiencia en la producción”, explicó García.
Y detalló: “Los productores iniciaron la producción de huevos con un promedio de 25 gallinas y hoy cuentan con 200”. Además, producen de manera agroecológica, es decir, sin insumos químicos y mucho maíz, lo que provee a los huevos de un color y una calidad diferenciada, muy buscada y valorada por los consumidores.
El PROFAM es el Programa para Productores Familiares creado por INTA destinado a integrantes de la comunidad rural con la finalidad es asistirlos para que inicien un proceso de cambio en su organización y mejoren sus habilidades productivas, de gestión y comercialización. Este fue caso del grupo Granjeros de Rivadavia en Mendoza que nos cuentan su experiencia.