Hace más de trece años que la Roya anaranjada es resistente a la familia de los triazoles. Hace exactamente un año, una investigación encabezada por el fitopatólogo Marcelo Carmona evidenció la resistencia de Mancha amarilla a los triazoles y estrobilurinas. Por estos días, cuando todavía no ha comenzado la siembra de trigo, en algunas regiones ya se encuentran trigos guachos con pústulas de Roya anaranjada.
El panorama sanitario del trigo se vuelve clave esta campaña y dentro de él, el aumento de enfermedades resistentes a fungicidas. Por eso, el tema fue eje de la presentación realizada por Andrés Fabbris, gerente de fungicidas e insecticidas de UPL, en el marco de la jornada online "A Todo Trigo 2020", organizada por la Federación de Acopiadores.
A pocos días del comienzo de una nueva campaña de trigo, las buenas perspectivas climáticas y el mejoramiento de la relación insumo-producto hacen prever unas 6.800.000 hectáreas del cereal. "Pero todo hace pensar que las enfermedades volverán a ser protagonistas", comentó Fabbris al presentar la paleta de insumos y soluciones específicas que UPL dispone para trigo.
Entre ellas se destaca Tridium, el único fungicida triple mezcla, multisitio y sistémico del mercado, que no sólo permite un eficiente control de enfermedades, sino también un manejo de las resistencias. ¿Por qué? Tridium está compuesto por tres principios activos: Azoxistrobina, Tebuconazole y Mancozeb. Este último es la pieza clave del producto porque actúa en seis diferentes sistemas de la célula del hongo al mismo tiempo, dificultando la aparición de mutaciones. "El Mancozeb es una herramienta ideal para romper con la resistencia o al menos retardar su aparición en el tiempo", remarcó el especialista.
El fenómeno de las resistencias es una preocupación creciente entre los productores, quienes han percibido durante las últimas campañas que las habituales mezclas de estrobirulinas y triazoles ya no ofrecen la misma respuesta y desempeño que en el pasado. En ese sentido, Fabbris apuntó que Roya anaranjada y Mancha amarilla, las dos enfermedades que han ganado más terreno en las principales zonas trigueras del país, ya son inmunes a ciertos principios activos.
Según el relevamiento que RAVIT (Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica) viene haciendo en el sudeste de Buenos Aires con el apoyo de UPL Argentina y la participación de productores, las consultoras Expandit y Viento Sur, más del 70% de los productores entrevistados colocan a la Mancha amarilla como la principal enfermedad de la zona. Sin embargo, el 75% sigue apostando a una mezcla de estrobilurinas y triazoles para su control.
"Se trata de un verdadero choque de ideas, porque por un lado la Mancha amarilla aparece como una gran preocupación entre los productores, pero se sigue eligiendo una herramienta que ya no funciona para frenarla. De esta manera, hay riesgo de perder las pocas soluciones químicas que nos quedan. Creo que hay que visibilizar este tipo de cuestiones para que el cultivo siga siendo redituable y sustentable en el tiempo", aseguró Fabbris.
El ineficiente control sobre mancha amarilla se replica también en roya anaranjada, donde según indica el informe elaborado por RAVIT, el 76% repite la fórmula de estrobilurinas y triazoles. "Allí se crea la tormenta perfecta, porque en realidad el triazol ya no ejerce ningún tipo de efecto. Entonces es la antesala a que por presión de selección también se genere resistencia a estrobilurinas. Por eso nos parece que Tridium significa un gran avance en torno a esta problemática porque permite que las otras herramientas químicas continúen siendo eficaces", explicó.
El nuevo fungicida ha sido testeado en 43 ensayos, varios coordinados por fitopatólogos referentes, y no sólo ha demostrado eficiencia en el control de enfermedades sino también impacto en la mejora de rendimientos. "Se observa una hoja bandera de mayor longitud y ancho así como también un color verde intenso que se traduce en un mayor rendimiento", aseveró Fabbris.
En A Todo Trigo online, UPL también presentó sus soluciones para el inicio del cultivo. Vitavax Flo TS es un fungicida para tratamiento de semillas. Además de poseer un amplio espectro de control en enfermedades presentes en el suelo y semillas, estimula el crecimiento del trigo por su efecto "Inner Force".
En tanto, el Biozyme TF forma parte de la amplia paleta de bioestimulantes de la compañía y su uso se recomienda en la etapa de siembra del cultivo. "Lo que hace básicamente es promover un aumento en la síntesis de hormonas propias de las semillas para mejorar la implantación del cultivo. Provoca un mayor desarrollo radicular y eso permite que la planta tenga un mejor anclaje al suelo, mejorando la captación de agua y nutrientes", finalizó Fabbris.