Liderada por la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV UBA), con la participación de la Facultad de Medicina UBA, la investigación tendrá como base el concepto de "UNA Salud", dado que un gran porcentaje de las enfermedades infecciosas del hombre son zoonosis, afectan tanto al hombre como a los animales. Por eso, el control debe realizarse planteando acciones sobre la línea: ser humano – animal – ecosistema.
"Fuimos muy afortunados en ser seleccionados por la Agencia, entre más de 900 proyectos. También es relevante que se haya subsidiado un proyecto que propone estudiar virus en animales, pues el origen de esta enfermedad estuvo en coronavirus de murciélagos y quizás también en otra especie intermedia, es decir, infecto a otro animal y ese infecto a su vez al humano. Esto enfatiza el importante rol del veterinario y dentro de ellos a los que hacen virología por lo cual nos alegra que esto haya sido apreciado en nuestro proyecto", afirma Ana Bratanich.
La investigación se centra en el campo de la evolución viral, al analizar secuencias de SARS-Cov2, en animales potencialmente infectados, en un nicho donde interactúan camélidos, roedores y murciélagos.
El proyecto no apunta a la cura o el desarrollo de una vacuna para el Covid-19, sino que aspira a prevenir los eventos de saltos intra-especies, identificando las especies infectadas con variantes virales que puedan representar un peligro potencial para tratar de reducir o cuidar el contacto con el animal transmisor. "Todo esto ayuda a entender los mecanismos que estos virus utilizan para infectar otras especies y qué potencialidad tienen de infectar humanos", explica Bratanich.
Los ejes de la investigación
Es sabido que las especies generadoras de las variantes que dieron origen a los coronavirus de múltiples especies son animales, murciélagos y aves. Estas especies están infectadas persistentemente, y producen virus sin manifestar síntomas; debido a esa característica pueden infectar repetidamente a otras especies con las que están en estrecho contacto.
"Alguna de esas infecciones puede representar, como lo son generalmente, un dead end o accidente biológico, evento que no cumple un rol en la epidemiologia del virus. Pero en otros casos ─los más peligrosos─ estas variantes pueden adaptarse al nuevo huésped y éste convertirse en una nueva especie persistentemente infectada", expresa Silvia Mundo.
La identificación del virus se realiza a partir de la amplificación de su material genético, mediante muestras de hisopados de las vías respiratorias, excreciones o secreciones y suero o, ─en el caso en que no se encuentre en estado inicial de viremia pero que la haya padecido─ a partir de la repuesta inmune que induce en el animal infectado.
"Por eso hemos propuesto estudiar la población de coronavirus en dos nichos biológicos; uno silvestre, donde estaremos en la búsqueda de potenciales eventos de saltos de especie como el caso recientemente descripto de un coronavirus potencial recombinante humano/murciélago/ alpaca. Y, por otro lado, y dada la importancia del número de casos en los seres humanos en los conglomerados urbanos y la íntima relación con sus animales de compañía, los consideramos a ellos como otro hot-spot, donde pueden darse contagios, y trabajaremos con la misma metodología", detalló Silvia Mundo.
Murciélagos, llamas, alpacas, vicuñas y guanacos
En el caso de los animales silvestres, la elección se basó en el número de animales y la existencia de este nicho de interacción, representado por especies que cohabitan con otras persistentemente infectadas con coronavirus – murciélagos – en diferentes zonas de la provincia de Jujuy, en el NOA Argentino, camélidos sudamericanos ─llama, alpaca, vicuña y guanaco─, y algunos roedores.
La obtención de las muestras estará a cargo de los especialistas Marcelo Miragaya, Alejandro Ferrante, de la Cátedra de Teriogenología de la FCV UBA, y Sergio Bracamonte, del Ministerio de Ambiente de la provincia de Jujuy, con amplia experiencia en el trabajo con estas especies.
Para el estudio de los animales de compañía o domésticos se tomarán muestras de los animales que concurren al Hospital Escuela de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA, bajo la dirección de su responsable, Adriana Duchene. También se extraerán muestras de animales de compañía de pacientes humanos Covid-19 positivos, atendidos en el Hospital de Clínicas "José de San Martín".
Procesamiento de las muestras
Las muestras provenientes de ambos grupos de animales (hot-spots) serán analizadas en la cátedra de Virología bajo la Dirección de Bratanich, mediante la aplicación de técnicas de biología molecular específicas para la detección de un amplio rango de coronavirus.
Al mismo tiempo, a través de colaboradores en el exterior a cargo del Daniel Pérez, de la University of Georgia, USA, las muestras podrán ser evaluadas con técnicas de Next Generation Sequencing lo que permitirá identificar la presencia de nuevos coronavirus y virus de otras familias virales.
El desarrollo de los diferentes test serológicos para la búsqueda indirecta del estado de infección en los animales silvestres y domésticos se realizarán en la cátedra de Inmunología, bajo la dirección de Silvia Mundo.
"Por su experiencia en la interacción humano-animal de reservorios, los análisis de los resultados estarán a cargo de Gabriel Capitelli, desde la cátedra de Biología, de la Facultad de Medicina UBA. Se harán con el objetivo de identificar la posibilidad de desarrollo y circulación de especies virales en estos nichos.
Asimismo se comprobará la factibilidad de utilizar técnicas serológicas para identificar circulaciones virales entre las especies ampliando el margen de viremia como único dato de infección", explicó Mundo.
"Además podremos comparar nuestros hallazgos con estudios semejantes en otros continentes. Para finalizar el estudio, se realizará una modelización informática de los patrones de comportamiento de interacción interespecie, a fin de mapear las potenciales vías de pasaje del virus, como diagnóstico de situación actual y prevención futura para los ecosistemas estudiados y se evaluará la posibilidad de extrapolar estos datos a nuestro país", enfatizó.
¿Para qué?
Todos los conocimientos generados durante este proyecto son imprescindibles para el diseño de estrategias de control, entendidas como las mejores acciones de prevención en las especies silvestres y domésticas que intenten evitar la dispersión y el salto del virus entre especies.
Los resultados a obtener permitirán identificar la presencia de este virus y otros similares en la población animal, tanto de la fauna silvestre como en los animales domésticos. La presencia viral se identificará en forma directa (buscando el material genético de las partículas virales) y en forma indirecta (por la respuesta inmune que se induce en el animal).
Esto facilitará conocer el comportamiento del virus en la vida silvestre donde los investigadores esperan poder identificar la especie "centinela" entendiendo a aquella que porta el virus y lo mantiene en el ecosistema; y en la vida doméstica, podrán identificar el comportamiento viral en esta interacción estrecha con el hombre responsable y conviviente con los animales de compañía. Finalmente, se apuntará a obtener evidencias científicas que permitan realizar recomendaciones sobre procedimientos de manejo y prevención.
Fuente: Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV UBA)