Ayer, los coordinadores nacionales del Mercosur volvieron a verse las caras. Por Zoom, cuanto menos. Argentina explicó mejor su posición y los otros escucharon. Más importante aún, aceptaron. Quienes quieren acelerar los TLC’s (sobre todo Brasil y Uruguay) deberán ser más pacientes. Las negociaciones, aclaran ante El Economista, siguen, pero con otros pasos: estudios de impacto y ronda de consultas con el sector privado.
El comunicado de Cancillería, despachado tras el mitin, dijo: “Argentina presentó formalmente la propuesta, anticipada el martes pasado, para que el bloque avance en conjunto en las negociaciones comerciales teniendo en cuenta la defensa de su tejido productivo y el empleo. En una constructiva reunión, la iniciativa fue valorada por los socios del bloque que hicieron alusión a su claridad y realizaron consultas específicas. Estas preguntas fueron respondidas en el marco de la videoconferencia y se acordó un nuevo encuentro el próximo martes 12 de mayo con el objetivo de continuar avanzando en la agenda externa”.
En su intervención el coordinador de Argentina, Secretario Jorge Neme, destacó que el Mercosur debe estar conectado con el mundo, con flujos de inversiones, de transferencia de tecnología y con los mercados globales, pero protegiendo sus sectores sensibles, el trabajo y la creación de valor agregado en la región. No se trata, sostuvo Neme, de una apertura frívola que exponga su estructura de producción a la competencia externa.
“La situación económica internacional presenta un panorama de incertidumbre, con indicadores a la baja en las economías desarrolladas y una fuerte caída del comercio. Argentina se enfrenta al desafío de normalizar la enorme deuda externa heredada y niveles muy críticos de su actividad económica”, añadió Cancillería.
Asimismo, Neme informó a los socios del Mercosur que el canciller Felipe Solá suscribió el miércoles un convenio con el Rector de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Alberto Barbieri, para realizar estudios que midan el impacto socioeconómico de los acuerdos de comercio en nuestro país en función de la demanda realizada en ese sentido por los representantes de los sectores productivos nacionales, y ofreció la posibilidad de hacer acuerdos con universidades de los países de la región para hacer esos estudios en conjunto.
Entre otros puntos, la delegación de Argentina destacó que las negociaciones comerciales con la Unión Europea y EFTA se encuentran en su etapa final mientras que para los demás escenarios de negociación -Corea del Sur, Singapur, Canadá y El Líbano– corresponde avanzar conjuntamente pero protegiendo a los sectores vulnerables de la economía Argentina. Según averiguó El Economista, el caso coreano es el que más preocupa y no descartan “no jugar” en algún capítulo de esa negociación, por ejemplo, en el caso de los bienes.
En ese marco, Neme reiteró el interés argentino en ampliar sus oportunidades comerciales con los países de América Central. Asimismo, consideró imprescindible profundizar la agenda interna del Mercosur, elemento clave para el desarrollo de la competitividad de los países del bloque y su proyección internacional.
“Debemos abordar todos los desafíos de manera conjunta, tal como lo hemos hecho en innumerables ocasiones a lo largo de treinta años: como países hermanos, como socios, como un bloque que aspira a profundizar no solo su integración comercial sino también sus lazos económicos, políticos y culturales”, concluyó el funcionario. Armonía hasta nuevo aviso.
Fuente: El Economista