¿Qué dudas pueden quedarnos sobre las enormes consecuencias que la pandemia está ejerciendo sobre el mundo entero?
Ninguna. Sabemos que son -y serán por unos cuantos meses- terribles. Pero no sabemos la dimensión del problema. La angustia con la que vivimos nace de la falta de certidumbre.
Hoy todo resulta incierto. Impredecible. Sin embargo, dentro de este cuadro, ciertamente cruel, quienes están ligados a la producción de alimentos, podrían ser los menos afectados. Nadie duda de la gravedad del problema en el sector agrícola; pero justo, es decirlo, mucho peor será (y ya es) para otros.
La producción agrícola tiene una gran fortaleza: está más familiarizada con la incertidumbre. Es una cuestión usual la variabilidad de precios internacionales, el problema climático y muy especialmente la sorpresa de políticas internas discriminatorias, con enorme aleatoriedad y discrecionalidad.
Antes de entrar en este punto, les propongo una mirada rápida sobre la situación económica del país.
El virus hizo su entrada a nuestro país, no precisamente, en un buen momento. El nuestro es uno de los países con la macroeconomía más frágil. Caminamos sobre el filo de la navaja que es la deuda soberana. Y venimos de años de recesión. En suma: no hay colchón para soportar el golpe.
Pese a ello, lógicamente, se ha dispuesto una batería de medidas para paliar el cuadro social. El gobierno actúa como puede en un esquema heredado, luego de dos décadas de irresponsabilidad. Aunque no siempre se muestra amigable con la inversión.
La contracción sobre la recaudación impositiva será impactante.
Y los reducidos niveles de inversión de los últimos años, el cierre al acceso al crédito internacional y la esperable aceleración de la tasa de inflación serán los grandes condicionantes para una normalización de nuestra alicaída economía.
En este contexto, sólo de las exportaciones podremos esperar la acción de un trampolín.
El agro es pues el que deberá jugar de ahora en más un papel fundamental.
Con la recesión global, hay que destacar que los precios de los productos agrícolas han sido los menos afectados. Desde que se conoció la enfermedad, en enero, los precios han caído pero ciertamente menos que la de los otros bienes.
¿Cómo es el panorama en el país?
Bueno acá va una muy buena. Entramos en una semana, sin lluvias. La aparición de un centro de alta presión junto al ingreso de una masa de aire frío y seco está trayendo, por unos cuantos días, tiempo estable, especialmente para la zona núcleo.
Por la zona sur de la provincia de Buenos Aires, está ingresando una masa de aire más frío que provocará las temperaturas entre 2 y 4ºC, sobre el sur de Buenos Aires y sur de la provincia de La Pampa.
Según el especialista José Luis Aiello, se aguarda un mes de abril con un régimen de lluvias normal. Esto no es poca cosa, porque la cosecha podrá avanzar adecuadamente.
En la zona núcleo, cerca de la mitad del área de soja de primera se encontraría ya cosechada. Se ha priorizado ésta sobre la de maíz.
Los rindes son variables. Hay muy buenos y mediocres. Y problemas de calidad. Es que la ausencia de lluvias incidió en la productividad y la calidad.
A raíz de las restricciones impuestas por la pandemia, se está usando mucho más que en años anteriores el silo bolsa.
El silo bolsa será el gran señor de esta campaña.
Este año, la cuestión logística será crucial. No sólo para las elevadas alícuotas por derechos de exportación, que dificultan comercialización de los granos alejados de los puertos, sino también por los problemas derivados de la pandemia.
Ahora bien… ¿qué está pasando en el mercado global?
Este jueves, el USDA va a publicar su informe mensual de Oferta y Demanda mundial.
Se espera que el USDA recorte la producción sudamericana de soja.
Para nuestro país, se aguarda una estimación de 52,5 millones de toneladas (vs 54 millones de mes anterior. Y para Brasil, la estimación sería de 123,9 millones de toneladas (vs 126 millones del mes previo.
La caída en la producción de Brasil debería incidir a favor de la suba de valores.
A nivel global, es aguarda que los stocks finales de soja queden reducidos en un 1%; en tanto que para el maíz crecerían levemente.
Hoy, como en los últimos días de la semana pasada, el mercado doméstico fue negativo.
El valor de compra por soja disponible cayó a U$S 205.
Pero en Chicago, los futuros de soja cerraron con subas.
Así están las cosas. Finalicemos parodiando a F. Quevedo y en lugar de decir “Poderoso caballero es don dinero”, digamos “Poderoso caballero es don silo bolsa”. Disculpen la falta de rima