La recuperación de humedad que se viene dando desde el 9 de marzo sumó un nuevo episodio de lluvias. La tormenta que se desarrolló desde el martes 24 de marzo sorprendió con registros mayores de lo que se esperaba y se desplegó sobre un área muy importante del centro y el oeste de la región pampeana. El epicentro de estas lluvias fue en suroeste de Santa Fe. En Rufino, en solo 48 horas se acumularon 172 mm. Córdoba fue la más privilegiada, recibió lluvias en todo su territorio. En más de la mitad del territorio cordobés, la parte sur, los registros estuvieron entre 50 y 100 mm. Los máximos valores de lluvia se midieron en Hernando y Guatimozín, ambas con 110 mm. También las lluvias alcanzaron con más de 50 mm a buena parte del norte Bonaerense. Sin embargo el máximo acumulado se registró en el centro norte, en Saladillo, con 84 mm.
Trigo, una luz al final del túnel
Argentina empieza a transitar lo que será la cosecha más difícil de su historia, más allá de estas lluvias que paralizaron la actividad y han dejado fuertes excesos hídricos en las áreas más afectadas. La cosecha está apenas en su inicio, se han recolectado poco más de 1 millón de ha de maíz y casi 900 mil ha de soja en un contexto muy complejo. La actividad de cosecha en medio de la cuarentena por el coronavirus ha desatado un combo de dificultades en el traslado y el almacenaje que está dejando muy en claro que el costo que tendrá esta cosecha será muy diferente del que se planificaba hace un mes atrás. Si bien todo esto relega por completo la posibilidad de pensar en la próxima siembra, el trigo puede volver a ser un cultivo fundamental para hacerse de recursos en un año con tanta incertidumbre financiera. En medio de este contexto, estas recientes lluvias junto a los pronósticos de un otoño con lluvias normales dan la posibilidad de entrever luz al final del túnel.