Estado. Los Estados del mundo están inyectando ayudas de diversas formas, emisión de dinero de los bancos centrales, para compra de bonos del Estado, de esta forma se financia a los gobiernos a una tasa baja, y se procede a una ayuda directa a los que más necesitan.
Las ayudas, hasta ahora, equivalen a 10% del PBI aproximadamente, que se aplicarían en inyección de dinero a empresas, infraestructura hospitalaria y hasta cheques que llegan a los ciudadanos. Todo es bienvenido para que la actividad no se desplome y se pase a males mayores.
La dura lucha contra el virus es a través de una sola vacuna, el aislamiento. España extendió la cuarentena al 11 de abril. No deberíamos descartar que Argentina extienda la cuarentena hasta las pascuas.
Estamos ante una nueva etapa económica, decíamos que esta crisis es inédita, primero surgió como una crisis de demanda combinada con una crisis de oferta. Hoy con el mundo cerrado, se transforma en una economía de guerra contra un enemigo invisible, que no enfrenta naciones, son personas contra el virus.
El mundo se cerró, los países avanzados contarán con más recursos para enfrentar la crisis, los emergentes se deberán arreglar con lo que tienen. No hay que descartar que la ayuda humanitaria de los organismos financieros llegue a nuestras latitudes.
En Estados Unidos para enfrentar la crisis se habla de una inyección de fondos de 2 billones de dólares, equivalente al 10% del PBI, y no descartan que dicha suma se duplique. Según nuestros pronósticos, Argentina a primera vista necesitaría unos U$S 30.000 millones, un poco menos del 10% del PBI, de los cuales U$S 10.000 millones están en un crédito pre aprobado por el FMI, se podrían pedir más swap a China, y emitir para poder subsanar los problemas de salud. No parece imposible que el mundo nos vuelva a rescatar.
La clase política está unida, y no hay filtraciones de ningún tipo por ahora. Es momento de pechar el problema.
Privados. Los privados están con la mayoría de las fábricas paradas, es necesario que la exportación siga funcionando para que el gobierno tenga los dólares necesarios para poder activar los gastos del Estado. También las empresas de alimentos y servicios públicos no pueden detener su producción en este momento. No hay que confundir responsabilidad social, con dinamitar al Estado dejándolo sin servicios, alimentos, salud o exportaciones que traigan los dólares necesarios para pagar insumos del exterior. Estaría bueno que aplaudamos por los médicos, pero también por todos los trabajadores de los supermercados, almacenes, transportistas, empleados de empresas alimenticias, servicios públicos, policía, ejército, tamberos, ganaderos, agricultores y demás actividades que permiten este presente.
Las reservas del Banco Central son escasas, pero bajo estas circunstancias se pueden utilizar los dólares que nos han prestado, por ahora alcanzan para satisfacer las necesidades de importación de material sanitario, igual no deberíamos detener las exportaciones.
La deuda es algo que debería quedar para más adelante, es imposible discutir el repago de nada bajo las circunstancias actuales. En 30 días sabremos las consecuencias de esta pandemia a nivel local y mundial, estaremos en mayo y si el mundo es racional no deberíamos tener problemas en sortear este problema.
Individuos. Es quien peor la está pasando. Hay muchos argentinos que viven al día, y la alacena promedio no llega a dos días en muchas zonas de la Argentina. Se necesita ayuda para sortear los problemas actuales. Hay muchas personas sin comida, y es necesario atender estas necesidades. Cuando hablamos de economía de guerra no es un sinónimo abstracto, es gravísimo, hay gente que no tiene para comer. Son tiempos de quedarse en casa, nadie puede quejarse de esta situación, podemos estar en un lugar mucho peor del que hoy estamos si no nos comportamos respetando las normas.
Comité de crisis
Las empresas deben llevar adelante su comité de crisis, hoy perder lo menos posible es la consigna. Vamos a un fuerte cambio de paradigma, el mundo será distinto, y no tienes que apurarte a develarlo. Nos restan 8 días de cuarentena, y podrían venir 12 días más. Es tiempo suficiente para repensar, imaginar, innovar y reinventar nuestros negocios. Hay un mañana que será mucho mejor que lo vivido hasta ahora. En el corto plazo a administrar los recursos de la forma más eficiente posible, habrá subsidios, créditos, postergaciones de pagos y cuotas para pagar el incendio de los días que estuvimos parados. Hay que ocuparse de estos temas, solo nos preocupamos por la salud y la cuarentena.
Hagamos de esta crisis una oportunidad. En la crisis 2008/09 nos endeudamos para sortear la crisis hipotecaria, Estados Unidos, China, Zona Euro y Japón concentran el 76% de la deuda mundial, sumando la deuda de los gobiernos, privados y hogares. El endeudamiento y el Estado deficitario son un modelo agotado, que generaron un gran impacto sobre la desigualdad social.
Argentina tiene la posibilidad de dejar atrás las grietas que nos dividen históricamente. El presidente está apoyado por la oposición, los ciudadanos están acompañando desde sus domicilios el combate al virus, no necesitamos una gran masa de dinero para salir de la crisis. Necesitamos convicción, y un gesto patriótico de todos.
A no olvidarse que en el exterior los argentinos tenemos U$S 387.000 millones, y nuestro PBI es de U$S 340.000 millones. Si la clase política argentina brinda una ley para que se puedan repatriar los fondos del exterior con garantías suficientes para que no sean confiscados en el tiempo, con una ley impositiva razonable y sin que se apliquen impuestos nuevos a futuro, la solución de nuestros problemas es mucho más sencilla de lo que pensamos.
Miles de argentinos en el exterior desean volver al país en medio de esta pandemia, hagamos de esto una oportunidad, el coronavirus lo podemos superar, y recibir a los miles de argentino que emigraron, serán un aporte fundamental para la nueva Argentina, que sumados a los que estamos en el país, podemos revertir las sucesivas derrotas que tuvimos en materia económica. Recordemos que Argentina es uno de los países que mejor está manejando esta crisis en América Latina, y mucho mejor que otros países avanzados.
No es imposible derrotar al coronavirus si cada uno asume su rol. Este envión nos debe potenciar para revertir la decadencia económica. No importa quién preside la Argentina, importa el país. Si a Alberto Fernández le va bien, a nosotros no va bien, a futuro discutiremos quién sigue administrando la nación, hoy más unidos que nunca, no es imposible.
Por Salvador Di Stefano, Director AgroEducación
Fuente: AgroEducación