La medida de fuerza ha sido un modo de expresar el ahogo en el que estamos inmersos los productores agropecuarios. Se mostró el compromiso que mantuvieron los productores con la paz social, lo que permitió llegar a toda la ciudadanía con el mensaje de concientización acerca del riesgo que implica para todos los argentinos la creciente voracidad fiscal que atenta contra la producción y el desarrollo del país, tan necesario en este momento.
El hecho de que haya transcurrido sin sobresaltos, marca una actitud positiva y superadora por parte de los productores. Destacamos, particularmente, el hecho de que no se dejaran llevar por las provocaciones ni por la escalada discursiva que se impulsó desde algunos sectores.
Las formas de manifestación del descontento del sector marcan responsabilidad y respeto irrestricto con la institucionalidad.
Los productores seguiremos proponiendo un esquema tributario basado en el impuesto a las ganancias y que permita un tratamiento impositivo diferenciado y progresivo, mejorando la propuesta de segmentación ofrecida por el gobierno.
Estos principios que nos caracterizan deben constituirse en la plataforma que proyecte la participación de todos los actores del gran entramado agropecuario. Pues para superar cualquier obstáculo es necesario el camino del diálogo sincero y franco y así poder construir una Argentina mejor para los próximos años.