Organizada por CLAAS y KWS, la primera Experiencia Forrajera y en Cosecha del
año reunió a un conjunto de especialistas que coincidieron en un solo objetivo:
maximizar la rentabilidad del negocio a partir de la eficiencia. Alternativas
para aumentar la productividad de los cultivos, estrategias de manejo para
pastoreo, trazabilidad en ganadería para mejorar el engorde de los animales y
distintos modelos de gestión para aumentar las ganancias fueron algunos de los
tópicos que pasaron por Ameghino ante más de 200 asistentes. Y, como siempre, la
última tecnología en maquinarias para la confección de forrajes conservados y
cosecha de granos.
La alfalfa fue una de las grandes protagonistas de la jornada. Federico
Schiarretta, responsable de desarrollo de Gentos, brindó una serie de pautas
para cuantificar el costo del kilo de materia seca por hectárea en pasturas con
base alfalfa. El especialista recalcó que una entrada temprana al lote resulta
crucial para capturar el forraje de valor, favorecer la conversión animal y
extraer un plus de productividad. "Es el momento donde la tasa de crecimiento
explota entre 80 a 100 kilos por hectárea de materia seca. De esta manera, el
costo por unidad de materia seca disminuye un 50% en base a pasto, que es
nuestro insumo más barato", destacó.
Los comentarios de Schiarretta tuvieron como telón de fondo los ensayos
sembrados por KWS con sus variedades Mecha (Grupo 9) y Ruano (Grupo 10). Gastón
Añez, del área de posicionamiento de producto de la semillera, explicó que en un
caso fueron sembradas de manera convencional (17,5 centímetros de distancia) y
en otro con siembra romboidal. "Como primera conclusión estamos obteniendo entre
15% y 18% más de productividad en estas últimas. Creemos que es un manejo que
hace mucho más eficiente al cultivo y por ende le da mayor rendimiento",
comentó.
Como no podía ser de otra forma, la gestión del recurso forrajero también fue
abordada en Experiencia. Allí estuvo Joaquín Arzubi Borda, uno de los fundadores
de Kelpie, una empresa ag-tech que provee servicios de medición de forraje
utilizando sensores terrestres y tecnologías GIS. Con esta aplicación, el
profesional viene a resolverle al productor el problema de no saber cuánto pasto
tiene, lo que genera una ineficiencia en el uso de recurso. La plataforma Kelpie
permite gestionar los recursos forrajeros. "Cualquier productor puede cruzar
datos de cuánto pasto tiene y cuánto necesita su rodeo para poder estimar así
los valores productivos del establecimiento. Si uno mide y conoce sus costos
productivos, puede determinar sus costos de producción de materia seca, que es
lo que después va a transformar en leche o carne", explicó el emprendedor.
Experiencia también contó con el referente indiscutido en materia de
ganadería y alimentación del Oeste. Daniel Méndez, de INTA Villegas, reclamó que
la ganadería debe dejar de ser un ejercicio empírico que se maneja a partir de
las habilidades personales de cada productor para pasar a ser una actividad que
se basa en datos extrapolables. En ese sentido, recalcó la importancia de la
suplementación estratégica, para la cual es necesario conocer la base forrajera.
"Estos requerimientos van a depender del tipo de categoría de animal: menores
para vacas de cría y máximos para una vaca en el último tercio de gestación o en
terneros en categoría de recría e invernada", señaló.
El especialista del INTA aseguró que los granos son los alimentos energéticos
por excelencia que pueden adaptarse a la mayoría de las categorías, pero
ajustando la cantidad a cada grupo. "No importa tanto el grano sino más bien su
procesamiento, ya que mejora la utilización", complementó.
Y si de medir se trata, en Ameghino estuvo Identag para mostrar los
beneficios de la trazabilidad a través de las caravanas electrónicas. "El
sistema está basado en radiofrecuencia y la idea es identificar el animal en
forma inequívoca ahorrando tiempo en el trabajo en la manga y beneficiando a
todos los actores del sistema", reflexionó Federico Galigniana, asesor de la
firma que provee este tipo de servicios.
"El productor lo que gana es conocer su stock real y tener un control
individual del animal. Esto es muy importante porque empieza a dejar el manejo
del lote para tener otro tipo de dinámica que implica el concepto de individuo.
Con lo cual la trazabilidad, el desarrollo, la genética de ese animal en el
sistema empieza a ser evaluada, y se pueden tomar decisiones que van a impactar
en una forma mucho mayor dentro del establecimiento", argumentó. Todo eso, como
primer paso a la hora de dar respuesta a un consumidor que busca cada vez más
conocer en profundidad la historia del alimento que pone en su plato.
El turno de los fierros
Como no podía ser de otra manera, gran parte de la atención del público
estuvo concentrada en las dinámicas de maquinarias donde los equipos de CLAAS
compartieron cartel con otras marcas amigas como Mainero, Cestari, Jacto, Apache
y Plastar. "La Experiencia Forrajera y en Cosecha es un clásico ya instalado que
funciona como una excusa para acercarnos a todos. Por eso lo hacemos en
comunidad con otras compañías del agro que nos acompañan trayendo nuevas
tecnologías y lo último que hay en el mercado", comentó Eduardo Gross, director
comercial de CLAAS Argentina.
En ese sentido, el evento en Ameghino fue la oportunidad para ver en acción
el nuevo lanzamiento de Mainero, una de las empresas que acompañan a la jornada
desde hace ya varios años. Se trata del cabezal maicero MDD-200, que representa
un salto cualitativo a su predecesor, el MDD-100 en cuanto a sus prestaciones.
"Con este modelo ampliamos la gama de cosecha en condiciones extremas del
cultivo, como un maíz muy bajo o en casos de espiga frágil", explicó Marcos
Formica, del área de I+D de la empresa. Para lograr ese objetivo se modificaron
las punteras, que ahora son más estilizadas y más bajas con sus costados más
altos y recortados. "Además, ahora la unidad recolectora tiene un sistema de
ingreso en V invertida que permite que la planta entre fluidamente y con muy
poco movimiento", finalizó.
Otra de las marcas presentes fue Richiger con dos de sus equipos: la
embolsadora de forraje R10 230 y la embolsadora de granos R6 Plus. La primera es
una embolsadora de 9 a 10 pies que cuenta con una serie de innovaciones: pluma
hidráulica, nuevo sistema de iluminación, túnel autolimpiante y sistema de
frenado neumático. En tanto, la R6 Plus incorporó un nuevo sistema inoculador,
además de central hidráulica independiente y gato hidráulico. "Es una máquina
que ha sufrido además una evolución en su sistema quebrador, permitiéndole
quebrar más granos por hora y con una mejor eficiencia", reveló Ezequiel
Carrillo, asesor comercial de la firma.
La picadora JAGUAR y la cosechadora TUCANO de CLAAS también fueron de la
partida en Ameghino. Productores y contratistas pudieron admirar los beneficios
de la más avanzada tecnología, que ahora puede estar a su alcance. "Hace pocos
días hemos lanzado Mi primera CLAAS, una iniciativa para poder acercarnos a un
nuevo perfil de clientes que todavía no habían podido acceder a nuestros
productos", señaló Gross. Para eso la marca ha lanzado una nueva línea de
financiamiento para las TUCANO, JAGUAR y maquinaria usada. "Es preferible tener
una CLAAS usada y revisada por fábrica que una máquina nueva de otra marca pero
de inferior calidad", completó el director comercial.
En el campo de Ameghino también hubo cosecha de girasol en un lote sembrado
con un híbrido KWSOL 480 CL, de ciclo intermedio con altísimo potencial y 50% de
materia grasa. El cultivo había sido sembrado el 20 de octubre pasado con 120
kilos de fósforo en un lote muy complicado por las malezas. "La idea era
posicionar este híbrido en lotes de inferior calidad donde otros cultivos no se
adaptan. También buscamos limpiarlo de malezas. La experiencia fue muy buena con
un rendimiento aproximado de 3600 kilos por hectárea con humedad óptima de
cosecha", informó Añez, luego del paso de la cosechadora.
Gestión
Por último, y ya en el auditorio, el cierre estuvo a cargo de Ezequiel Cruz,
del Grupo Cencerro, quien brindó al público algunos conceptos de gerenciamiento.
"Es un punto esencial que los productores agropecuarios se puedan sentar campaña
a campaña para planificar qué es lo que van a hacer, enfocado siempre en lo
económico financiero que es un poco lo que define el negocio. Uno puede ser
productivamente muy eficiente. Pero si no está a la altura de las circunstancias
en estas materias, el negocio se puede venir abajo", advirtió.
Otro punto importante para el experto es tener un buen flujo de caja: "Es muy importante que el productor sepa cuándo tiene que cobrar y cuándo pagar sus compromisos para no tener que caer en préstamos con tasas elevadas". Y como tercer y último punto indicó la rentabilidad como guía. "Un negocio es bueno o malo de acuerdo a la rentabilidad. Pero esa rentabilidad tiene que ir de la mano de la sustentabilidad. Porque la realidad es que si uno no piensa en un proyecto sustentable a lo largo del tiempo va a dejar de ser rentable. No se tiene que ver como dos esquemas binarios, sino como un conjunto a corto, mediano y largo plazo", finalizó.