Aunque la distancia entre la Argentina y China sea de casi 19.000 kilómetros,
la economía local no está exenta de los potenciales efectos del coronavirus que,
de hecho ya hizo caer las exportaciones de carne hacia el país asiático. Los
analistas se preguntan si los efectos de la crisis son sólo transitorios o de un
impacto más permanente, sobre todo a la luz de los recientes cimbronazos de la
Bolsa y las subas del dólar y del riesgo país, en plena reestructuración de la
deuda externa.
"En la Argentina, el principal efecto directo del Coronavirus se manifiesta sobre la cotización y exportación de materias primas agropecuarias, como la soja y sobre todo, las carnes", señaló esta semana, la consultora Abeceb en un informe. Y precisó que "China representaba el 3,78% de todo el intercambio comercial argentino del 2000 y esa proporción ascendió al 14,29% en 2019, transformándose en el segundo mercado para el país después de Brasil y desplazando a Estados Unidos y la Unión Europea".
El sector de carnes es uno de los más impactados en el escenario doméstico. "Aunque sigue mostrando variaciones positivas en términos interanuales debido al gran crecimiento acumulado en 2019, las exportaciones de “carne y sus preparados” cayeron en enero un 33,4% en dólares respecto a su valor de diciembre. Esto se explica por las menores ventas a China, que representan el 75% de las exportaciones", según Abeceb.
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Según el economista Nadin Argañaraz, del IARAF, el impacto del virus también
podría llegar por el lado de la depreciación de la moneda, en especial de
Brasil. "Si Argentina no devalúa al mismo ritmo que el real, tendría una mayor
presión sobre el tipo de cambio". En cuanto al impacto frente a una negociación
de la deuda, analizó: "todo ruido adicional a la esencia de la negociación no es
algo positivo. Pero Argentina ya está entrando en una renegociación de la deuda
y seria ideal que lo del coronavirus no se transforme en una cuestión de impacto
mas permanente porque podría generar algún ruido en la negociación", advirtió.
Desde Consultatio, también sus analistas advirtieron que "la reestructuración no puede entrar en cuarentena". "Las consecuencias son negativas tanto en un escenario donde el daño en la economía global es permanente, como también en uno donde el impacto del virus es más transitorio. Pero eso es algo que podríamos confirmar en cuatro o cinco meses, momento en el cual la suerte de la reestructuración argentina debería estar en gran medida ya echada".
En cambio, Pablo Dragun, director del Centro de Estudios de la UIA no ve un escenario peor, en el tema de la deuda. "Con la baja de los activos en todo el mundo, tal vez el escenario para la renegociación de nuestra deuda presente mejores condiciones", arriesgó. No obstante, el economista advirtió sobre los efectos negativos derivados de la producción en China. "Hay fábricas que no están produciendo y no se sabe cuándo van a volver a producir y eso puede afectar los insumos para nuestro país que, en algunos casos se pueden reemplazar pero en otros, no es tan fácil", dijo.
En este sentido, Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI, agrega que el desabastecimiento de insumos puede afectar la producción local. Por ejemplo "casi toda la electrónica compra insumos en China". Como también se verían afectados los productos químicos, el calzado e insumos para la industria metal-mecánica, entre otros. Otro aspecto, según el experto es el impacto de la locura bursátil: "todo eso difiere las decisiones de inversión y la concreción de contratos nuevos", resumió.