Los investigadores han usado los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre la movilidad de la población española en condiciones normales y han aplicado el modelo de propagación de epidemias adaptado al coronavirus para construir un modelo actualizable sobre el riesgo de contraer Covid-19.
Una de las particularidades de este modelo es que tiene en cuenta también los contagios que pueden hacer las personas asintomáticas, que ha sido uno de los principales obstáculos para poder controlar la expansión de la enfermedad.
“El reto ha sido adaptar nuestros modelos a las particularidades de los patrones epidemiológicos de Covid-19, que se han ido sabiendo en estas últimas semanas”, ha explicado el físico Jesús Gómez-Gardeñes, profesor en el departamento de Física de la materia condensada de la facultad de Ciencias de la Universidad de Zaragoza.
Àlex Arenas, miembro del grupo de investigación Alephsys Lab de la URV, ha asegurado que con la situación actual en España “el riesgo de contagio es bajo” y ha explicado que el mapa incluye sólo el riesgo de infección en territorio español y no puede predecir la posibilidad de nuevos casos importados. En ese sentido, Arenas ha comentado que “el mapa se actualiza si llegan nuevos casos y tiene en cuenta la nueva infección para conocer el riesgo de contagio secundario en esa zona”, y ha recordado que el modelo matemático “sigue el patrón normal de movilidad interior, no exterior”.
Uno de los riesgos del coronavirus es su largo periodo de incubación asintomática, que puede alargarse durante dos semanas, por lo que es importante “tener en cuenta la movilidad de las personas asintomáticas para conocer los focos de contagio potenciales y poder aplicar medidas de prevención”, ha alertado.
“Si se aplican medidas de prevención en las zonas de más riesgo que produzcan cambios o restricciones en la movilidad de la población, el mapa que genera el modelo matemático se actualizaría con los nuevos datos”, ha señalado.
Àlex Arenas ha defendido el modelo matemático desarrollado como “una herramienta útil para llevar a cabo políticas de reducción de riesgos que se centren en los principales focos de infección y así anticipar la ola epidémica”.
Fuente: Tynmagazine