Se viene Expoagro y, como todos los años, la primera megamuestra del calendario anual se presenta como la gran oportunidad para proyectar los negocios de toda la temporada.

Claro que en esta oportunidad, la feria adquiere una dimensión particular.

El país dio un fuerte giro en su proyección macroeconómica y todavía no se sabe a ciencia cierta cómo van a reaccionar los diferentes actores que participan en el negocio de la maquinaria agrícola en Argentina.

Existen razones para el optimismo (una gran cosecha, precios competitivos y el retorno del crédito en condiciones razonables), pero también para guardar reparos sobre la recuperación (malestar del campo por las retenciones, incertidumbre macroeconómica).

Buena parte de esos interrogantes podrían empezar a dilucidarse en el marco de la primera gran vidriera de los fierros campo.

En otras palabras, si siempre Expoagro fue un termómetro para proyectar la “temperatura” de los negocios, este año es más importante que nunca, porque todavía no sabemos si vamos a padecer de fiebre o hipotermia.

Expectativas

Como decía anteriormente, a la hora de las expectativas previas a la muestra, existen razones para albergar cierto optimismo.

El sector agropecuario viene de una gran cosecha 2018/19 y proyecta un volumen muy importante para la campaña actual.

Los precios de los granos, si bien fueron impactados negativamente por las retenciones, presentan un mayor poder de compra que en años anteriores (producto de las fuertes devaluaciones de 2018 y 2019

La disponibilidad de créditos en pesos, a largo plazo y con tasas pasivas respecto a la inflación completa un combo de factores alentadores.

En el caso de la industria local, la decisión del Gobierno Nacional de promover medidas de apoyo para el sector (créditos para Pymes, Bono Fiscal) debería contribuir a facilitar las cosas.

Pero claro, todo eso es “teoría” hasta no ver cómo reaccionan los jugadores en el escenario real.

Expoagro se presenta como el primer gran termómetro para medir la temperatura de los negocios. Y por eso será clave para proyectar un año que por ahora plantea más dudas que certezas.

Por Néstor Sargiotto
Fuente: MaquiNAC