La recuperación en la producción durante la campaña 2018/19 permitió alcanzar estos valores. En el caso del garbanzo, otro cultivo con gran presencia en Córdoba, los embarques cayeron un 21% en igual período y el precio de exportación se ubicó en el valor más bajo de los últimos 17 años.
COMPLEJO MANISERO
El complejo manisero de Argentina se concentra en la provincia de Córdoba,
con una participación del 92%1 de la producción industrial de maní a nivel
nacional. Argentina se constituye como el principal exportador mundial de maníes
de alta calidad y de aceite de maní, exportando a más de 100 y siendo el
principal proveedor de maníes comestibles de la Unión Europea.
De acuerdo con datos provistos por el INDEC, las exportaciones de los
principales rubros del complejo manisero (maní crudo, maní preparado/confitería,
pellets y aceite) alcanzaron las 688.000 toneladas en 2019, lo cual representa
un incremento del 21% o 120.000 toneladas respecto al año previo.
El mayor volumen exportado obedece a la producción récord de esta oleaginosa
en la campaña 2018/19. De acuerdo con los datos estimados por el Departamento de
Información Agronómica de la Bolsa de Cereales de Córdoba en su zona de
influencia (Córdoba, Buenos Aires, La Pampa y San Luis), la producción de maní
fue de 1.270.733 toneladas en caja, lo cual equivale a 889.513 toneladas en
grano.
Respecto al valor de las exportaciones, la cadena manisera generó divisas por
USD 840 millones, un 16% más que en 2018. En relación con los precios, el maní
crudo y el aceite de maní registraron caídas del 1,2% y 0,4% respectivamente,
mientras que el maní confitería y el pellet subieron 6,7% y 1,3%
respectivamente.
Con relación a los destinos, los Países Bajos representaron el 34,1% de los
embarques de maní argentino, seguido por el Reino Unido con el 6,8% y Rusia con
el 6,2%. Una característica de este complejo exportador es la gran
diversificación de mercados, con clientes en más de 100 países en todos los
continentes. En 2019, el maní argentino llegó a países como Australia, Argelia,
Sudáfrica, Israel, Emiratos Árabes Unidos e incluso Estados Unidos, uno de los
principales jugadores del mercado mundial.
GARBANZO
Las ventas de garbanzo al exterior volvieron a caer, pasando de 135.000
toneladas exportadas en 2018 a 107.000 toneladas en 2019, lo cual representa una
variación interanual negativa del 21%. Si bien es un valor elevado respecto al
promedio histórico, representa el menor volumen de los últimos cuatro años. A
pesar de la mayor producción, la gran competencia internacional y una política
proteccionista por parte de India (principal consumidor y productor) motivaron
este comportamiento.
De esta manera, el precio del garbanzo cayó al nivel más bajo desde el año 2003.
En promedio, el precio de la legumbre fue de USD 536 en 2019, USD 357 menos que
en 2018 y USD 528 por debajo del precio récord de 2017.
En consecuencia, el valor de las exportaciones de garbanzo de Argentina se ubicó
en USD 50 millones, lo cual implica una caída de más de USD 70 millones respecto
al año previo.
El principal destino de las exportaciones de garbanzo fue Paquistán con el 29%
de los embarques, seguido por India e Italia con el 14% y 9% respectivamente. Al
igual que en el caso del maní, esta legumbre tiene una gran diversidad de
mercados, llegando a más de 35 países en 2019. Además de distintos mercados de
Europa y América, el garbanzo llegó a países como Arabia Saudita, Nepal, Sri
Lanka, Angola y el Líbano. Esto demuestra el gran posicionamiento de la cadena
garbancera en los últimos años en cuanto a la calidad del producto y la
fiabilidad como proveedores de este mercado tan exigente.
En este contexto, el área sembrada de garbanzo en Córdoba en la campaña 2019/20 experimentó una retracción del 42,4%, pasando de 85.600 hectáreas a 49.300 hectáreas, el menor valor de los últimos cuatro ciclos. Con un rendimiento promedio de 13,5 quintales por hectárea, la producción estimada por la Bolsa de Cereales de Córdoba se ubica en 62.600 toneladas, reduciéndose prácticamente a la mitad respecto al ciclo 2018/19.
En este contexto, una recuperación en el pecio del garbanzo es fundamental para dinamizar las exportaciones y generar los incentivos necesarios para incrementar el área sembrada en el ciclo 2020/2021, de manera tal de revertir el pobre desempleo de la campaña previa.