El proyecto de “Ley de Solidaridad social y reactivación productiva en el marco de la emergencia económica” contempla en uno de sus puntos un aumento de la alícuota que se cobra por el Impuesto a los Bienes Personales, con la idea de regresar a los niveles previos al sinceramiento fiscal del año 2016. El borrador en el que trabaja la mesa chica del Gobierno de Alberto Fernández contempla, además, una alícuota superior para activos en el exterior y un premio para aquellos que traigan al país sus ahorros.
Dentro de los “esfuerzos” que Fernández mencionó varias veces que pediría a los sectores de más altos ingresos, el aumento del Impuesto a los Bienes personales es uno de los que más va a pesar sobre la clase media. Según un borrador en el que trabajaron el jefe de Gabinete Santiago Cafiero, el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas, el ministro de Economía Martín Guzmán, el ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, el ministro del Interior Eduardo “Wado” De Pedro y el propio presidente, el punto tiene un apartado especial.
Aunque los detalles del articulado todavía no circularon, el trascendido es que se busca volver a la alícuota que pagaba ese impuesto antes del blanqueo de 2016. Aunque con un punto de partida más alto.
En 2015, al momento de la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, el impuesto estaba diseñado con una alícuota progresiva que empezaba en el 0,25% y llegaba a 1,25%, con un mínimo no imponible que partía de los $ 305.000 y se fue licuando con el tiempo.
Ahora, la idea del Gobierno es que empiece en 0,50% y llegue hasta 1,25%, al menos para tenencias en el país. El ahorro en el exterior pagaría una alícuota aún más cara y quien repatrie los fondos gozaría de un premio fiscal, según pudo averiguar Infobae. El mínimo no imponible, mientras tanto, está en los $ 2 millones hoy. El borrador no menciona ningún cambio en ese punto.
“El problema en el momento previo al blanqueo era que el impuesto se aplicaba sobre todo lo declarado, entonces una diferencia de $1000 podía significar pasar de no pagar nada a aportar el 0,25% de todo, el mínimo no imponible más el monto por el que se superaba”, dijo Adriana Piano, socia del estudio SMS. “Lo mismo al pasar de alícuota, se aplicaba sobre la totalidad”, agregó.
Idas y vueltas
En 2016, con el sinceramiento fiscal lanzado por Macri se pasó a un esquema de alícuotas fijas, que disminuían a medida que avanzaba el tiempo. En el año 2016 pasó a ser del 0,75%, en 2017 del 0,50% y en 2018 del 0,25%.
Pero la crisis de balanza de pagos que golpeó al esquema económico macrista desde abril de 2018 alteró los planes. Se volvió a subir las alícuotas y a hacerlas otra vez progresivas. Un esquema de tres escalones, el 0,25%, 0,50% y el 0,75% según el monto del patrimonio que es el que rige hoy. El primer escalón era para patrimonios de entre $2 millones y $3 millones, la segunda alícuota se aplicaba a patrimonios de entre $3 millones y $18 millones, mientras que la tercera aplicaba a patrimonios de más de $18 millones.
Un dato importante que el jefe de Gabinete Santiago Cafiero aclaró que, como hasta ahora, el valor de la vivienda familiar no se computa para el mínimo no imponible, como sucedía desde el ejercicio 2019.
Castigo al ahorro en el exterior
Otro punto sobre el que hace hincapié el borrador sobre el que trabaja el Gobierno es un castigo al ahorro fuera del país y un premio a la repatriación de tenencias en el exterior.
La alícuota que se aplicará para quienes mantengan sus ahorros o inversiones fuera del país es uno de los puntos que falta dilucidar, aunque circula entre tributaristas la cifra de 1,75%.
Para César Litvin, socio de Lisicki, Litvin y Asociados, el castigo y el premio al ahorro fuera del país no va a tener mucho efecto. “La gente básicamente lo que busca es seguridad jurídica y cuando el país genere la confianza que necesitan traerán de nuevo sus ahorros pero sus decisiones no tendrán una modificación específica por el cambio de alícuota”, dijo.
“En Francia cuando François Hollande aumentó mucho este impuesto, generó una fuga de aportantes; hoy muchos argentinos están pensando en cambiar su lugar de residencia para eludirlo”, agregó el tributarista antes de alertar que podría dar pie a juicios. “Algunos van a analizar si esa diferencia no viola el principio constitucional de igualdad ante la Ley, porque se trata de distintos tributos por patrimonios equivalentes”, concluyó.
“Es muy importante la vigencia que se le fije al cambio, si tiene vigencia en 2020 o este mismo año. Si llegan a tiempo con la Ley aplica este año no sería retroactivo, porque es un impuesto que se paga al cierre del año”, agregó Piano.
Fuente: Rosario Finanzas