El negocio de la maquinaria agrícola en Argentina necesita, como el resto de la economía, de una revitalización de la actividad.
Lo requiere por la salud de su estructura, que va desde las fábricas de equipos hasta la red comercial, pasando por los proveedores de materias primas, partes y servicios.
Pero también las máquinas agrícolas precisan de un repunte de las ventas para revertir la obsolescencia que se va acumulando en el parque.
La ausencia de una marcha uniforme de la comercialización a lo largo de los últimos años, ha generado el envejecimiento del parque nacional de agromáquinas.
Otro factor que juega fuerte en el tema es el perfil del agro argentino. La marcada incidencia de los contratistas en las labores agrícolas, lleva a un uso intensivo de los equipos.
En Argentina, las máquinas se utilizan muchas más horas/año que en la media del resto del mundo, lo que, obviamente, acelera el desgaste.
Consecuencias
La falta de renovación genera pérdidas a lo largo de toda la cadena agrícola y potencia los costos de producción.
Vale recordar que en Argentina persisten niveles de pérdidas de granos muy altos, del orden de 141 Kg/hectárea en soja y 206 Kg/hectárea en maíz.
El envejecimiento actual del parque de cosechadoras argentino es de 10,5 años, según cálculos del INTA.
Pero hay que destacar que esa cosechadora de edad promedio posee más de 10.000 horas de uso y necesita reposición.
Para que los equipos de cosecha en Argentina no acumulen obsolescencia, se requeriría sostener una cantidad de 1.000 cosechadoras vendidas por año.
Por otra parte, y según los datos preliminares del Censo Nacional Agropecuario 2018, se contabilizaron 200.069 tractores en todo el país, de los cuales 142.319 (71%) tienen6 más de 15 años de antigüedad.
Tecnología
La inadecuada renovación del parque de maquinarias tiene otro impacto de peso en cuanto al abanico de prestaciones.
En los últimos años, todos los rubros de la mecanización han experimentado una profunda renovación tecnológica.
Actualmente, por ejemplo, a un contratista se le exige que entre a trabajar en un lote con un equipamiento avanzado de Agricultura de Precisión.
Los cambios son generales y alcanzan a los segmentos más importantes de las maquinarias.
Con un simple repaso por los distintos segmentos, se observa que las sembradoras tienden a un mayor ancho de labor con tolvas de gran capacidad, y con una creciente incorporación de novedades en Agricultura de Precisión.
Las pulverizadoras van hacia botalones de 30 metros o más de ancho y hacia una carga tecnológica para aplicaciones precisas y selectivas.
Regionales
La cuestión también alcanza a los equipos que se emplean en los cultivos regionales.
El parque de maquinarias para el cultivo de maní en Argentina, por ejemplo, registra una elevada obsolescencia que conspira contra la productividad del sector.
Mientras las sembradoras y arrancadoras acusan un promedio de 13 años de antigüedad, las cosechadoras se ubican en los 22 años, según una encuesta del INTA Manfredi (Córdoba).
Por Jorge Freites
Fuente: MaquiNAC