Nidera Semillas reunió hace pocos días a productores y distribuidores del sur bonaerense en un campo ubicado sobre la ruta 55, a pocos kilómetros de Balcarce, para compartir una tradicional jornada Campo Líder de Trigo. Con más de 20 años de trayectoria en el mejoramiento del cultivo, 7 variedades disponibles en el mercado y otras 20 en etapa pre-comercial, el semillero volvió a demostrar su rol protagónico en el cereal.

Potencial de rinde, sanidad y calidad son los tres pilares esenciales que caracterizan a los trigos Baguette de hoy. Una genética mejorada inteligentemente que cada campaña es testeada en 339 ensayos comerciales distribuidos en todas las regiones agroecológicas del país.

En Balcarce, Claudio Pastor, gerente de Desarrollo de Producto de Nidera, y Javier "Chiqui" Latorre, responsable de Desarrollo de Producto de Nidera para el sur del país, guiaron a los presentes en un recorrido por el portfolio que contempla variedades de calidad 1 y 2, y grupos de madurez 4 a 8.

El Baguette 802, de calidad 2, ciclo largo, vernalizador, con requerimientos de frío y alto potencial de rinde en siembras de entre el 25 de mayo y el 20 de junio en la zona fue el primero de los recomendados para las regiones IV y V Sur. A él le siguió el Baguette 750, de ciclo intermedio con buen comportamiento a enfermedades y niveles de peso hectolítrico muy destacados, para siembras de fines de mayo y junio. A continuación, el Baguette 620, un material muy ganador en el Sur, equilibrado en sanidad, calidad y rendimiento para siembras de junio. El portfolio se completa con los Baguette 680, 550 y 450. Este último de calidad 1 y excelente performance en la zona.

El último lanzamiento de la semillera, Baguette 550 fue presentado como una gran opción para las regiones trigueras más norteñas. De ciclo un poco más largo que Baguette 450 (el trigo más corto del mercado), de grupo de calidad 2, se posiciona como la opción de mayor potencial y mejor sanidad para planteos ofensivos donde se busca acortar ciclos.

Fechas de siembra

Latorre fue el encargado de guiar a los presentes por una serie de ensayos fenológicos donde las variedades pudieron verse en cuatro fechas de siembra. "En esta campaña llovió hasta fines de junio y luego se produjo una seca fuerte acompañada de muy bajas temperaturas. Este fue un año vernalizador. El macollo quedó muy abajo por lo que se dio un biotipo de trigo más chico por efecto del clima", apuntó el referente de Nidera.

"En la zona, la recomendación es de fechas de siembra más tempranas para materiales de alto potencial como el Baguette 802 y 750. Las fechas de junio presentan menor potencial de rinde. En estos casos, la recomendación pasa por ciclos intermedios como Baguette 620 y 680", recordaron Pastor y Latorre. Por último, para siembras tardías, el Baguette 550 es la mejor opción, de fines de julio a principios de agosto para el Sudeste.

Fertilización por etapas

Sobre distintas variedades sembradas en fechas tempranas, Magalí Nico, líder de Desarrollo de Producto Nidera en Soja y Trigo, presentó ensayos de fertilización nitrogenada en distintos momentos. Así pudo verse parcelas fertilizadas enteramente a la siembra, otras con 40% a la siembra y 60% en macollaje y, por último, un ensayo fertilizado 40% a la siembra, 40% en macollaje y 20% en hoja bandera.

"Hay variedades con distinto potencial y el objetivo es sincronizar el aporte de fertilizante con la demanda que tiene cada material", dijo Nico para aclarar luego que fue un año en el que el límite lo puso el agua y no tanto el nitrógeno.

"Cuando arrancó la campaña la expectativa de rinde era muy alta, por eso se plantearon dosis altas de nitrógeno. Finalmente, el nitrógeno estuvo limitado por la oferta de agua. Y si el rendimiento está limitado por la oferta de agua, la demanda de nitrógeno es menor", explicó la técnica para recomendar las ventajas que da partir la dosis, ajustándolas según viene la campaña.

La demanda del cultivo también varía en su desarrollo, otra de las razones que sostienen la ventaja de ir ajustando la oferta de nitrógeno con la demanda. "Al inicio la demanda del cultivo es muy baja porque todavía no está produciendo mucha biomasa. Pero cuando llega ya a encañazón o a antesis requiere entre el 60% y el 90% de todo el nitrógeno. Entonces, si uno aplica el nitrógeno en ese momento -cuando el cultivo lo está requiriendo- hay menos probabilidad de que esté en el suelo sin ser absorbido y se pierda, ya sea por lixiviación o por volatilización", explicó la especialista de Nidera.

Manejo de malezas

Patricia Diez Ulzurrun y Hernán Panagio, de INTA Balcarce, fueron los encargados de aportar algunas nociones sobre el manejo de malezas en el Sudeste. Los técnicos destacaron que en la región el verdadero problema lo representan las malezas gramíneas (raigrás anual, avena fatua o negra) y las crucíferas (nabo, mostacillas). "Las gramíneas nacen en paralelo con el trigo, por lo que resulta clave la identificación. Además tienen dos picos de emergencia, antes del nacimiento del trigo (mayo/abril) y en mayo-junio".

Pero el desafío de manejo, como ocurre en todo el país, es la proliferación de malezas resistentes a herbicidas. Son 21 las especies con resistencia en la Argentina según la REM, en tanto en el Sudeste son solo 3 o 4. La principal es el raigrás, con resistencias múltiples, y entre las crucíferas, el nabo.

La rotación de distintos modos de acción y la aplicación oportuna continúa siendo la principal recomendación para el manejo de malezas. "Estamos exigiéndoles demasiado a los graminicidas porque los usamos tarde. Hay que evitar situaciones de carry over", dijo la especialista. "Y toda estrategia para cortar con la dispersión de las semillas es válida", cerró Panagio.