A un mes de que el nuevo gobierno asuma el poder, para el mundo inversor hay más dudas que certezas. La falta de definiciones por parte del equipo económico de Alberto Fernández y, según cuentan quienes han participado de reuniones con varios de sus "referentes", la poca "profundidad" de las definiciones que dan incluso a puertas cerradas, genera desconcierto. ¿Hay realmente un plan económico?, se peguntan.
Además, al no haber confirmación de los nombres en las distintas áreas clave, no existen interlocutores que despierten tanta confianza. ¿Dicen lo mismo Guillermo Nielsen, Matías Kulfas, Mercedes Marcó del Pont o Cecilia Todesca? En la superficie sí, pero con matices.
Quienes han mantenido charlas con varios referentes del supuesto equipo económico explican que hay diferencias entre sí. "Al final del día no sabés si estás hablando con el futuro ministro de Economía o con un secretario o ministro de un área menor. Todos dicen más o menos lo mismo pero hay diferencias no menores cuando hurgás más", explicó un banquero que tuvo la chance de juntarse con varios del team Fernández.
Claramente, para los empresarios e inversores que hablan con los referentes de Alberto F. hay dos líneas entre los candidatos. Y no es indistinto con qué bando hablen.
De un lado están Nielsen, Emmanuel Alvarez Agis (cuyas acciones para llegar al gobierno habrían caído, según especulan en la City) y, en menor medida, Martín Redrado.
En este último caso, el ex Golden Boy, que tiene diálogo con el presidente electo, no habría pasado el filtro de Cristina Kirchner. La ex mandataria, según cuentan personas allegadas, le habría prohibido a Alberto convocarlo para cualquier puesto en el próximo gobierno.
No sólo era inviable por la relación pasada entre Redrado y Fernández, sino porque el titular de Fundación Capital declaró en contra de la entonces presidenta en la causa del "dólar futuro". Todo esto llevó a que Cristina lo vetara de la lista. El pasado conflictivo entre CFK y el ex presidente del BCRA en el 2010 aún tiene sus heridas abiertas e insalvables.
Pero entre los "candidateables" del espectro ortodoxo hay cierto "ninguneo"
del ala heterodoxa. En más de una ocasión refutan y hasta desmienten alguna
definición que haya corrido por cuenta de la tropa "contraria".
Últimamente sucedió con la idea de "desdolarizar" la economía que propuso la ex ideóloga del cepo K, Marcó del Pont. "Es una utopía de algunos", cerró la discusión un miembro del ala ortodoxa.
Mientras que esa es línea más "pro mercado" del albertismo, también está la corriente mucho más "heterodoxa" que impulsan Kulfas, Marcó del Pont y Todesca.
Esta última suena como la futura titular del Banco Central mientras que Miguel Angel Pesce (ex Central hasta el 2015) es mencionado como el gestor del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses.
Más allá de esto, la cara más visible de la heterodoxia albertista es Kulfas. El también ex BCRA (fue gerente cuando estuvo Marcó del Pont) suele conversar asiduamente con bancos de inversión, fondos y empresarios y suena como el futuro ministro de Economía.
Según comentan quienes han estado en el último tiempo reunidos con él, si "bien no entiende mucho de mercados, escucha y pregunta bastante".
"No es soberbio, algo raro en el kirchnerismo. En una charla con Kulfas no hay un monólogo, está siempre interesado en intercambiar ideas y nos consulta acerca de cómo vemos la situación financiera. Nos pregunta por los acreedores y el mercado cambiario. Y eso no suele pasar con otros referentes del Frente de Todos", explicaban desde un banco de Wall Street que suele traer clientes a Buenos Aires para juntarse con funcionarios (ahora salientes y entrantes).
A la hora de las definiciones es donde más hermetismo aparece. Ninguno de los referentes económicos de Alberto F. se sale del libreto. Por un lado, no quieren quedar "pegados" sobre temas puntuales ya que no hay confirmación de nombres.
"Eso lo decidirá Alberto, yo trabajo para aportar lo mío donde sea necesario", frase remanida que escuchan quienes buscan indagar un poco más.
Pero más allá del cuidado que tienen por no haber confirmación de puestos, se nota -según personas que estuvieron en varias charlas- cierta "improvisación".
Interlocutores desencantados
"No están muy al tanto de los números. Eso nos sorprendió. Cuando hablás de la deuda, los vencimientos y demás, no pareciera que estén muy en tema sobre la letra chica. De hecho, terminan preguntándonos a nosotros. Hablan en forma muy superficial, casi como un libreto del cual no se quieren mover. Pero los apurás un poco y no dicen nada", reseñan interlocutores en varios de esos encuentros.
Los empresarios e inversores que logran tener su meet & greet con alguno de
los "referentes" del albertismo salen, dicho en palabras de ellos mismos, un
tanto desencantados.
El secretismo que baja desde el mismo Alberto Fernández es repetido por sus asesores. "No podemos hablar", responden cuando la pregunta es más áspera de lo que tenían planeado responder.
Lo que podría ser exceso de hermetismo termina siendo falta de información. Quienes salen de estas charlas se vuelven con las manos vacías. Los enunciados no ayudan a clarificar cuál será la posición de Alberto F. sobre la difícil tarea que tendrá hacia adelante.
"No news", comentan a su regreso a Nueva York o Londres. Pareciera que los inversores y los hombres de negocios están más apurados que el team Fernández para empezar a clarificar las políticas que vienen.
Pero no sólo no hay avances con el sector privado y financiero, sino que tampoco empezó formalmente la transición en lo económico. Desde los referentes del albertismo confirman que aún no existe intercambio de información con el gobierno saliente.
Más allá que desde Juntos por el Cambio se haya hecho hincapié en que están abiertas las puertas para empezar el traspaso, nada de eso sucedió. La falta de confirmaciones entre sus asesores y el temor a quedar "co-gobernando" explicarían la demora.
No obstante, es arriesgado este nivel de falta de definiciones. Para los financistas, el slogan albertista sobre la deuda de "quiero pagar pero no puedo" suena a muy poco.
"Ya deberían estar negociando una reestructuración. Pero no tenemos con quien hablar, porque no se ha designado a nadie. Llegaremos al 10 de diciembre y recién ahí se empezará a hacer algo, suponemos. Hay poco tiempo para que la Argentina evite un default más importante de lo que se cree ahora de la deuda", cerraba, impaciente, un alto ejecutivo de Wall Street.
El mercado sigue esperando definiciones. Por ahora, la transición es mucho más lenta de lo que se creía y la falta de señales empieza a preocupar a los inversores. Habrá que esperar al 10 de diciembre para conocer el plan Fernández. O, si como temen algunos, se confirma que realmente no hay uno.
Fuente: Iprofesional