El futuro de la economía argentina luego de las elecciones de octubre será uno de los temas centrales en las reuniones que bancos y fondos de inversión organicen la semana próxima, en el marco de la reunión anual del FMI. Pero mientras tanto, en una suerte de adelanto de las posturas que se escucharán en Washington, en Nueva York ya tuvo lugar una cumbre que tuvo a la Argentina como gran protagonista. Y por la característica de los expositores y asistentes el tema central se caída de maduro: la renegociación de la deuda pública que se avecina.
El encuentro fue organizado por TPCG Securities y como moderador del encuentro actuó uno de sus principales ejecutivos, Juan Manuel Pazos. Y los panelistas fueron cuatro analistas de fondos y bancos de primer nivel que conocen a fondo la situación del país: los también argentinos Pablo Goldberg (de la millonaria familia de fondos Black Rock), Matías Silvani (Golden Tree Asset Management), junto a Siobhan Marden (Amherst Pierpont) y Alvaro Vivanco (Natwest Markets). La conferencia organizada en el marco del EMTA (Emerging Markets Trading Association), en midtown Manhattan, generó tal interés que varios días antes ya le habían colgado el cartelito de sold out, es decir de localidades agotadas.
La conclusión principal de las exposiciones y distintas intervenciones de los panelistas fue que el próximo gobierno deberá avanzar con una reestructuración de la deuda lo más rápido posible. El inconveniente es que la renegociación del acuerdo con el FMI llevará mucho más tiempo, mientras que los vencimientos que hay por delante desde inicios del 2020 apremian.
La solución para este dilema es avanzar en la renegociación de deuda “por etapas”. Básicamente la prioridad sería reestructurar a principios del año que viene sólo los títulos emitidos bajo legislación local: aquí entrarían las Letes y Lecap ya reperfiladas y las que aún no lo fueron, pero también el Bonar 2020 y 2024. El proyecto enviado al Congreso sobre Cláusulas de Acción Colectiva (CAC) permitiría renegociar de una manera mucho más sencilla, consiguiendo sólo el 66% de la voluntad de los acreedores.
Para una segunda etapa quedaría la deuda bajo legislación internacional, pero que vendría de la mano de un nuevo paraguas con el FMI. De lo contrario, es casi imposible –razonan los expertos en Wall Street– que se pueda avanzar con un canje de deuda “amigable”, como el propio Alberto Fernández está sugiriendo.
La opción de realizar el canje de deuda en tramos está dada por los muy escasos vencimientos de intereses de bonos en deuda extranjera que se registran el año que viene. No llegan a representar el 10% de todas las obligaciones financieras que debe enfrentar el futuro gobierno en 2020.
En una entrevista con radio La Red, Fernández reconoció que sus equipos técnicos ya recibieron “varias propuestas” de fondos internacionales para la renegociación de la deuda y las consideró “razonables”, aunque sin brindar mayores detalles. Hace tiempo que el candidato viene insistiendo -en coincidencia con la postura del actual ministro de Hacienda, Hernán Lacunza- que la Argentina precisa tiempo para pagar los vencimientos de deuda, pero sin quitas de capital ni de intereses.
Si se da la lógica que empiezan a vislumbrar en Wall Street, el primer paso sería “reperfilar” toda la deuda emitida bajo ley local, de plazos más cortos que el resto. Luego sí el Gobierno tendrá que encarar una negociación seria con el FMI, incluyendo un plan creíble y sustentable en el tiempo. Y recién después estaría en condiciones de cerrar la segunda etapa de la renegociación con inversores internacionales.
En las exposiciones surgieron otras dos conclusiones de parte de los “panelistas” que participaron de la conferencia:
– Para avanzar con cualquier renegociación exitosa, primero es necesario que el próximo gobierno presente un plan económico creíble, pero sobre todo con un sendero muy claro hacia el equilibrio fiscal. Así sucedió en los últimos canjes de deuda exitosos que hubo en mercados emergentes, como el de Uruguay en 2003 y Ucrania en 2015.
– Si el canje se realiza en forma ordenada, hay una interesante oportunidad de compra en bonos argentinos. “De acá a 12 ó 18 meses deberían estar cotizando bien por arriba de los niveles actuales”, es la coincidencia. Parte de este sentimiento algo más favorable se está sintiendo en la evolución del riesgo país. Ayer por primera vez en un mes y medio terminó abajo de los 2.000 puntos. Nada para festejar, pero sí demuestra otro tipo algo de mejor expectativa, sobre todo con la deuda de mediano y largo plazo, que sería la menos afectada por la renegociación.
Fuente: Rosario Finanzas