Los mayores progresos se dieron en aquellas zonas que cuentan con reservas hídricas adecuadas y en aquellos lotes que lograron mantener la humedad superficial, como podríamos citar la región comprendida por el sur de Santa Fe, norte de Buenos Aires y prácticamente la totalidad de Entre Ríos.
En cambio, las labores se encuentran algo más demoradas en zonas que requieren precipitaciones y un incremento de las temperaturas en los suelos. Aquí ya nos desplazamos, por un lado, más hacia el centro – oeste de Buenos Aires y, seguidamente, hacia el centro de Santa Fe y sudeste de Córdoba. Las primeras incorporaciones se están llevando a cabo con niveles de humedad de ajustados a deficitarios, aunque mayormente en campos bajos que presentan más ventaja en este sentido.
Si se demoran las labores, el ciclo del cultivo se despliega más tardíamente y se corre el riesgo de exponerse a sucesos climáticos adversos durante el período crítico de maduración. En consecuencia, aumentan las chances de una reducción en el potencial de rendimientos.
Además, ya se observan las primeras emergencias y un avance de siembra más avanzado en departamentos del centro – norte de Santa Fe y Entre Ríos. Típicamente estas regiones se caracterizan por tener ciclos más tempranos y, de no mediar inconvenientes de índole climática, aportan los primeros granos hacia fines de febrero.
La campaña 2019/20 se aborda en un contexto particular con la posibilidad de un cambio de escenario que impacte en los márgenes de rentabilidad del cultivo de maíz. No debemos omitir que el cereal demanda un desembolso de inversión inicial por hectárea mucho mayor que la soja, su principal competidor por el uso de la tierra. Es de esperarse que se incremente la proporción de cuadros tempranos de maíz por sobre los planteos tardíos o de segunda ocupación. Estos últimos comenzarían su ventana de siembra a partir de la segunda quincena de noviembre.
Al mismo tiempo se evidencia un cambio en la relación de precios soja – maíz, una variable que incide directamente en las decisiones de siembra por parte del productor agropecuario. Desde agosto se observa un aumento de este indicador que deriva en menores incentivos económicos para la siembra del cereal. Básicamente un ratio de 1,79 unidades señala que, el valor teórico de una tonelada de soja equivale a esta cantidad de maíz.
El ejemplo se desprende de tomar los precios de los futuros de soja y maíz con vencimiento a julio en el Matba Rofex. Si bien se verifica una ligera retracción en comparación a fines del agosto (la relación alcanzaba 1,82) se aprecia una suba notoria a partir del 12/08, tras los resultados de las elecciones primarias. Al 09/08, dicho indicador medía 1,69 y, al cierre de julio, descendía a 1,66 unidades.
Apuntando a las cuestiones estrictamente comerciales, una de las particularidades de esta campaña es que se han cerrado ventas forward más anticipadamente que años anteriores. A mediados de mes ya se habían concretado negocios por 9,07 mill.tn. y afianza un récord de volumen a estas instancias del año. El grano comprometido arroja un salto interanual del 128 % y, si extendemos la comparación a igual fecha de 2017 se corrobora un incremento más acentuado, del orden de 268%.
Las cifras mencionadas tienen un mayor contraste con ciclos anteriores cuando el monto comercializado no superaba el millón de toneladas, como fueron los casos de 2014 y 2015. La firmeza que exhibió la plaza internacional a mediados de año motivó el interés de productores que optaron por cerrar márgenes de la nueva campaña. No obstante, el 59% de las operaciones realizadas cuentan con precio establecido, mientras que el 41% restante corresponde a negocios a fijar.
Actualmente los precios a cosecha para entrega en abril rondan los 140 U$S/tn
y resultan un 13,5% inferiores a los máximos alcanzados hacia fines de junio y
primeros días de julio. De todos modos, el mercado logró repuntar parcialmente
luego de los mínimos alcanzados a principios de septiembre, cuando los valores
habían retrocedido a 130 U$S/tn. Un segundo punto a remarcar es la afirmación de
una curva de precios más empinada (mercado en carry) que llega a los 11 U$S/tn.
Por Eugenio Irazuegui Analista de mercados – Responsable de Research de ZENI
Fuente: Centro de Gestion Agropecuaria