Señaló que irá al debate, que está tratando de terminar con toda la
simbología de la grieta, y que llamaría a Mauricio Macri si gana las elecciones.
Según dijo, ser presidente es algo "para lo que uno siempre ha trabajado en su vida de político". De todos modos, aclaró que él "no lo esperaba" hasta que Cristina Kirchner le ofreció acompañarla en la fórmula. "Yo me había dispuesto a no ser candidato porque sino era muy difícil llamar a la unidad. Si yo era candidato iban a pensar que era un gesto interesado, entonces traté de evitarlo siempre... hasta que llegó el momento", dijo. Y agregó: "Me pareció una forma de ayudar a encontrar una salida, que es lo que había pensado Cristina. Estoy acompañando esa decisión y esa salida".
En cuanto a la unidad, destacó que él habla "con todos", y expresó: "Tratamos
de que la unidad electoral se convierta en una unidad de gestión". "Tenemos que
darnos cuenta de que tenemos una oportunidad única que no podemos desperdiciar
en términos de expectativas sociales. Sé que estoy despertando una esperanza y
una expectativa y sé que lo único que no puedo hacer es equivocarme porque eso
para la gente sería trágico", agregó.
En la entrevista con Joaquín Morales Solá, Fernández habló de las cinco
reglas que tenían durante la gestión de Néstor Kirchner, las cuales pretende
continuar en caso de resultar electo presidente: "Todo lo que hacíamos en la
economía tenía que mantener el equilibrio fiscal, lograr el superávit comercial,
favorecer la acumulación de reservas, teníamos que tener un dólar competitivo
para que la producción argentina se pueda vender en el mundo y teníamos que
desendeudarnos". Entonces, sumó una sexta norma: "Todo lo que hagamos tiene que
hacer bajar la inflación".
Según criticó, "[Mauricio] Macri multiplicó por dos la inflación que dejó Cristina". En línea con esto, opinó que una de las causas de esta problemática puede ser la concentración de la economía en manos de pocas empresas, y dijo que "es obvio" que no es una cuestión "meramente monetaria". "Hay que generar una competencia que se fue perdiendo en época de Cristina, y se profundizó en época de Macri", sugirió.
Para él, lo primero que hay que hacer es "parar la pelota". Y explicó:
"Tenemos que ponernos de acuerdo entre todos los sectores para que, durante 180
días, podamos recomponer salarios sin que eso implique un aumento en la
inflación". Según dijo, "la industria es central en la Argentina del futuro, hay
que volver a ponerla en marcha, hay que revivirla y tiene que ser la generadora
de fuentes de trabajo que la Argentina necesita".
Así, el candidato a presidente por el Frente de Todos destacó que la
industria y el campo son dos pilares muy importantes. Contó: "Le dije a la Mesa
de Enlace que tienen que ser mis socios. Tengo que ayudarlos. No son mis
enemigos, son los socios de la Argentina".
Un nuevo orden
En relación con los dichos de Cristina, quien señaló que en "la Argentina que
viene" haya un "nuevo orden", Fernández explicó que la expresidenta se refiere a
la necesidad de generar otros compromisos. "Es inadmisible que en la Argentina
siga habiendo hambre y que todos lo miremos como un dato estadístico, y no nos
ocupemos como sociedad a combatir el hambre", enfatizó.
Fernández desmintió los rumores de una reforma constitucional, y lanzó: "No hay ninguna posibilidad de que a mí me convenzan de que hay que reformar la Constitución". Más adelante, planteó que él quiere "la mejor Justicia para los argentinos". Contundente, añadió: "Todos sabemos que hace décadas la Justicia federal no funciona y cambia de bando con el poder de turno. Yo no pienso hacer política en los tribunales. Yo desprecié a los que hicieron política en los tribunales, y no me voy a volver un ser despreciable".
Sostuvo que hay persecución política sobre la expresidenta. Y, al hablar de
las causas de corrupción contra el gobierno de la expresidenta, aclaró: "Yo lo
único que pido es que se investiguen respetando los parámetros del Estado de
derecho, que es lo que creo que se ha vulnerado. Con el mismo criterio, créanme
que si yo mañana veo un abuso contra Macri, voy a ir en defensa de Macri. Yo no
voy en defensa de mis amigos, voy en defensa del Estado de derecho. Nunca
defendí amigos".
De esta manera, remarcó: "Muchos de los que están detenidos, no eran mis amigos en el gobierno y no nos llevábamos bien y, sin embargo, creo que no es justo lo que están haciendo con ellos". Y lanzó: "Acá la Justicia no funciona como Dios manda, funciona como manda el poder".
La grieta
Fernández dijo que hará "todo lo que haga falta para cerrar la simbología de la grieta". "Vamos a cerrarla entre todos, saliendo de la locura en que vivimos y respetándonos", propuso, y disparó: "Estoy acá para cerrar la grieta; fui al seminario de Clarín para cerrar la grieta; y voy a hablar con [Luis] Majul y con todos los que haya que hablar para cerrarla. Estoy terminando con los símbolos de la grieta".
"Podemos defender cosas distintas de un modo civilizado. Tenemos que recuperar la posibilidad de dialogar", dijo. Así, el peronista remarcó que si gana las elecciones, llamaría a Macri: "Él me escribe, y yo le contesto todas las veces que me escribe. Durante años no me escribió, y está bien, no tenía por qué escribirme. Quiero ser franco, no tenía representación institucional, no era parlamentario, no tenía por qué escribirme. Pero cuando me escribió, siempre le contesté". De todos modos, aclaró que no fue consultado sobre las medidas económicas.
Y consideró: "Pensamos muy distinto, tenemos miradas muy distintas del país y de la sociedad, y creemos cosas distintas. Claramente es así. Ahora, hablar con los que piensan como uno es facilísimo; lo difícil es hablar con los que piensan distinto". Así, opinó que el poder político de Macri se "enflaqueció", y que él es alguien "muy votado" que no tiene "nada más que la condición de candidato".
La visita a España
El candidato habló de su gira por Europa, a la que consideró "muy buena para el país". "Tengo muchas coincidencias con [Pedro] Sánchez. Nos preocupa la unión entre el Mercosur y la Unión Europea", comenzó. Y siguió: "Le transmití mucho mi preocupación por el Fondo. Ellos tienen un rol activo y me dio todo su apoyo y toda la tranquilidad de que España nos va a ayudar. Fue muy útil e importante no para Alberto Fernández sino para el futuro de la Argentina".
Tal como planteó, los primeros años del próximo gobierno serán difíciles: "Vamos a recibir una economía destruida y un escenario internacional poco fácil, pero la gente tiene que tener la tranquilidad de que quien gobierne no va a ir contra la gente". Y agregó: "Estoy seguro de que vamos a poder luchar contra el hambre que aqueja a la Argentina".
En línea con esto, consideró que su fuerza no concibe la economía en los mismos términos que el oficialismo. "Este Gobierno se acostumbró a vivir con la economía achicada, y nosotros no nos resignamos a esta economía chica", señaló. Para él, la prioridad está en los salarios y en las jubilaciones porque eso permitiría recomponer el consumo.