De no llegar el desembolso del Fondo Monetario por u$s 5400 millones antes de n de año, faltarán unos u$s 1500 millones del programa financiero para cerrarla brecha en lo que queda de 2019.
Sin números oficiales actualizados aún tras el anuncio del “reperfilamiento”, los analistas ven un horizonte con menos necesidades aunque claro, a costa de incrementarlos pagos de 2020 en, al menos, unos u$s 8000 millones.
Por ahora, Hernán Lacunza dijo, en declaraciones periodísticas, que contaban con los u$s 5400 millones del FMI pero que si no llegan a tiempo “no pasa nada”. Y en la presentación de la semana pasada del “reperfilamiento”, ante una consulta de El Cronista enumeraron que las necesidades de financiamiento se cubren con caja, financiamiento intra sector público y también los dólares que se esperan del Fondo.
En EcoGo calcularon que “al Tesoro le sobran u$s 4170 millones, asumiendo que se desembolsa el sexto giro del FMI y el financiamiento adicional de organismos internacionales, que podrían ir contra las necesidades en pesos, equivalentes al sobrante de dólares, y le faltarían u$s 1280 si el desembolso no está en tiempo”.
Así, faltarían unos u$s 1500 millones aproximadamente, “más la brecha en pesos que se debería financiar con emisión monetaria, rompiendo definitivamente el programa monetario”, definió el economista Juan Ignacio Paolicchi de esa consultora. “Es difícil que no se llegue a cumplir el programa financiero por esos u$s 1500 millones dado que, si bien el desembolso del FMI se puede demorar, en algún momento se va a hacer”, agregó.
En esa consultora estiman un saldo inicial de caja de $ 255.434 millones y de u$s 2667 millones, al 26 de agosto. “En dólares el número es dato y hay muy poco de estimación, pero para la de pesos tomamos lo que informó el FMI de stock de depósitos menos lo que ya tenían depositados en dólares, y agregamos un 30% de los depósitos en el sistema financiero, asumiendo que eso responde en parte lo que podrían utilizar sin incurrir en problemas de iliquidez para hacerle frente a gastos corrientes (salarios, jubilaciones, etc.)”, detalló Paolicchi.
También para Guido Lorenzo, de LCG, queda poco del programa financiero de este año. Lo que falte derivado del déficit primario, que lo prevé en 1% del PBI, pronostica que se financia con el desembolso del FMI y el saldo inicial de caja. Pero que, en caso de no llegar el giro del Fondo, descuenta que financian lo que falta con emisión. “Es mi escenario base. Diciembre es un mes complicado para financiamiento, gran parte del gasto cae ahí”, recordó.
Lorena Giorgio, de Econviews, señaló que “el Gobierno ya está trabajando con la hipótesis de que los desembolsos restantes no van a llegar. Por eso era fundamental el ahorro de dólares que implicó el reperfilamiento de Letes institucionales y la suspensión de las subastas diarias”.
Así se llegaría a fin de año aunque no lleguen los desembolsos. “Pero para esto, eran necesarios además los controles cambiarios”, reconoció.
Sobre cuál es la situación actual de caja reconoció que la parte de pesos es más difícil de estimar, por el tema Lecaps y sus intereses. “En cuanto a los dólares, según nuestros cálculos actualmente la caja del Tesoro es de unos u$s 6500 millones, a lo que hay que descontarle lo que se pagó de Letes en los últimos días. En cuanto a lo que va a tener que abonar por este concepto a personas humanas en lo que resta del año, el monto estimado asciende a unos u$s 2000 millones aproximadamente, mientras que los intereses restantes también significan unos u$s 2000 millones. El saldo, seguramente se utilice para cubrir necesidades en pesos, aunque esto dependerá por supuesto del déficit primario con el que cierre el año”, calculó.
No descartan que el desembolso llegue tras octubre
Los interrogantes sobre cuándo llegará el próximo desembolso del Fondo Monetario cada vez son más fuertes. De hecho, en el Gobierno no descartan que se concrete luego de las elecciones presidenciales del 27 de octubre y hasta barajan que se podría dar en diciembre. De ser así, llegaría casi de manera conjunta al siguiente envío de dinero pactado de manera trimestral en su versión original: eran u$s 5400 millones en torno al 15 de septiembre y menos de u$s 1000 millones para el 15 de diciembre.
En los pasillos oficiales refuerzan que se cumplieron las metas al segundo trimestre, tanto las monetarias como fiscales, que es lo que el FMI debe evaluar cuando haga la quinta revisión de la economía argentina. Pero en sí, los cambios que se dieron tras las PASO, la sostenibilidad de la deuda, las medidas y su impacto fiscal y el incumplimiento de la meta monetaria agosto podrían ser argumentos del organismo, especulan analistas. Además, los propios movimientos hacia adentro del Fondo (con la partida de Christine Lagarde) suman incertidumbre acerca de cuándo se concretará.
En sí, que un desembolso se demore más de lo previsto y se dé de manera conjunta con el siguiente es una posibilidad concreta. Y ocurrió en otras oportunidades. La más reciente fue en Ghana: en febrero el FMI hizo de manera conjunta la séptima y octava revisión del préstamo dentro del marco de un “Extended Credit Facility Program” que vigente en ese país africano. Y envío sendos desembolsos juntos.
En los anteriores desembolsos para la Argentina en general también se demoraron, pero hasta ahora no acompañada de tanta incertidumbre. “El FMI no fue muy preciso con la fecha de publicación de las revisiones y los desembolsos. La primera revisión estaba programada para el 15 de septiembre de 2018 y se postergó hasta el 26 de octubre de ese año que directamente implicó un nuevo acuerdo”, recordaron en EcoGo.
La segunda revisión se realizó en la fecha programada, pero el resto se demoró más: la tercera revisión se retrasó 20 días y la cuarta exactamente un mes. En efecto, el último desembolso se hizo el 16 de julio, 31 días más tarde de la fecha prevista para la cuarta revisión.
No obstante, alrededor de un mes antes se debe darla revisión, hecho que hasta ahora todavía no ocurrió.
Fuente: Rosario Finanzas