El Grupo Eco-Efficient Cropping Systems de la Universidad de Córdoba (UCO),
liderado por el catedrático de Agronomía, Luis López Bellido -pionero en
estudiar la huella del carbono en el olivar-, ha acreditado que el olivar en
seto constituye “un gran aliado medioambiental” en la lucha contra el
calentamiento global del planeta.
Según se recoge en el estudio, el centro universitario ha autentificado que la plantación de dicho olivar de 20 años de edad, perteneciente en este caso a la finca ‘El Cercao de San Luis’, plantada y gestionada con el ‘Sistema Todolivo Olivar en Seto’, tiene un balance positivo de huella de carbono.
En concreto, esto le permite capturar de la atmósfera una media todos los años de 46.686 kilos de dióxido de carbono (CO2), llegando incluso a capturar algún año hasta 74.620 kilos, de manera que la cifra es equivalente al CO2 emitido por 40 coches durante todo un año.
Para ello, el grupo ha analizado la citada plantación realizada por Todolivo en 1999 con la variedad arbequina en la finca ubicada en el termino municipal de Villarrubia, a pesar de que el suelo de esta finca cuenta con una limitación físico-química que dificulta el normal desarrollo de la plantación.
Las capturas de carbono realizadas por la biomasa del olivar –parte aérea y raíces– y el suelo ha superado con creces a las emisiones de dióxido de carbono derivadas del manejo, así como de los gastos energéticos ocasionados durante el proceso de elaboración del aceite de oliva virgen extra, lo que ha permitido que el balance de secuestro de carbono haya sido “muy positivo”.
Para realizar los trabajos de campo de cara a analizar la huella de carbono, se arrancaron tres olivos representativos y se tomaron muestras de suelo a diferentes profundidades con el objetivo de calcular dicha captura de carbono por la biomasa y por el suelo.
Apto para secano y riego
En definitiva, se remarca que el sistema de olivar en seto es “muy sostenible desde el punto de vista medioambiental, es apto para secano y riego, consume pocos recursos naturales e ‘inputs’ agrícolas, en comparación con otros cultivos leñosos”.
Asimismo, se expone que “las prácticas que se realizan en el manejo del cultivo son muy respetuosas con el ecosistema, favorece la biodiversidad animal y, como ha quedado demostrado de forma científica en este estudio, actúa como un auténtico sumidero de dióxido de carbono, captando de la atmósfera cantidades muy importantes de este nocivo gas”.
Cabe señalar que ‘Todolivo’, en virtud a un convenio de colaboración firmado en 2018 con el Grupo Eco-Efficient Cropping Systems de la Universidad de Córdoba, prestará este servicio para todos aquellos clientes que deseen calcular el balance de la huella de carbono en sus explotaciones y aceites.
Una vez realizado dicho estudio, el cliente podrá acreditar en la etiqueta de su aceite, mediante un sello oficial que facilitará este Grupo, los kilos de dióxido de carbono que se capturan de la atmósfera por cada litro de aceite que se produce en la finca objeto de estudio.
Fuente: Bioeconomia