La soja se negoció en alza ayer en la Bolsa de Chicago donde, sin embargo, las mejoras no lograron devolverles a los precios todo lo perdido durante la rueda del viernes pasado, cuando se acentuaron las tensiones entre Estados Unidos y China, en medio de una guerra comercial que sigue con rumbo incierto.
Al cierre de los negocios, las pizarras del mercado estadounidense reflejaron subas de US$3,86 y de 3,95 sobre los contratos septiembre y noviembre de la soja, cuyos ajustes resultaron de 313,70 y de 318,66 dólares por tonelada. El viernes, cuando la oleaginosa completó la segunda semana bajista consecutiva en Chicago, estas posiciones resignaron 4,69 y 4,50 dólares, respectivamente.
Ayer las mejoras estuvieron relacionadas con la expectativa de una menor
cosecha estadounidense de soja que la prevista por el Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). Y el
fundamento fue el informe del Pro Farmer Tour difundido el viernes, en el que se
calculó la producción 2019/2020 en 95,17 millones de toneladas y el rinde
promedio nacional, en 31 quintales, contra los 100,16 millones y los 32,62
quintales del último reporte oficial mensual.
Así, lo que debió pasar el viernes de no mediar la suba de aranceles dispuesta por el gobierno de China -desde el 1º de septiembre elevará del 25 al 30% la tasa contra la soja estadounidense- y la respuesta nada conciliadora vía Twitter del presidente de EE.UU., Donald Trump, pasó ayer.
Pero el movimiento positivo de los precios podría tener hoy una nueva interrupción, producto de la mejora en el estado de los cultivos relevada tras el cierre de los negocios en Chicago por el USDA. En efecto, en su reporte semanal el organismo elevó del 53 al 55% la proporción de soja en estado bueno/excelente, cuando los operadores esperaban una mejora, pero hasta el 54 por ciento.
Un año atrás, el 66% de los cultivos de soja estaban en condición
buena/excelente, en el camino hacia una cosecha que dejaría 123,66 millones de
toneladas y un rinde promedio de 34,70 quintales por hectárea.
Enemigo querido
En la mañana del viernes Trump preguntó a través de un tuit quién era el enemigo más grande de Estados Unidos, si Jay Powel, presidente de la Reserva Federal, o el presidente del China, Xi Jinping. Luego expresó: "No necesitamos a China y, francamente, estaríamos mucho mejor sin ellos". Y como cierre de su raid en Twitter anunció la suba de todos los aranceles sobre los bienes chinos importados. Pero ayer, el mandatario comenzó la jornada con un tuit en el que relató: "Gran respeto por el hecho de que el presidente Xi y sus representantes quieran una resolución tranquila. Por eso es un gran líder y representa un gran país. ¡Las conversaciones continúan!".
Trump hizo el comentario a partir de los dichos del viceprimer ministro chino, Liu He, en una conferencia sobre tecnología. "Estamos dispuestos a resolver el problema mediante consultas y cooperación en una actitud tranquila y a oponernos resueltamente a la escalada de la guerra comercial", dijo el funcionario de China, según Reuters. No obstante, ni funcionarios, ni organismos chinos confirmaron contactos con pares estadounidenses, por lo que lo único concreto, más allá del voluntarismo desde una y desde otra "trinchera", es el aumento cruzado de aranceles anunciado el viernes pasado.
Lejos del foco de conflicto, en los puertos argentinos el valor FOB de la soja subió ayer de 350 a 353 dólares por tonelada. En la plaza disponible local, en tanto, la demanda ofreció US$240 por soja para las entregas sobre el Gran Rosario y US$245 sobre Bahía Blanca, sin cambios respecto del viernes. Para Necochea la propuesta bajó de 243 a 242 dólares.
La soja de la nueva cosecha para las entregas entre abril y mayo sobre el Gran Rosario se cotizó a US$235, con una baja de 5 dólares.