El panel fue coordinado por Marcos Pereda que mostró la potencialidad del sector. “Podríamos generar 600 mil empleos si logramos potenciar el sector en 2030. Con dos plantas de celulosa podríamos lograr 15 mil millones de divisas. Actualmente el sector representa el 0,5 % del PBI, pero podríamos alcanzar los 3 puntos”, dijo para dar pie al primer disertante.
El primero en disertar fue Ivan Tomaselli de Brasil, presidente de la consultora internacional de proyectos, planificación e ingeniería forestal en América Latina.
“Siempre es necesario identificar la mejor solución para el sector: una solución óptima puede no ser la mejor”, explicó Tomaselli para introducirse al desarrollo forestal en Brasil que se inició en 1966 y lamentó que Argentina tenga un déficit en la balanza comercial de 800 millones de dólares cuando fue el primer país en iniciar un programa de producción forestal.
“Los programas de incentivos forestales fueron muy inteligentes en Brasil. El productor no pagaba impuestos sobre las ganancias. Como resultado se plantaron 5 millones de hectáreas, que fueron 4 millones debido a la corrupción y los accidentes”, explicó.
“El programa continuó por 40 años. Hubo esfuerzo de los inversionistas. Luego se creó un programa de genética forestal. Se buscaron semillas en distintos lugares del mundo, Australia, por ejemplo. Se seleccionaron las mejores”, agregó.
“Hoy no solo se busca productividad. Las distintas semillas modificadas genéticamente sirven para satisfacer determinadas demandas. Madera blanda, dura, etc”, detalló.
“La productividad es de 50 metros cúbicos por hectáreas, 4 veces más que en los ‘60”, aseguró y recordó que “otros de los puntos importantes en la producción fue la interacción con las universidades públicas y el sector privado a partir de las cuales se crearon centros de investigación financiados por inversionistas privados”.
“Se entendió que tenías que apostar a la forestación para atender la demanda de madera forestal y no la de un aserradero, ya que de la producción forestal el 60% no se utiliza en los aserraderos. Por eso hay que trabajar en una producción integrada: secaderos de granos, producción de bioenergía, etc”,
“Todo eso necesita de inversionistas y en Brasil se incentiva esa producción. El sector exporta hoy 10 mil millones de dólares y genera 500 mil puestos de trabajo”, aseguró.
En cuanto a la actualidad de la producción, Tomaselli dijo: “Hay espacio en el mercado, pero tienes que ser competitivo. Hay mucha plata en el mundo para la producción forestal. Las inversiones directas actuales superan el PBI de EE UU”
“En los últimos 15 años las inversiones nacionales en forestación han mermado un 10 por ciento. Pero ahora están creciendo en plantaciones industriales”, detalló.
“Los riesgos son altos, no son líquidas. Es difícil vender un bosque. Son inversiones a largo plazo, a 10 años o más. El inversionista debe ser paciente, los ingresos son esporádicos”, explicó.
En ese sentido, aclaró: “No se pueden multiplicar los precios del mercado por los metros cúbicos de la plantación. Dependemos de las políticas ambientales, son riesgos muy altos”.
“Pero no todo es desgracia. Los bosques continúan creciendo en épocas de crisis económicas. Los precios de la madera se mantienen. Los bosques son materia prima para la industria forestal”, agregó.
Para concluir, aseguró: “Los bosques son importante para el desarrollo de países y regiones. Generan ingresos y empleos, y mantienen un impacto ambiental positivo” y recordó: “Argentina tenía un programa de forestación mejor que el de Brasil pero todo se dejó de lado y por eso los superamos”.
“Argentina debe tomar lo bueno de Uruguay en materia forestal”
El segundo disertante en el panel Forestal fue Carlos Faroppa de Uruguay, presidente de la Sociedad de Productores Forestales.
Faroppa se explayó sobre el surgimiento del sector forestal uruguayo y en ese sentido dijo: “Uruguay era un país sin forestación y ahora el sector exporta por 9 mil millones de dólares. Argentina son dos Uruguay, así que deben tomar nota de lo bueno que hicimos y desechar lo malo”
“Uruguay empieza con su producción forestal en los 60. Pero recién en el 87 comienza el desarrollo forestal. Se apostó a descentralizar la producción y crear un bosque nativo productivo. Hoy es el único país en el que su bosque nativo creció”, detalló.
“En la actualidad, los bosques plantados superan el millón de hectáreas, lo que representa casi el 6% del área total del país, multiplicándose por 40 en 30 años, suficiente para poner al sector forestal a la cabeza de las exportaciones del país por primera vez en 2018”, recordó.
En cuanto a la prioridad productiva, Faroppa explicó que el país vecino “sólo tiene forestado el 7,8 % del suelo, es decir 1.380.824 hectáreas; con un remanente de prioridad a forestar de 3.222.589 de hectáreas, es decir el 18,2%. Tiene 13 millones de hectáreas no forestadas, es decir el 74% del suelo”
“Generamos ventajas comparativas y competitivas. Es un país democrático en el que alcanzar consenso es fácil, que nos permiten tener 1.400.000 hectáreas forestadas”, agregó.
Al comparar la situación de Uruguay y Argentina, el presidente de la Sociedad de Productores Forestales, alertó: “Argentina aventaja a Uruguay en posibilidad de inversiones. Pero Uruguay ocupa el lugar 23 en el sistema de transparencia mundial”.
“Una riqueza inexistente en el país genera hoy el 3,6 del PBI y representa el 23 % del total de exportaciones son forestales”, sostuvo.
“La cadena forestal genera 25.000 empleos e involucra 1.750 empresas. Además, generó del 3,6 % del Producto Bruto Interno (PBI) en 2016, e impuestos por 280 millones de dólares”, explicó.
El especialista ahondó además en la apuesta a futuro de Uruguay. “La forestación es una política de Estado y se busca incrementar y diversificar la oferta de materia prima. Aumentar la eficiencia de la cadena productiva a través de mejoras tecnológicas y capacitación/especialización. Además de avanzar hacia productos de mayor calidad, para generar valor agregado”.
En cuanto a los desafíos para el desarrollo del sector, Faroppa consideró necesario “disminuir los costos de la energía eléctrica y combustible para proyectos industriales. Promover usos forestales no madereros, energía y usos ambientales”.
También apuntó como necesario “eliminar las inconsistencias entre leyes de ordenamiento territorial nacional y local, para lograr adecuar las exigencias de autorización ambiental para proyectos forestales”.
Insistió en “generar reglas claras y estables para asegurar la continuidad del crecimiento y seguir trabajando en educación e incorporar una cultura forestal nacional”
“Están hechas todas las bases para que la producción pueda despegar”
El último expositor fue Nicolás Laharrague, director de Desarrollo Foresto Industrial, del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación.
El funcionario nacional aseguró que “si hacemos las cosas bien podemos igualar y hasta superar lo que hicieron nuestros vecinos”
“Hay que trazar metas y mirar para adelante. Trabajamos para promover la expansión forestal y el agregado de valor en la Cadena Foresto Industrial de forma competitiva y sostenible”, agregó.
En ese sentido, Laharrague explicó que “la misión de la Dirección Nacional de Desarrollo Foresto Industrial es promover al sector como motor estratégico para el desarrollo económico y social. El objetivo es aumentar la superficie forestada y la producción de manera sostenible y competitiva”
En ese marco, detalló que “los bosques implantados en Argentina se distribuyen en Eucalyptus un 25%, Coníferas un 60%; Salicáceas un 10% y otros 5 %. En total son 1,3 millones hectáreas”.
“La región mesopotámica representa el 75 % de la producción forestal total, mayormente concentrada en Misiones y Corrientes”, recordó.
“La oferta disponible estimada es de 25 millones de metros cúbicos. Se cosechan 15 millones de metros cúbicos anuales. Pero la balanza comercial es deficitaria, de 800 millones de dólares por falta de plantas de celulosa”, lamentó.
“En el país hay 8 pasteras, pero solo 5 produjeron con materia prima de origen forestal exclusivamente en 2017, 2 produjeron en base a bagazo de caña de azúcar y una con línter de algodón”, explicó.
Pese a la actualidad, el funcionario nacional vaticinó: “La Argentina tiene la posibilidad de convertirse en una potencia forestal. Se debe lograr la expansión de la superficie forestal y la instalación de nuevas empresas forestales. Hay que mejorar la infraestructura y la logística. Este gobierno puso en marcha los bitrenes y el ferrocarril Urquiza”.
“En 2018 se exportaron 280 mil hectáreas en bruto, que dejó 500 millones de pesos solo en exportación de rollos”, ejemplificó.
“El Gobierno nacional reconoce a la industria forestal. Se posicionó a la madera para la construcción de casas. Misiones lleva la delantera e invirtió 10 millones de dólares para la fabricación de casas”, agregó.
“En Chile el 20 % de la construcción es con madera, acá le tenemos miedo”, se lamentó.
De cara al futuro, recordó que “el Plan Estratégico Foresto Industrial tiene como objetivo pasar de un millón de hectáreas, a 2 millones de plantaciones forestales, que aportaría al cambio climático ya que Argentina firmó el Tratado de París”
“Otra de las herramientas con la que cuenta el país es la Ley de inversiones para bosques nativos vigente hasta 2029”, detalló.
“La masa forestal está lograda, pero de todos modos el Estado cedió, con la vigencia de la ley de inversiones, para que incentivar la llegada de industrias”, explicó.
Sobre las políticas para el sector, el funcionario sostuvo: “Buscamos acortar el plazo de los incentivos, hasta ahora había que esperar hasta 4 años buscamos, pero bajarlo a 2. Los proyectos industriales tienen estabilidad fiscal por 30 años entendible a 50 según la zona”
“Además se modificó el IVA y se avanzó en la opción de amortización acelerada para inversiones de capital. Se reflotó la comisión asesora de la Ley 25080 para asegurar la difusión y que volverá a reunirse en septiembre”, agregó
“También se concretó El programa de “Prosas”, que creó el seguro verde. Lo que nos permitió generar 650 millones de pesos para distribuir”, aseveró.
“Se gestionó un proyecto de ley de promoción para incentivar la industria forestal, que espera ser tratada en el Congreso y se bajó el costo para el sector de las cargas sociales”, concluyó.