Entre mediados de mayo y el arranque de agosto tres marcas de tractores presentaron en el país modelos con tecnología surcoreana.
¿Una simple coincidencia? Puede ser, pero no deja de llamar la atención, máxime teniendo en cuenta el potencial industrial de Corea del Sur, sobre todo por su elevado nivel de competitividad y la fuerte expansión comercial que vienen mostrando en los principales mercados del planeta.
Tres al hilo
En mayo, la marca LS desembarcó en el país con el lanzamiento de cuatro modelos de 45 a 112 HP, importados desde la filial que la marca posee en Brasil, a través de un convenio con la local DLS Trac SA.
Un mes después, New Holland presentó en sociedad sus nuevos tractores compactos Boomer 25 (27 HP) y Workmaster 40 (38 HP), ambos fabricados en Corea del Sur, en el marco de un joint venture con la empresa LS Mtron.
La terna se completó en la Expo Rural de Palermo, con el lanzamiento de los tractores Kioti en sus versiones CS2610 (26 HP) y DK4510 (45 HP), importados a través de Importrade SA.
Poderío coreano
Corea del Sur es actualmente una de las potencias económicas más importantes del planeta.
Pese a contar con limitados recursos naturales, ostenta un PBI que se ubica en el Top Ten mundial.
Su caballito de batalla ha sido el desarrollo tecnológico. En algunas industrias, como electrónica, telecomunicaciones o automotriz, eso se traduce en posiciones de liderazgo, incluso a nivel de empresas, con marcas globales como Samsung, LG, Hyundai y Kía.
Máquinas
En el caso de la maquinaria agrícola, sus productos son menos conocidos, al menos en esta parte del mundo, pero vienen creciendo de manera sostenida, en especial de Norteamérica y Europa.
Incluso en la región, los primeros pasos han sido consistentes. La filial brasileña de LS ya le pelea el liderazgo a John Deere en algunos segmentos, con una estrategia de venta directa y precios “imbatibles” que le ha permitido copar la parada en numerosas licitaciones oficiales.
Kioti, en tanto, viene apostando cada vez más fuerte en su filial norteamericana, con importantes inversiones en plantas fabriles y desarrollo comercial.
Competitividad
Los pilares competitivos del modelo surcoreano son tres: Una tecnología de excelente nivel (lo más parecido a Japón dentro de la oferta asiática), bajos costos de producción (basados en la eficiencia de sus procesos productivos) y una estrategia comercial agresiva (para ganar nuevas tajadas en los mercados mundiales).
Dichos así, parecen simples. Pero les han permitido consolidar una posición. Y ahora parecen dispuestos a ir por más.
Con argumentos parecidos, la ola surcoreana ya es un “boom” en otras áreas de negocios, como la música (K-Pop) o las series de TV (K-Drama). ¿Llega la ola de los K-Tractors?
Fuente: MaquiNAC