Resultados preliminares de relevamientos realizados a lo largo de toda la región agrícola indican una posible reducción de área, explicada principalmente por falta de condiciones adecuadas para la siembra en los núcleos productivos del NEA y Centro-Norte de Santa Fe, como así también una relación insumo-producto menos atractiva en comparación a campañas anteriores. Bajo este escenario, se estima que la superficie destinada a girasol alcanzaría 1.750.000 hectáreas durante la campaña 2019/20, reflejando una caída interanual de -7,9 % (- 150.000 hectáreas en números absolutos). De concretarse, se estaría revirtiendo el ciclo de expansión del cultivo iniciado en la campaña 2015/16.
Si bien esta primera proyección de superficie refleja una caída interanual, aún se ubica un 8,4 % por encima al promedio de las últimas cinco campañas (Superficie promedio 2014/15 a 2018/19: 1,6 MHas). Asimismo, se encuentra sujeta a la evolución de variables climáticas y de mercado durante la ventana de siembra, la cual se extendería hasta fines de noviembre y principios de diciembre, momento en el cual los núcleos productivos del sur bonaerense se encuentren transitando su ventana óptima para la incorporación del cultivo en la rotación agrícola.
Escenario Climático
A pocas semanas de comenzar una nueva campaña, en los núcleos girasoleros del norte del país aún predominan excesos de humedad y lotes anegados. Estos factores adversos que ya limitaron la siembra de trigo en las regiones NEA y en sectores del Centro-Norte de Santa Fe, también comprometen la superficie que podría ser implantada con girasol, explicando gran parte de la merma interanual de área prevista en ambas regiones para este nuevo ciclo.
En paralelo, si bien aún faltan varias semanas para iniciar la ventana óptima de siembra sobre el centro y sur de la región agrícola, en donde la humedad para la siembra no sería una limitante para la implantación del cultivo, la intención en estas regiones se encuentra comprometida por una más desfavorable relación insumo-producto. En consecuencia, bajo el escenario actual también se prevén caídas interanuales de superficie en diferentes sectores de Buenos Aires y La Pampa. Diferencia Interanual de Humedad Superficial 17/07/2019 vs 17/07/2018
Desde un punto de vista climático, según las perspectivas para la primavera del 2019, las lluvias alcanzarán valores superiores a la media en la mayor parte de la región, pudiendo causar anegamientos e inundaciones en zonas bajas. En el sudoeste de la Región Pampeana se esperan lluvias moderadas a abundantes que parcialmente aliviarán los cuadros bajo déficit hídrico. Con un ascenso térmico superior a los valores normales, las irrupciones de aire polar irán reduciendo su extensión e intensidad. No obstante, el sur y el centro del país experimentarán riesgo de heladas tardías hasta mediados de la primavera.
Hacia el verano, se espera que las precipitaciones en la Región Pampeana sean entre moderadas y escasas, mientras que la temperatura continuará ascendiendo, alcanzando valores moderadamente superiores a lo normal, a la vez que las irrupciones de aire polar estarían prácticamente ausentes.
Las principales variables que hacen al manejo del cultivo se focalizan en los materiales de siembra, la fertilización y el cuidado sanitario. Sobre esto último, el uso de fungicidas es clave para el control de enfermedades foliares, aunque su aplicación no está generalizada en girasol y su uso muestra variabilidad según las distintas regiones.
El uso de fertilizantes en el nuevo ciclo 2019/20 se mantendría relativamente estable respecto a las últimas campañas relevadas. El mismo se concentra mayormente en fuentes fosfatadas, con más del 65% del volumen total aplicado en girasol. La dosis promedio de fósforo aplicado es relativamente baja respecto a otros cultivos – unos 9 kg P/ha aplicada – y a su vez la relación insumo/producto no motiva un crecimiento de esta variable para la próxima campaña.
En relación a los materiales de siembra y puntualmente a aquellos con tecnología para control de malezas, se espera que en el próximo ciclo 2019/20 se observe un nuevo incremento de uso, aunque leve respecto a años anteriores. El girasol con tecnología CL muestra un alto grado de adopción y una tendencia positiva a lo largo de los últimos ocho años: en 2017/18 alcanzó un 60% a nivel nacional y los datos preliminares de la última campaña 2018/19 reafirmarían esta tendencia.
Para el caso de girasol alto oleico se podría esperar un leve incremento para el nuevo ciclo 2019/20, dada la demanda que se refleja en el sector proveedor de semilla; sin embargo, esta variable no muestra un patrón firme de adopción a lo largo de las últimas campañas. Por el contrario, la siembra de estos materiales se ve influida por situaciones coyunturales, mayormente de mercado y de oferta comercial de la semilla. La variabilidad interanual y la regionalización en el uso de híbridos alto oleico responde a estos factores, por ejemplo, en zonas como la Cuenca del Salado.
Escenario Económico
Con el objetivo de describir los incentivos económicos recibidos por los productores durante esta nueva campaña agrícola, al momento de analizar el escenario debemos tener en cuenta diversas variables, como precios de mercado, costos y cambios en las políticas públicas que afectan al cultivo.
En este nuevo ciclo, los precios vigentes se ubican por debajo de los registrados en el mismo período de la campaña anterior. Si tomamos la cotización en el Mercado a Término de Buenos Aires (MATba), el precio del girasol se encuentra en promedio un 21% por debajo de la campaña 2018/19, cercano al mínimo de los últimas 5 campañas.
En cuanto a los costos, en las últimas campañas se observa una disminución de los precios de los insumos claves para la producción del cultivo, moderando en parte los efectos de los menores precios del grano en los márgenes brutos del productor, que de todas maneras se estiman inferiores a los de la campaña 2018/19.
En este sentido, aunque mayor a la vigente durante las últimas tres campañas, la relación insumo-producto se ubicaría todavía por debajo de la observada para el promedio de las campañas 2013/14 a 2015/16, previas al inicio del ciclo de expansión que le permitió al cultivo recuperar parte de la superficie perdida durante las campañas anteriores. Esta relación muestra la cantidad de producto necesario para comprar una unidad de insumo, su suba refleja que se necesitará una mayor cantidad de producto para comprar la misma cantidad de insumos.
Debe notarse, que a partir del 11 de julio de 2019 mediante el Decreto 464/2019, el girasol pasó de pagar $4 a $3 por cada dólar exportado en materia de derechos de exportación. Luego del cambio, se registró un aumento del precio disponible, que se incrementó 2,3% el día posterior al anuncio. En ese contexto, tanto aceite de girasol como semilla de girasol pasan a tributar una alícuota de $3 por dólar exportado, eliminándose el diferencial arancelario existente.