Los precios del maíz sumaron ayer la cuarta rueda bajista consecutiva en la Bolsa de Chicago, producto de las lluvias que cayeron en buena parte de las zonas agrícolas de los Estados Unidos, donde el cereal se encuentra atravesando la etapa de polinización, que definirá el potencial de rendimiento de los cultivos.
Al momento de fijar los ajustes de la rueda, las pizarras reflejaron ayer quitas de US$4,52 y de 4,63 sobre los contratos septiembre y diciembre del maíz, cuyos valores de cierre resultaron de 167,12 y de 169,18 dólares por tonelada. Para la soja, las bajas sobre las mismas posiciones fueron más moderadas, de US$0,45 y de 0,46, en tanto que los precios quedaron en 323,81 y en 325,92 dólares.
"Durante las últimas 48 horas, las llanuras del norte y el cinturón maicero de los Estados Unidos recibieron entre 25 y 64 milímetros de lluvias. Esto implica que, de entrar en un período de altas temperaturas, la mayoría de las zonas cubiertas con maíz y con soja lo hará con abundante humedad en los suelos, lo que debería minimizar el estrés sobre los cultivos", dijo ayer el área de Análisis de Clima de la firma Refinitiv, que forma parte de Thomson Reuters.
El viernes último esa misma firma había augurado una ola de calor sobre las zonas productoras de granos gruesos estadounidenses, que elevaría las marcas sobre los 38ºC y que estaría acompañada por una ausencia de lluvias que afectaría el desarrollo de los cultivos. Justamente por esos augurios, durante la última rueda de negocios de la semana pasada tanto el maíz como la soja cerraron con importantes mejoras.
Pero los pronósticos no se cumplieron y los precios no solo tuvieron que devolver lo ganado el viernes, sino algo más. En efecto, en lo que va de la semana el valor del maíz perdió un 6,55%, al pasar de 178,83 a 167,12 dólares, en tanto que la cotización de la soja resignó un 3,50%, tras caer de 335,56 a 323,81 dólares.
Lo visto durante la presente semana no es más que la confirmación de la
volatilidad que implica el denominado "mercado climático", que en la presente
campaña 2019/2020 se adelantó notablemente por las excesivas lluvias que
impidieron y demoraron las siembras en el medio oeste y en la zona de las
grandes planicies.
Entonces, la volatilidad usual se encuentra exacerbada actualmente por la incertidumbre que persiste sobre el número real de las superficies que lograron ser cubiertas con maíz y con soja. Estas dudas deberían despejarse el 12 de agosto cuando el USDA publique el resultado de los relevamientos de campo que está haciendo por estos días sobre 14 Estados (entre ellos los relevantes para la producción de granos gruesos).
Sin embargo, incluso después del informe del USDA, persistirá el interrogante sobre el impacto que las siembras fuera de término tendrán sobre los rendimientos de los cultivos. Es decir, la volatilidad estará garantizada hasta bien entrada la cosecha, hacia fines de octubre.
Hasta entonces, ningún movimiento podrá darse por definitivo, en un marco claramente positivo por la previsión de cosechas de maíz y de soja que quedará muy por debajo de los 381,78 y de los 112,95 millones de toneladas proyectados por el organismo en mayo, cuando la campaña 2019/2020 recién se iniciaba.
En el Mercado a Término de Buenos Aires la posición abril del maíz bajó US$2,50 y quedó en US$154, en tanto que el contrato mayo de la soja cerró sin cambios, en 239 dólares.
Sigue demorada la cosecha local
La Bolsa de Cereales de Buenos Aires relevó ayer el avance de la cosecha de maíz para grano comercial sobre el 61% de la superficie apta. Este dato, que implicó un progreso semanal de 7,9 puntos, quedó por debajo del 76% vigente un año atrás y del 68,6% promedio de las últimas cinco campañas. "En el nivel nacional los rindes mantuvieron la tendencia positiva registrada durante gran parte de la campaña y permitieron acumular a la fecha un volumen parcial de 31,4 millones de toneladas", indicó la entidad, que sostuvo en 48 millones su proyección para el cierre del ciclo. Aún quedan en pie cerca de 2,3 millones de hectáreas, correspondientes a planteos sembrados en verano.