Mayor poder de fuego para frenar una posible corrida cambiaria. Es uno de los puntos principales que se desprende del staff report dado a conocer ayer por el Fondo Monetario Internacional que se concreta por dos vías: posibilidad de armarse en futuros para poder vender y quedarse en posición vendida por un margen mayor y, por otro lado, menos exigencias desde las reservas internacionales netas (o al menos, conocidas) para que el Banco Central pueda intervenir en el mercado de contado.
El temor por una posible corrida cambiaria está latente. A medida que se acercan las elecciones presidenciales, con la PASO como punto intermedio, y luego de la estabilidad en el dólar en las últimas semanas, con una inflación que presiona, el Gobierno quiere poder tener más herramientas para frenar una escalada de la divisa.
En el documento elaborado por los técnicos del FMI, liderados por Roberto Cardarelli, que presentaron ante los directores del Board el viernes pasado y defendieron para conseguir que el organismo acceda a enviar el quinto desembolso (que debería llegar hoy), por u$s 5400 millones, se detalla que ahora el Gobierno podría tener una posición vendida de futuros de dólar por hasta u$s 3600 millones a fines de septiembre, desde los u$s 1000 millones que estaba establecido antes.
Con una posición comprada de unos u$s 3000 millones a nes de junio, el poder de fuego sube entonces a unos u$s 6600 millones para nes de septiembre. Se prevé que con esta cantidad, sumada a la posibilidad de intervenir en el mercado de contado, aun cuando esté por debajo del techo de la desdibujada zona de no intervención (anunciada el pasado 29 de abril),sería un frente significativo.
El otro punto relevante es que sobre el indicador que era esperado por el mercado para evaluar cuánto iba a poder vender el Banco Central en el caso de una disparada del dólar, el NIR (reservas internacionales netas, por su siglas en inglés),se especificó que se introduce un “ajustador al objetivo NIR para incorporarlos cambios a la política del BCRA para las posibles ventas de moneda extranjera para contrarrestarlas condiciones del mercado”. Es decir, no se dan más detalles que los que se conoce.
La autoridad monetaria se guarda así la carta sobre cuánto en sí está dispuesto a vender, de manera de que el mercado no se anticipe y testee si en verdad lo hará y si es suficiente una cantidad en particular. “Los objetivos NIR se ajustarán a la baja por la cantidad total de dólares estadounidenses vendidos a través de subastas en divisas, que se ejecutan de acuerdo con la regla de intervención”, agrega el FMI.
El temor por una corrida en meses de elecciones se plasma en el documento del organismo cuando identifican que “el principal riesgo sigue siendo un cambio prolongado en preferencias de la cartera fuera de los activos argentinos como resultado de las crecientes incertidumbres sobre la futuro panorama político”. Señalan que “esto podría manifestarse como un aumento de la dolarización que provocará presiones de depreciación, pasando a la inflación y dando lugar a un aumento en la relación deuda-PIB y una mayor pérdida de reservas de divisas que la proyectada en la línea de base”.
Fuente: Rosario Finanzas