En estos momentos, entre vapores en plena carga, otros que esperan su turno
en rada y nominados hay casi 300 barcos dispuestos a transportar maíz, poroto de
soja, aceites y harinas. La estrella este año es el maíz, con un total de 92
barcos en la grilla, por un total de 2,75 millones de toneladas que deberían ser
despachados en los próximos 45 días. Y este es uno de los principales motivos
que justifica la actual firmeza en el valor del cereal disponible, además de la
fuerte suba registrada en Chicago en las últimas semanas.
Nos preguntamos qué puede suceder cuando los exportadores cubran la demanda de maíz disponible. Las chances de que el mercado del cereal corrija el precio a la baja son muy altas, si bien hay otros factores que seguirán influyendo, como lo es el volumen final de producción de la cosecha estadounidense.
El segundo producto en el ránking es la harina de soja, con un total de 72
vapores en la grilla y luego, en tercer lugar, se ubica el aceite de soja, con
37 vapores. Tiene sentido la menor cantidad de vapores de aceite de soja, pues
el rendimiento industrial del procesamiento del poroto de soja es un 18% aceite
y un 78% harina.
El dato clave para poder entender el comportamiento de los mercados,
principalmente el de soja, es la cantidad de vapores a la carga de dicho
producto. En total son 20 barcos que esperan por poroto de soja, de los cuales
12 están nominados para la carga en los puertos de Bahía Blanca y de Necochea, y
3 en Lima. Solo 5 vapores están a la carga en los puertos de up river (Gran
Rosario), donde está localizado el 90% de las industrias procesadoras. Este es
el reflejo de por dónde pasa la demanda actual del complejo soja. Los
exportadores de poroto de soja no forman mercado, pues no generan demanda, al no
tener interés de los importadores, hoy concentrados en Brasil, mayor abastecedor
de China, el principal importador mundial.
El otro dato clave es que la pérdida de competitividad del complejo industrial aceitero por la desigualdad impositiva que les aumenta los costos operativos las aceiteras lo compensan con un menor precio de compra de su materia prima, el poroto de soja. Por ello el valor de la oleaginosa en nuestro mercado no acompañó la suba registrada en el mercado internacional.