Ayer martes 25 de junio, el dólar cerró en $ 43,50 a nivel minorista. Así llegó a su nivel más bajo en las últimas ocho semanas.
Los pronósticos de otrora que anticipaban una elevada volatilidad fallaron.
Ahora, habría que pensar en una paz cambiaria hasta al menos agosto. Pero ello no querría decir que el dólar fuese a seguir bajando.
De hecho, hoy miércoles repuntó cerca de 1%. El tipo de cambio de referencia del banco Central, Comunicación A3500, cerró en $42,7117; 0,96% respecto al día de ayer.
Estas ocho semanas de tranquilidad cambiaria, obviamente, para el negocio agrícola representan un problema dada la inflación imperante. Porque el dólar no sólo no ha acompañado la inflación sino que nominalmente ha bajado.
Hasta la fecha, cuatro han sido las razones para que se mantenga esta suerte de veranito cambiario.
Una de ellas obviamente, expresamente implementada por el Banco Central, se basa en la tasa de interés que permite pingües ganancias al pasar de dólares a pesos. Esta política, además, alienta la entrada de fondos especulativos, ahora que la tasa de interés de EE.UU. está en baja. Así, los capitales especulativos tratan de hallar plazas con rendimientos más atractivos.
Otra es que el Banco Central, al tener mayor margen de acción según lo acordado con el FMI, puede presionar en el mercado de cambios a la baja. La banda cambiaria está entre $ 39,75 y $ 51,44 hasta fin de año. Además su poder de intervención por día es de US$ 250 millones, si el dólar llegase a pasar el techo de dicho banda.
Otra de las razones es el ingreso de dólares por la cosecha que como sabemos es récord.
La cosecha es protagonista del saldo comercial positivo logrado en este año. En los primeros cinco meses, las exportaciones fueron de USD 25.517 millones y las importaciones, de USD 20.989 millones, según el INDEC. Entre enero y mayo, la balanza comercial tuvo un superávit comercial de USD 4.528 millones, el más elevado desde 2012 Una buena…¿no?
Y, por último, está la que quizás sea la principal. Nos referimos a la designación de Pichetto que ha traído mayor confianza a los mercados.
¿Podrá seguir la baja del dólar o lo que es lo mismo subir el peso?
Es muy difícil que este proceso de apreciación de nuestra moneda continúe, porque día a día se acrecienta el problema de competitividad. Y cualquier incidente, en la medida que ésta se mantenga baja, podría disparar un proceso ascendente en el valor del dólar.
En tal caso, los fondos especulativos tratarían de salir del país y ello acentuaría el círculo vicioso.
No conviene para nada un dólar rezagado. La experiencia lo demuestra.
Así las cosas, lo lógico es que el dólar comience al menos a acompañar la tasa de inflación, sin sobresaltos, dado el alto poder de acción que mantiene el Banco Central.
En este cuadro, la baja del precio de la soja en el mercado local se interrumpió. Hoy, 26 de junio, el valor ofrecido por la oleaginosa condición fábrica con entrega disponible se ubicó en $ 9.500.-, mismo valor que ayer.
Con este panorama, es posible que la mercadería disponible empiece a subir, en vista de las mejoras registradas en los mercados internacionales.
La verdadera amenaza está en que las condiciones climáticas en EE.UU. mejoren muy fuertemente.