En nuestro anterior artículo sugerimos esperar para definir precios. Hoy, a pesar de las alzas del último mes, la tentación de sugerir lo mismo es grande. Pero vayamos "paso a paso" y por producto.
El trigo 2019 está que arde y con razón. Sobre una cosecha de 19,5 millones de toneladas, la exportación muestra compras por 12 millones y la molinería, por 3,4 millones. Con un consumo interno de 6,2 millones, a los molinos les faltaría comprar 2,8 millones. Asumiendo un carry over de 500.000 toneladas, quedaría un saldo exportable de sólo 800.000 toneladas. Si estimamos las necesidades aún insatisfechas de Brasil, los números no cierran. El trigo argentino es muy competitivo en ese destino.
Muchos ven como una amenaza el comienzo de la nueva cosecha en el hemisferio norte. No estamos de acuerdo. Con los números citados, resulta claro que el trigo 2019 ya está divorciado del plano internacional. Para 2020 el panorama cambia. Si el clima acompaña y con área récord, se puede plantear la hipótesis de una histórica cosecha, del orden de los 22 millones de toneladas. Si bien se volverían a repetir problemas en Australia, EE.UU. y Rusia, los US$180 por tonelada que se vienen ofreciendo para la nueva cosecha no son para despreciar. Ventas forward que garantizan rentabilidad nunca deben desecharse. Incluso el put de 165 es "de manual".
Los productos de cosecha gruesa están alineados con Chicago. Y el clima en EE.UU. nos jugó a favor. Era "justo y necesario". En nuestra opinión, los recortes productivos en EE.UU. por razones climáticas superarán los que blanqueó el USDA el 10 del actual. No es habitual que dicho organismo efectúe un recorte como el que planteó en maíz, de 34 millones de toneladas para esa fecha. Pareciera ser el prolegómeno de un ajuste mayor. No descartamos que la caída productiva respecto de la producción pronosticada en mayo (381 millones) termine superando las 50 millones.
Si así fuera, las exportaciones estadounidenses originalmente previstas en 58 millones, se deberían ajustar. Ello implica un fuerte racionamiento en EE.UU. Y allí no existe un Moreno que cierre las exportaciones. Por ende, el racionamiento de la demanda será vía precios. La demanda interna en EE.UU. supera los 300 millones de toneladas y aparece como bastante inelástica en la actual coyuntura. El etanol (140 millones) es por ley y el consumo forrajero (otras 140 millones) no será fácil de recortar con los precios actuales de la carne. Esta historia continuará, por lo cual apostar a la siembra de maíz para 2020 se nos ocurre una muy buena idea.
En el caso de la soja, los tiempos climáticos en EE.UU. son otros, pero los recortes productivos también serán importantes. Como factores negativos para los precios podríamos mencionar a la guerra comercial y a la fiebre africana porcina en China. Pero, en nuestra opinión, la demanda china (soja o carnes) no caerá pari-passu con la matanza de cerdos. Además, los "fondos" en soja aún están vendidos.
Conclusión. Buen panorama para el sufrido y desprotegido (en comparación)
productor argentino. Prudencia, información y criterio en el manejo de las
herramientas que brinda el mercado es la consigna de hoy.
Por: Enrique Erize