Por segundo mes consecutivo, alimentos y bebidas aumentó un poco por debajo del IPC general: 2,4% frente al 3,1% de la inflación. Si bien el dato luce alentador, los analistas creen que esta mejora es temporaria y, en ese sentido, la evolución del dólar en los próximos meses jugará un rol primordial. No obstante, ven probable que haya volatilidad más cerca de las elecciones, que presionaría a los precios nuevamente.
“En un contexto de estabilidad cambiaria el aumento de alimentos y bebidas se mantuvo en línea con el dato de abril. El dato interanual desaceleró en el margen (había sido 3,3% en mayo 2018), pero se ubica en niveles extremadamente altos considerando el impacto que este rubro tiene sobre la canasta básica y los indicadores sociales”, resaltaron desde LCG.
Matías Rajnerman, de Ecolatina, advirtió que en cuanto el dólar se vuelva a acelerarlos alimentos van a volver a subir por encima del nivel general. “El Gobierno es consciente de esto y por eso apuesta todas sus chas a la batalla cambiaria, pero aunque venga ´triunfando´ hace un mes y medio, no podemos armar que la guerra está ganada”, alertó. Pero dijo que a medida que nos acerquemos a las PASO, “las tensiones cambiarias reaparecerán y habrá que ver ahí la pericia del Banco Central y de qué herramientas efectivamente dispone”.
También Juan Ignacio Paolicchi, de EcoGo, dijo que mientras el dólar siga calmo, esta dinámica se va a sostener, pero en cuanto vuelva a subir, alimentos y bebidas va a volver a acelerarse. “Esta mejora es coyuntural, está muy lejos de ser estructural”, denió y agregó que este rubro dio por debajo del nivel general “porque este está incorporando el impacto de las tarifas”.
Pero coincidió en que “una vez que pase el grueso del ingreso de los dólares de la cosecha puede haber mayor volatilidad, y también a medida que se vayan acercando las elecciones, en tanto la polarización se profundice y no haya un candidato que le agrade al mercado y que pueda ganar de manera certera”.
Para el segundo semestre
Para los próximos meses, la posibilidad de que el IPC converja por debajo del 3% en el segundo semestre dependerá de la dinámica del mercado de cambios, aseguran en LCG. “Pero puede haber alguna presión del lado de los salarios en un escenario (económico y político) en el cual no existe demasiado espacio para seguir comprimiendo márgenes”, añaden.
Advierten, en ese sentido, que no se pueden descartar nuevas tensiones en el mercado de cambios y, que si este fuera el escenario, podría iniciarse un régimen de funcionamiento de la economía en un nivel de inflación aún más elevado. “La posibilidad de espiralización de la inflación que se podría desencadenar debido a mecanismos de propagación sustentados en una fuerte indexación que existe en la red de contratos de nuestra economía no debe resultar una preocupación menor”, alertan.
Para el año, los analistas esperan que, aún con una desaceleración en los próximos meses, la inflación terminará en un 40% como piso.
Fuente: Rosario Finanzas