Juan Insua, 33 años, es un investigador de la Universidad de Mar del Plata-INTA Balcarce y becario de Conicet, que hizo parte de su tesis doctoral en la Universidad de Michigan, EE.UU, en el desarrollo de una herramienta para el manejo de pasturas, que facilita la toma de decisiones a campo.

Dado el interés de esta iniciativa para los productores argentinos y de otros países de la región, donde se consume en promedio el 50% del pasto que se produce, frente al 75-80% en ganaderías más desarrolladas, desde Valor Carne anticipamos la experiencia del joven científico, enmarcada en las llamadas soluciones AgTechs que están revolucionado la agricultura mundial, por su alta capacidad de acelerar la mejora de la productividad.

“La rentabilidad de los sistemas ganaderos está fuertemente impactada por la alimentación. El pasto es el alimento más barato y la nueva tecnología permitirá aprovecharlo mejor y bajar los costos de producción”, afirmó Insua. Y prosiguió: “Es una herramienta superadora porque calcula cantidad y calidad nutricional al día de hoy, en forma rápida y precisa, y predice estos parámetros para los próximos días. El modelo fue probado en los Estados Unidos y, ahora, el desafío es validarlo en nuestros campos”.

Las técnicas disponibles

Según Insua, en términos generales, el productor argentino no realiza una medición sistemática de las pasturas, porque es dificultoso. “Entre aquellos que sí lo hacen, algunos practican la estimación visual, basada en la experiencia de años, y calculan la carga en forma aproximada en función de ello”, señaló.

Otros miden la altura del pasto con un pasturómetro, sea una regla o un plato, y después transforman ese dato en kilos de materia seca mediante una ecuación. “Hay que tomar una muestra en cada potrero, cortarla, pesarla y luego hacer el cálculo. El problema es que lleva mucho tiempo y trabajo, y es subjetivo, ya que puede haber variaciones entre operarios”, aseveró.

En los últimos años han aparecido sensores, de mano o arrastrados por un cuatriciclo, que computan la altura electrónicamente. “Hacen lo mismo que la regla, pero en forma automatizada. Se puede ir más rápido, pero los equipos son costosos y puede haber inconvenientes para calibrarlos, sobre todo en terrenos irregulares, con barro o encharcados, porque se mueven y pierden precisión”, contó.

¿Información satelital? «Hay productores de avanzada que están tratando de utilizarla para mejorar la planificación forrajera. Pero en sistemas muy intensivos hay una limitante de resolución, o sea, la superficie mínima en la que el satélite toma un dato es mayor al tamaño de los potreros. Entonces, no resulta tan útil”, comentó. Otro problema, continuó, “es que el dato está disponible con unos días de retraso y, encima, si el día está nublado no lo puede leer, haciendo que la información ya no resulte tan precisa como para tomar decisiones en tiempo y forma”.

En tal sentido, el quid de la cuestión para el buen manejo del pastoreo es calcular sistemáticamente el crecimiento de las plantas, que es muy variable. “Hay que hacer mediciones en forma semanal o, como mucho, quincenal. Por eso, con otro investigador argentino, nos propusimos utilizar drones para superar las dificultades que veíamos a nivel de potrero», argumentó Insua.

Datos por potrero al instante

La innovación que viene consiste en un dron que vuela por el campo llevando una cámara y registra cuánta materia seca hay al día de hoy, sean pasturas naturales o implantadas. Estos datos alimentan un modelo que simula el crecimiento del pasto -en base a información meteorológica, características del suelo y manejo- y predice cual será la disponibilidad en los próximos días.

“El dron vuela más bajito que el satélite y si está nublado hace la lectura igual, cada vez que se quiera monitorear la pastura. Y algo muy importante es que entrega los datos por potrero al instante”, argumentó Insua, remarcando que además es más preciso ya que los toma cada 6 cm, o sea que en una hectárea se logra información que proviene de más de 2 millones de observaciones.

Con este desarrollo en mano, los investigadores decidieron dar un paso más para que el modelo calculara también la digestibilidad de la materia seca, la carga animal, la suplementación que se requiere cuando las pasturas crecen menos y las reservas que se podrán confeccionarse en tiempos de abundancia.

“Lo que logramos es poder predecir dos componentes claves de los sistemas pastoriles, en forma rápida, precisa y sistemática: cuánto pasto hay para comer y de qué calidad es. Un gran avance”, anunció. Sin embargo, advirtió que “el uso de esta tecnología no resolverá problemas de mal manejo ni de pasturas pasadas”.

¿Cómo se aplicará en la Argentina? “El dron no lo desarrollaremos nosotros, se usará uno convencional, adaptándolo para transportar la cámara que va por el aire. El modelo de simulación y el acople, sí, fue nuestra tarea y ya está presentado”, reiteró. ¿Adopción? “El objetivo es que sea fácil de utilizar por parte de los productores, que haya dos o tres variables que se puedan cambiar, y se obtenga información en una pantalla para decidir a tiempo”, aseveró.

Para Insua, una cuestión a resolver es que los ganaderos locales aún no cuentan con drones en sus campos. “Si bien, como dije, será una herramienta sencilla, no necesariamente el productor tendrá que comprarla. Pensamos que también podría haber un asesor que brinde el servicio de monitoreo de pasto”, planteó.

La puesta en marcha

“Todo esto lo publicamos en una revista de EE.UU. Actualmente, estamos trabajando para poder emplear esta innovación en la Argentina, queremos evaluarla en campos experimentales y comerciales”, anticipó Insua. Pero el problema es que la institución en la que trabaja no dispone del equipamiento necesario. “De hecho todavía estamos buscando financiamiento para contar con el dron y la cámara, que es lo más caro”, contó.

Entonces, surgió una oportunidad en Fontagro, un mecanismo de cooperación entre países de América Latina, el Caribe y España. “Este año hicieron una convocatoria para financiar soluciones AgTechs y hace unos días fuimos preseleccionados”, reveló entusiasmado.

Además de comprar los equipos, el apoyo les permitiría ajustar los modelos de simulación a los sistemas productivos locales, lo que requiere de ingenieros en programación, diseñadores y especialistas en telecomunicaciones, entre otros. “Precisamente Fontagro ayuda a los científicos y emprendedores a armar plataformas de distintas disciplinas y países con objetivos en común, en este caso los INTAs de la Argentina, Uruguay y Costa Rica. Elaboramos una propuesta en conjunta, que desarrollaríamos en los tres territorios» afirmó, adelantando que además «hay interesados de Australia y Nueva Zelanda en trabajar con nosotros”.

La visión es que los ganaderos regionales, de alto potencial para la producción de carne de base pastoril, puedan transformar esta oportunidad en una fortaleza.“Buscamos que dispongan de una tecnología de manejo del pastoreo para ganar eficiencia en la recolección de datos y anticipar la toma de decisiones, minimizando la incertidumbre. Una verdadera herramienta inteligente para gerenciar el pasto”, finalizó Insua.

Por Ing. Agr. Liliana Rosenstein, Editora de Valor Carne
Fuente: Valor Carne