La consultora Elizalde & Riffel estimó los resultados económicos para 2019 de diversos establecimientos pampeanos de cría, recría con terminación a corral y feedlots, y los comparó con los obtenidos durante del ciclo anterior. La idea de este tipo de análisis, que Valor Carne publica desde hace varios años, es contribuir a la toma de decisiones de los empresarios en el escenario turbulento de la ganadería y del país. En esta oportunidad, tras atravesar una fuerte sequía debieron enfrentar una devaluación y altas tasas de interés que impactaron de manera particular en cada actividad productiva.
Escenario desafiante
La sequía de principios de 2018 obligó a adelantar encierres y la devaluación del peso registrada entre mayo y agosto del mismo año afectó los precios relativos de la mayoría de los insumos ganaderos. Los granos y subproductos aumentaron en forma significativa post-devaluación, pero dado que el precio internacional del maíz bajó durante el último año, se licuó en parte ese efecto devaluatorio.
La concentración de encierres ocurrida durante el primer semestre por la sequía motivó una gran oferta de animales terminados en la segunda mitad del año, lo cual mantuvo muy bajo el precio de la hacienda durante este período. La suba se dio recién a partir de enero 2019, siendo mayor en las categorías destinadas a faena que en las de cría e invernada.
La descapitalización sufrida por insumos caros y precios bajos de la hacienda durante el segundo semestre de 2018 y la fuerte suba de las tasas de interés llevaron a un escaso atractivo por los vientres y la invernada en la actualidad. En este contexto, los márgenes de los sistemas productivos difieren a los obtenidos un año atrás.
2019 versus 2018
El primer paso que encararon los analistas fue monitorear los precios de la hacienda, insumos y servicios que impactan en los planteos ganaderos, comparando los valores a marzo de ambos años.
Los mayores aumentos interanuales, superiores al 80%, se registraron en pasturas, verdeos y promociones, aunque no llegaron a igualar el incremento del tipo de cambio. El grano y silo de maíz subieron en forma más moderada, alrededor de 60- 64%, debido a la mencionada caída en el precio internacional. En concreto, los alimentos empleados durante la cría-recría subieron más que los destinados al engorde.
Las variaciones en el costo del personal (peón general, puestero y racionador) fueron intermedias y estuvieron en el orden del 49 a 63%. Por último, el ternero de invernada tuvo la menor variación (64%) respecto de la hacienda gorda que se incrementó entre el 78% (ternero gordo) y el 85% (novillo gordo).
Estos cambios de precios tienen un efecto más o menos significativo sobre los resultados económicos según el tipo de actividad y su grado de intensificación, dado que no todas utilizan los mismos insumos ni venden los mismos productos. Es por esto que para analizar dichos efectos se evalúan diferentes planteos técnicos.
Los modelos
Para la cría se consideró un planteo con una carga de 0,7 EV/ha, un destete del 80%, que se realiza en marzo-abril, con venta del ternero excepto para reposición. La edad de las vaquillonas al primer servicio es de 27 meses.
En cuanto a la recría y terminación, se tomó un modelo de campo bajo mejorado con promociones de raigrás y verdeos de invierno, y terminación a corral. También, otros dos planteos en campo de loma: uno, con recría sobre pasturas de alfalfa hasta los 320 kg y otro con recría a corral, con silo de maíz, hasta los 300 kg. En ambos casos se termina en el feedlot y salen gordos con 430 kg y 410 kg, respectivamente.
Con respecto al feedlot de terminación se analizaron dos alternativas, sin recría previa. Ambos compran terneros con 180 kg y los venden con 320 kg, en un caso engordando con maíz propio y en el otro con maíz comprado, a valor precio pizarra Rosario.
En todos los casos se asumieron precios de compra y venta de la hacienda de acuerdo al cuadro presentado más arriba, con gastos comerciales del 6 y 7%, según la categoría.
Campo propio
Como hechos salientes, todas las actividades de recría y terminación generan resultados económicos superiores respecto del año anterior, mientras que la cría redujo sus márgenes tanto en u$s/cab o u$s/ha, debido a que el ternero de invernada no aumentó en forma sustancial. A su vez el feedlot ‘dio la nota’ pasando de resultados negativos a positivo.
La cría en campo propio, a pesar de haber caído en resultado, sigue siendo una actividad de margen moderado por cabeza. Sin embargo, éste se reduce drásticamente cuando se considera por unidad de superficie.
La recría-terminación fue la más beneficiada con los cambios de precios relativos de 2018- 2019, tanto por cabeza como por unidad de superficie. Esto se debe a que el precio de la hacienda gorda aumento más que la de invernada y que los costos de los alimentos y del personal. Los planteos más intensivos, que trabajan con mayor carga o demandan más grano y silo, fueron los más beneficiados.
El feedlot genera resultados positivos ya sea con maíz propio o comprado. Esto se debe también a que la relación compraventa mejoró sensiblemente y que los costos de alimentación aumentaron en forma moderada.
Campo alquilado
Los resultados obtenidos por las mismas actividades de cría y recría-terminación varían si se considera el costo del alquiler de la tierra. En el caso del feedlot sin recría previa, el margen es el mismo que si se realiza en campo propio dado que el maíz se valora al costo de oportunidad o de compra.
La cría en campo arrendado siempre fue una actividad de márgenes muy reducidos o nulos, pero este año genera quebrantos importantes (u$s -11/ha). En síntesis, la cría en la actualidad no paga el costo de alquiler de la tierra.
En contraposición, los modelos de recría-terminación muestran resultados interesantes aún cuando se desarrollan en campos alquilados, tanto en u$s/cab como en u$s/ha. Los empresarios que arriendan un campo de cría y puedan transformarlo en recriador mediante la incorporación de promociones de raigrás o pasturas, obtienen resultados económicos discretos. En contraposición, los campos con aptitud agrícola donde se puede realizar una recría sobre alfalfa o con silo de maíz, con altas cargas, logran resultados muy superiores este año.
Para tener en cuenta
El sector ganadero no es ajeno al escenario político y económico que está transitando el país. Es importante mencionar que los resultados obtenidos en este estudio no consideran el costo de oportunidad del dinero. En la medida que el incremento anual del precio del ternero y de la hacienda terminada no sean iguales o mayores que las tasas de interés o que la inflación, la ganadería va a seguir atravesando una situación económica comprometida.
Por: Ing. Agr., M. Sci., Ph.D. Juan C. Elizalde
Ing. Agr., M. Sci. Sebastián L. Riffel
Fuente: Valor Carne