Decíamos en febrero de este año, hace apenas 3 meses, que era imperativo para el país bajar la presión financiera e impositiva al sector, si se pretendía reactivar la economía argentina y arrancar el motor de la misma que es el campo.
Días atrás mediante el decreto 332/2019 se materializo un incremento transitorio de la alícuota de la tasa de estadística de importaciones que va de 0,5 % a 2,5 %, es decir un aumento de cinco veces su valor. para una tasa que desde hace veinte años no presentaba modificaciones. El gobierno debe saber que este aumento de los costos de importación indefectiblemente los termina pagando el productor ya que es sabido que el costo se traslada dentro la cadena siendo absorbido por quien produce.
El aumento de la tasa de estadística a las importaciones no deja de ser una mala noticias para los productores ya que mientras se hable de supercosecha debe entenderse que no todo el campo es zona núcleo de altos rendimientos y que gran parte del norte del pais se encuentra inundado mientras que otras zonas afrontan una sequia importante que hace peligrar su producción.
De una buena vez los políticos deben entender que es fundamental para este país alcanzar el equilibrio fiscal pero el mismo no debe lograrse aumentando las tasas e impuestos sino que debe conseguirse disminuyendo el peso agobiante del estado.
Argentina se hizo produciendo y la salida de la crisis tendrá su origen en el campo como motor de arranque de la economía pero será necesario proveerlo de capital de trabajo accesible y disminuir la enorme presión tributaria que asfixia y paraliza al sector.
Para ello es necesario que el estado nacional, provincial y municipal definitivamente hagan un ajuste de sus estructuras y se deje de buscar metodologías recaudatorias que atentan contra el futuro de los argentinos .