Con los datos en la mesa, se puede asegurar que las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior, del complejo sojero, siguen en aumento. También lo hacen las correspondientes al maíz.

En términos de volúmenes las declaraciones de venta son elevadas. Aunque en términos de proporción respecto a lo cosechado no lo son tanto. Esta dicotomía no responde a una actitud especulativa; es el resultado lógico de tener una cosecha excepcional.

Estimamos que habrá una cosecha final de alrededor de 56 millones de toneladas de soja y 49 millones de toneladas de maíz.

De acuerdo a la información de la Secretaría de Agroindustria, al 24 de abril, se había comprado 17 millones de toneladas de este ciclo. Ello representa un 35%

Respecto a la soja la proporción es similar. La industria y la exportación compró para la misma, 16,9 millones de toneladas. Se trata del 30%. Este porcentaje es claramente menor al del año pasado, pero el volumen es levemente superior.

En cuanto a los precios, la soja viene muy castigada.

En primer lugar, la disponible sufre la reciente baja del precio del dólar en el mercado doméstico.


Respecto a los precios internacionales de la soja, el cuadro da a lugar a un ánimo negativo. Los futuros más cercanos de Chicago, vienen caminando en baja.

Los valores se aproximan a USD 305. Es el nivel más reducido desde septiembre de 2018. La razonas para este comportamiento son las mismas de los últimos días.

1. Los stocks de soja a nivel mundial son muy elevados.

2. La cosecha de Brasil se dirige a ser la segunda mayor cosecha de soja de su historia. Sería de alrededor de 115 millones de toneladas.

3. El conflicto entre EE.UU. y China no muestra visibles cambios favorables por lo que sus stocks aumentan día a día.

4. El problema de la enfermedad en los porcinos de China no amengua.

Con este cuadro, no vale esperar mejoras en el disponible, por lo menos.

Sin embargo, todo mal tiene final. Ánimo, entonces.