En muchas ocasiones, los vendedores de trigo argentino se han abusado de la
dependencia de los molinos brasileños y del beneficio de contar con el resguardo
del Arancel Externo Común (AEC) del 10% para subir los precios de forma un poco
exagerada. Ahora, a partir de esta liberación de la tasa para un cupo
determinado, las ofertas argentinas quedarán más justas en relación con el
mercado mundial. Por esto, sí, la industria brasileña ve con buenos ojos esta
medida", dijo a LA NACION, desde San Pablo, Roberto Sandoli, consultor en
Gerenciamiento de Riesgo para el Mercado de Trigo de la filial brasileña de la
consultora estadounidense INTL FCStone.
El martes pasado, tras el encuentro en Washington entre el presidente de los
Estados Unidos, Donald Trump, y el primer mandatario de Brasil, Jair Bolsonaro,
la Casa Blanca comunicó de manera oficial: "Los dos líderes también hicieron una
serie de compromisos relacionados con el comercio. El presidente Bolsonaro
anunció que Brasil implementará un contingente arancelario, lo que permitirá la
importación anual de 750.000 toneladas de trigo estadounidense a tasa cero".
Sólo 24 horas después, y cuando desde la Argentina se levantaban tibias voces en
contra de la "gentileza" brasileña hacia los Estados Unidos, la ministra de
Agricultura de Brasil, Tereza Cristina, procuró aclarar la situación: "Creemos
que la cuota será muy importante para Estados Unidos, porque Estados Unidos es
muy competitivo, pero ella está abierta a otros exportadores".
En paralelo, puertas adentro de la administración Bolsonaro no se ocultó el
malestar por lo dispar del intercambio acordado con EE.UU., de quien se recibirá
trigo, cortes porcinos y la visita de técnicos que auditarán el sistema de
producción cárnica brasileño para evaluar si en un futuro los cortes bovinos
frescos podrán volver a ingresar en los Estados Unidos tras el cierre impuesto
en junio de 2017, en medio del escándalo conocido como "carne débil".
"Como Estados Unidos exporta poco trigo a Brasil, esta posibilidad resulta positiva para los exportadores estadounidenses y todo ayuda para reducir las existencias domésticas, pero no creo que esto tenga un gran impacto sobre los precios del cereal", dijo a LA NACION desde Chicago Dan Anderson, operador de la firma ED&F MAN Capital Markets Ltd. Agregó que las negociaciones comerciales son un proceso prolongado, "por lo que puede haber mejores consecuencias a mediano y a largo plazo, en la medida que ambos países trabajen para mejorar las relaciones".
Volumen, calidad y precios
Sandoli recordó que desde la misma constitución del Mercosur, en 1991, existe
la posibilidad de utilizar un cupo libre de tasas abierto a países ajenos al
bloque. "Entre los molineros locales se comenta que con el aumento de la
productividad de la cosecha argentina se perdió algo de calidad. Por otro lado,
cuando la Argentina no pudo suministrar trigo a Brasil por factores políticos o
climáticos, años atrás, el grano de EE.UU. tuvo una aceptación muy grande entre
los productores de harina para algunos productos específicos. Tan es así que,
según referentes del sector molinero, el resultado final con el trigo
estadounidense agradaría más al paladar del consumidor brasileño", dijo el
especialista
En lo que va del ciclo comercial 2018/2019, con datos de diciembre a febrero
incluido, Brasil compró 1,67 millones de toneladas de trigo a la Argentina;
142.000 toneladas a Paraguay; 70.000 toneladas a Estados Unidos, y 27.000
toneladas a Canadá. "Todavía no tenemos los datos oficiales para marzo, pero
estimamos compras de cereal argentino por entre 550.000 y 600.000 toneladas",
indicó Sandoli. Durante la campaña 2017/2018 la Argentina colocó poco menos de 6
millones de toneladas de trigo en Brasil.
Desde que se conoció la posibilidad de que Brasil importe 750.000 toneladas de trigo por fuera del AEC, el valor FOB del trigo en puertos argentinos retrocedió un 3%, al pasar de 233 a 226 dólares para la posición de embarques marzo/abril.
Para Adrián Seltzer, operador de la firma corredora Granar SA, si bien es
lógico que la cadena triguera argentina se inquiete por la decisión del gobierno
de Brasil, "esto no debería tomarse como un factor de mercado determinante para
la evolución de las cotizaciones internas".
Explicó que, en años normales -climática y políticamente hablando-, la Argentina produce bastante más trigo que el necesario para satisfacer la demanda doméstica y los requerimientos de los importadores brasileños.
"Esto lleva a los exportadores locales a buscar otros destinos para colocar al menos el excedente que se genera, y por ende, durante el tiempo en el que el objetivo son los destinos extra Mercosur el AEC no tiene influencia alguna sobre los precios", señaló.
Seltzer agregó que, a su vez, los molineros brasileños aprovechan esa ventana en la que el trigo debe ser globalmente competitivo para realizar parte de sus compras, "por lo que es solo un período de tiempo corto, por un volumen no tan grande, que este gravamen regional genera una ventaja a nuestras exportaciones que, además, le posibilita a quien tiene trigo por vender la chance de hacerse de algún sobreprecio".
En función de los temores que surgieron en la cadena de trigo argentina, pero particularmente entre los productores, Seltzer destacó que el trigo argentino a cosecha "no valdrá menos el año que viene por esta medida. La Argentina no pierde un mercado, sino que el trigo ofertado deberá ser competitivo por un período algo más prolongado de tiempo del que lo es ahora". Y reconoció que, si bien hoy la Argentina es el principal proveedor de trigo de Brasil, no es el único, "por lo que se pierde parcialmente un privilegio, pero lejos estamos de perder un mercado. Nuestro país tiene una ventaja competitiva que es imposible de superar: la geografía. No hay potencial proveedor de tal volumen de trigo como el que necesita Brasil tan cerca como nosotros, ya que Paraguay y Uruguay no tienen saldos exportables importantes".
Lo que viene
El miércoles pasado, INTL FCStone difundió sus proyecciones para la campaña brasileña de trigo 2019/2020 y ubicó la producción en 6,6 millones de toneladas y las importaciones en 5,7 millones, datos que contrastan con las cifras oficiales previstas por la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) para el presente ciclo 2018/2019, de 5,6 y de 7 millones de toneladas, respectivamente.
"A partir de la decisión oficial de flexibilizar la entrada de trigo sin tasa (aunque aún no se detalló cómo se implementará la medida) es posible que nuestras proyecciones deban ser ajustadas, porque el productor local puede dudar de invertir mucho en un producto que podría entrar a precios bajos, durante una campaña donde la oferta mundial se espera más abundante", dijo Sandoli.
En ese sentido, uno de los países que espera obtener una mayor cosecha en la nueva campaña de trigo es Rusia, que lidera el ranking de los exportadores del grano fino. Y, si bien las distancias con Brasil son importantes, ya hubo contactos con compradores de Brasil que podrían acelerarse si Rusia también logra un cupo sin arancel.
"El contacto con Rusia ya ocurrió, incluso Brasil compró un cargamento el año pasado y aparentemente fue aprobado por los molinos que compraron ese trigo. Sin embargo, existen limitaciones para ese intercambio comercial, dado que está circunscripto a los puertos del nordeste brasileño y a Santos, pues por cuestiones sanitarias el grano ruso no puede avanzar hacia el interior del país y debe ser procesado antes de salir de las zonas portuarias. Eso por ahora limita las chances de importar trigo de Rusia, pero la demanda seguirá atenta a todas las oportunidades que resulten viables", explicó el analista.
Consultado sobre si existen iniciativas en Brasil para procurar reducir la dependencia del trigo importado, Sandoli explicó que sí hay iniciativas privadas y públicas, con proyectos de expansión del área en el norte y en el centro de Brasil, "pero son proyectos de largo plazo que requieren una reformulación en la política de incentivos para fomentar la siembra. Algunas asociaciones y empresas que forman parte de la cadena de trigo, junto con el gobierno, están evaluando propuestas para reducir esa dependencia externa".
Por: Dante Rofi