Muy cerca del pórtico principal ubicado sobre la Ruta 9 a la altura del partido bonaerense de San Nicolás, la propuesta tecnológica del INTA –que se despliega en las inmediaciones del stand de la Secretaría de Agroindustria de la Nación– recibe a los visitantes que ingresan a la 13.° edición de Expoagro. Como elemento distintivo de este año, el instituto pone el acento en la importancia de la articulación público-privada y les da un lugar preponderante a los desarrollos científicos que, a través de alianzas con el sector privado, lograron ser transferidos a la agroindustria y generaron un impacto positivo en la competitividad.
Además de la muestra estática que rodea el stand, el INTA apostó a la visibilidad de sus líneas de conocimiento científico y organizó la charla técnica “Del laboratorio al campo”, realizada en el Salón Agrícola del predio. De la apertura, participaron Juan Balbín y Mariano Bosch, presidente y vicepresidente del instituto, respectivamente; Sergio Bergman, secretario de Ambiente de la Nación; David Hughes, titular de Argentrigo y científicos de diferentes institutos de investigación del INTA Castelar.
En este contexto, Balbín resaltó el alcance del proyecto del Distrito de Innovación Agroindustrial (DIA) que busca consolidar un polo tecnológico en la superficie ocupada por el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias en Hurlingham, a partir de la articulación de empresas, laboratorios e investigadores. “Los desarrollos científicos deben trascender el laboratorio y llegar a las empresas y también al público en general”, observó.
Con relación al trabajo público, Balbín resaltó el “esfuerzo en investigación que invierte el Estado para desarrollar productos que después toman las empresas”. En este sentido, agregó: “Trabajamos en el desafío de que todo ese conocimiento desarrollado en el ámbito público, que tiene un valor, tenga una retribución y vuelva a través una patente o de un instrumento de vinculación tecnológica, de manera que permita continuar con las investigaciones”.
De acuerdo con Balbín, este concepto postula una interacción sinérgica entre “la investigación pública volcada al privado y el privado que le devuelve algo de su ganancia a la contraparte pública para que pueda traccionar otro tipo de tecnologías”.
Asimismo, destacó que la posibilidad de estrechar una articulación público-privada más cercana resulta un elemento clave para “chequear cuáles son las necesidades, identificar los puntos de contacto e interactuar rápidamente”.
En el marco del panel, la primera presentación estuvo a cargo de Juan José Gaitán y María Fabiana Navarro, del Instituto de Suelos, quienes se explayaron sobre el impacto negativo que provoca la erosión hídrica en la degradación de tierras, mientras Facundo Tabbita, del Instituto de Recursos Biológicos, hizo un repaso por los avances en mejoramiento genético de trigo.
En tanto, referentes del grupo de trabajo de los institutos de Suelos e Ingeniería Rural expusieron las prestaciones que tiene la púa biomimética diseñada para mejorar la eficiencia energética de la maquinaria agrícola en el laboreo del suelo.
En relación con este desarrollo, Balbín reflexionó sobre la importancia de abrirse a la comunidad y de tener presente el rol de comunicar, transmitir y poner en valor el impacto que tienen los logros científicos en distintos ámbitos de la sociedad. “Para un productor, el concepto de disminuir el consumo energético por menos fricción puede tener valor por el ahorro de combustible, mientras que para un investigador puede tener otro significado y otro muy distinto para un referente ambiental”, ejemplificó.
A su turno, Bosch también destacó la ciencia del instituto y, principalmente, su intervención en la producción de conocimiento aplicado. “La experimentación adaptativa y los resultados de estas experiencias le sirven al productor que está detrás de la vaca o de un cultivo”, valoró el vicepresidente, quien añadió: “El INTA tiene un amplio espectro de investigaciones que ayudan a que el productor mejore su negocio y, sobre todo, a que mejore su productividad con menor impacto ambiental, un tema muy importante en la actualidad”.
Posteriormente, Andrés Wigdorovitz, investigador del Instituto de Virología del INTA y director científico de Bioinnovo, presentó la primera empresa de base tecnológica público-privada creada entre el INTA y el laboratorio nacional Vetanco SA. Entre los logros, esta articulación hizo posible la llegada al mercado de innovaciones en sanidad animal como el producto biológico Bioinnovo IGY DNT y Vedevax Block, la primera vacuna recombinante para bovinos contra la diarrea viral bovina.
A su turno, Gabriela Calamante, investigadora del Instituto de Biotecnología, se refirió a la obtención de R-VAC INMUNER IBDV, la primera vacuna recombinante completamente desarrollada en la Argentina contra la enfermedad infecciosa de la bolsa o de Gumboro, que tiene gran prevalencia en la industria avícola y para la que no existía prevención.
La inmunización vectorizada por virus canarypox –vector de la viruela de los canarios– tiene la capacidad de inducir inmunidad protectora en aves de producción. El desarrollo fue iniciado por Calamante, junto con un equipo de investigadores del Instituto de Biotecnología hace 20 años y, en 2012, en articulación con Laboratorios Inmuner SA, comenzaron a trabajar en la obtención de R-VAC INMUNER IBD que ya ingresó en el mercado veterinario.
Ya en el último tramo del encuentro, disertaron Sebastián Cunzolo, del Instituto Tecnología de Alimentos, con una presentación dedicada al tema de bienestar animal y calidad de carne durante la cadena ganadera, y Fernando Ocampo, del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar (IPAF) Región Pampeana, quien abordó el uso eficiente del agua y de la energía en las producciones hortícolas.
Distinciones a la ciencia
Como parte de la primera plana científica, otra de las innovaciones que captó la atención de la agenda institucional fue la sembradora de arroz desarrollada por el INTA Concepción del Uruguay –Entre Ríos– junto con la empresa PLA SA, ganadora de la medalla de oro en los premios Ternium Expoagro a la Innovación Agroindustrial.
La sembradora galardonada permite realizar la siembra de arroz con distanciamientos que van desde los 13 hasta los 21 cm, y ofrece toda la gama de distanciamientos entre líneas. Estas prestaciones se ajustan a los requerimientos tanto de las nuevas variedades de arroz con estructura columnar como de las variedades de estructura clásica.
En el mismo certamen, también resultó distinguido la creación del satélite Saocom que, impulsado por la Conae y con el aporte del instituto, permite alertar sobre potenciales inundaciones, incendios y enfermedades de interés agrícola.
Manejo agropecuario
En este encuentro del campo argentino, que se extiende del 11 al 15 de marzo, el INTA acompaña los avances en tecnologías de precisión para el manejo agropecuario, apoyado en las novedades en medición de napas, sistema de riego, cultivos de cobertura, cosecha de granos y forraje, almacenamiento y agregado de valor en origen.
El uso de estas tecnologías, entre las que se destacan drones, monitores de siembra, pulverizaciones selectivas, implementos de laboreo, etc., son puestas en marcha en las demostraciones a campo que tienen lugar en el tecnódromo del predio, bautizado con el nombre de Mario Bragachini, en reconocimiento al reciente fallecido técnico del INTA especialista en maquinización agrícola.
En el marco del stand de la Secretaría de Agroindustria de la Nación, el INTA también reservó un espacio para la promoción de buenas prácticas agrícolas y para su librería que dice presente con más de 100 títulos de las colecciones Ediciones INTA.