Desde el miércoles de la semana pasada, las condiciones atmosféricas se mantuvieron inestables, alternando lluvias con mejoramientos temporarios, incluso con momentos de sol pleno. Eso sí, la distribución espacial de estas características del estado del tiempo fue muy variada.
Como decíamos, los días se fueron sucediendo bajo condiciones de tiempo muy variables y dentro de este contexto, las lluvias fueron apareciendo en forma muy heterogénea y muchas veces en áreas reducidas, con fuerte variabilidad en los milimetrajes, aun entre sitios cercanos. El viernes, el domingo y el martes, fueron jornadas donde las lluvias lograron mayor cobertura, no necesariamente gran volumen, aunque si hubo reportes puntuales destacados, como por ejemplo los 120 milímetros en la zona de influencia de Pergamino.
En el resumen de la última semana de enero aparece el predelta entrerriano y la zona cercana interior con un gran volumen de precipitaciones. Esta área de lluvias copiosas también se replica en gran parte del norte de BA, siendo de menor volumen en CB y SF, aunque sumando a un total mensual muy sobrado también en gran parte de estas dos provincias.
La gran volatilidad de las precipitaciones tanto en distribución como en milimetrajes en estos últimos siete días, evidencia la típica actividad que generan los sistemas precipitantes convectivos, es decir las típicas tormentas de verano, de rápida dinámica cuando se presenta el dominio tan marcado de una masa de aire tropical.
La última jornada de enero va abriendo paso hacia una transición más seca y fresca hacia el mes de febrero. Una pausa primaveral será bienvenida en el inicio del segundo mes del año.
Las reservas de humedad reflejan un estado hídrico que, a gran escala puede considerarse muy favorable. Si bien hay zonas del sur de ER, norte de BA, sur de SF y sudeste de CB, que presentan anegamientos la proyección para la continuidad de la campaña es buena. Aun dentro de estas circunstancias hídricas que por sectores son demasiado sobradas, los cultivares, principalmente de soja, se están moviendo dentro de un escenario inusualmente satisfactorio para estas fechas, donde es normal trajinar con algún tipo de deficiencia. En el mapa se refleja la vasta zona que cierra el mes de enero sin necesidades hídricas y con margen para encarar la primera quincena de febrero.
Hilando un poco más fino en el análisis hídrico, podemos considerar las complejidades que la sobreoferta de agua del mes de enero ha generado, básicamente, el estado de la red de caminos rurales. El condicionamiento de los accesos a los lotes define un logística difícil para el monitoreo del estado de los cultivos, el cual en este tipo de ambiente es sumamente necesario. Si solo pensamos en que la soja ha ingresado en su período de floración sin ningún tipo de limitante de agua, la conclusión es más obvia y por supuesto favorable.
La gran escala define un escenario productivo promisorio aunque una mirada a
nivel de lotes puede encontrar bajos que se han visto perjudicados por las
excesivas lluvias.
Esta pausa de buen tiempo que comienza a definirse a partir de mañana será muy
oportuna. Ambiente más fresco y seco, con altos niveles de insolación es
básicamente la herramienta necesaria para lograr que los lotes vayan escurriendo
los excesos y los caminos logren una mejora que permita transitarlos para apurar
el necesario monitoreo de los cultivares.
La campaña no está cerrada para la soja. Las lluvias en febrero difícilmente tengan una retracción significativa.