El problema que cargaba sobre sus espaldas esta cosecha fina que pasó, era que muchos la miraban como la revancha de la gruesa 17/18 que fue afectada por la sequía. Esa sobrevaloración previa fue la generó la mayor desilusión posterior.
Algunos atrasos en la cadena de pagos se resolvieron, pero otros tantos siguen esperando soluciones futuras.
Quienes se lanzaron a producir girasol, por su parte, esperaban un aporte adicional, de la mano de esta oleaginosa, entre los meses de diciembre, enero y febrero. Un ingreso de aire fresco financiero.
El precio de mercado actual y el clima, están conspirando en contra de ese objetivo. Por un lado al inicio de la siembra se veían valores que rondaban los u$s 270 por tonelada, y ahora en plena cosecha hay que conformarse con valores u$s 50 más bajos. Y para colmo, las fuertes e incesantes lluvias que afectan a la mayor parte de la zona productiva retrasan la trilla, a la vez que grandes extensiones han perdido su cosecha.
Lo relatado hasta ahora, es la realidad de la producción, una actividad de riesgo donde el factor que más incluye es el menos manejable: La Naturaleza.
En adelante nos esperan las cosechas de maíz y soja, en donde están depositadas las esperanzas de los productores; siempre y cuando no estén entre quienes sufrieron los excesos hídricos; y el estado nacional, que ve en la gruesa casi la única posibilidad de ingreso de divisas en un año de incertidumbre económica y política.
En la semana que pasó vimos algunos repuntes tanto de la soja como del maíz, alcanzando los u$s 242 (Mayo) y u$s 145 (Marzo), respectivamente; activando así un interesante volumen de negocios.
Pero el precio de la soja esconde una realidad que no debemos dejar de prestarle atención. Al precio mencionado, los márgenes de la industria son negativos, lo que implica que de mantenerse la situación, y no habiendo cambios en otras variables, en la cosecha el precio debería ser considerablemente menor, sin tener en cuenta el lógico bajón que se produce habitualmente por la presión de la oferta.
Ya es una realidad que en el mercado físico, el precio de u$s 242 no se encuentra, solo puede obtenerse vía los mercados de futuro. Es muy probable que durante el año que corre, el porcentaje de exportaciones de soja sin procesar aumente considerablemente.
La suba del maíz hasta el nivel de u$s 145 ( y algo más también) generó, como dijimos, buenas cantidades de ventas futuras, y una mejora en el ánimo de los vendedores.
Lo expuesto en los dos párrafos anteriores, van a inducir a un lógico comportamiento de la oferta de granos en los próximos meses: Habrá una tendencia a vender maíz y a conservar la soja, a la espera de una mejora que traiga algo de rentabilidad adicional.
Este comportamiento es lógico y racional. En los meses de febrero y marzo, Argentina es el único país que cuenta con excedentes exportables de maíz, en condiciones normales, por lo tanto hay que hacerlo valer !!
Para terminar, una vez más dejamos el concepto de perseguir precios objetivos
durante el ciclo, por medio de los mercados de futuros, es mucho más
recomendable que ver como se desarrolla una película que ya no se puede
modificar. La historia reciente así lo certifica.
Por Juan Pablo Galeano – Puertos S.R.L. - Docente de Agroeducación
Fuente: Agroeducación