ROSARIO.-El derrumbe de unos 60 metros de la ruta 1 en el norte de Santa Fe, que actualmente está cortada, derivó en que el gobierno de esa provincia denunciara penalmente por "estrago" a una arrocera que hace 10 años levantó terraplenes y canales y cambió el curso del arroyo Saladillo Dulce sin ninguna autorización.
El gobierno de nacional declaró la emergencia hídrica a través del decreto N° 67/19, por 180 días en el noroeste y el Litoral argentino donde las lluvias e inundaciones provocaron serios problemas. Pero no sólo las lluvias causaron daños a los pobladores de zonas donde el agua llegó. Se sospecha que hay obras privadas, con terraplenes y canales clandestinos, agudizaron los problemas, como el caso del derrumbe de la ruta 1.
Esta obra que llevó adelante la empresa Los Cerrillos -que comercializa el
arroz Trimacer- en ese campo en Colonia Teresa provocó que el sábado se cayera
una alcantarilla y un tramo de un total de 60 metros de la ruta 1, según
advirtió a LA NACIÓN el secretario de Recursos Hídricos, Juan Carlos Bertoni,
quien este martes radicó la denuncia ante el fiscal Guillermo Persello.
Las lluvias de diciembre y enero en el norte de Santa Fe, donde cayeron 800
milímetros, las inundaciones anegaron campos -con pérdidas de más de 230.000.000
dólares, según una estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario- y pueblos,
como Villa Minetti y Tostado, y también provocaron serios problemas en la
infraestructura vial.
El martes el ministro del Interior Rogelio Frigerio recorrió con el gobernador Miguel Lifschitz la zona de Villa Minetti, donde la semana pasada llovieron más de 170 milímetros a la madrugada y el pueblo de 7000 habitantes quedó bajo el agua.
El caso del derrumbe de la ruta 1, a la altura de Colonia Teresa, en el norte
de Santa Fe, responde, según la denuncia que presentó la Secretaría de Recursos
Hídricos, a otras causas, no sólo las fuertes precipitaciones. Según Bertoni,
desde hace tiempo productores agropecuarios de la zona denunciaron a través de
los medios que un emprendimiento arrocero había provocado la desviación del
curso de un arroyo para inundar una zona para la producción de arroz. Pero el
agua había inundado otros establecimientos en esa zona. El gobierno envió 90
intimaciones por obras que son consideradas ilegales.
La nueva ley de aguas de Santa Fe, que se sancionó el año pasado con el
número 13.740, sancionada por la Legislatura prevé un régimen contravencional y
pone a su vez el "poder de policía" en cabeza de las autoridades administrativas
-gobierno provincial, municipios y comunas-, pero además establece sanciones y
otorga la posibilidad de recurrir a la Justicia ordinaria, en caso de reticencia
de los propietarios.
Las obras para realizar un terraplén para desviar el arroyo Saladillo Dulce para inundar un radio de unos 2,5 kilómetros comenzaron hace una década. Bertoni dijo que la empresa Los Cerrillos nunca pidió autorización para realizar esa obra que estaba en una propiedad privada pero afectaba un curso de agua.
Esas obras fueron presentadas ante algunos medios de comunicación de Santa Fe
como inversiones que esta firma realizaba para expandir su producción arrocera.
Nunca nadie en el gobierno controló o inspeccionó la construcción de los
terraplenes para inundar el campo y los canales para desagotarlo en caso de
exceso hídrico, como ocurre ahora. El canal desde la arrocera desemboca en la
ruta 1 donde el agua cruza por una alcantarilla y termina en el río San Javier.
Bertoni dijo que antes de presentar la denuncia en la justicia se reunió con el titular de la arrocera Rubén Carlen. "Le comentamos que íbamos a presentar una denuncia por estrago debido a que las obras ilegales que realizaron en ese establecimiento provocaron el derrumbe de un tramo de la ruta", sostuvo el secretario de Recursos Hídricos.
LA NACION se contactó con la firma Los Cerrillos, que tiene la sede administrativa en Santa Rosa de Calchines, en Santa Fe, pero ningún responsable de la firma quiso brindar sus argumentos sobre las obras supuestamente ilegales. Señalaron de manera informal que la empresa empezó a realizar una serie de obras con máquinas propias para desagotar el valle de inundación y los canales para sacar el agua hacia la ruta. "Están colaborando para buscar una solución", dijeron. Pero no dieron mayores detalles.
El titular de Vialidad Pablo Seghezzo adelantó que posiblemente el fin de semana el Ejército pueda montar el puente Bailey para que se reanude el tráfico sobre la ruta.
El Ejército iba a instalar un puente móvil el domingo en la alcantarilla que se derrumbó pero como el socavón empezó a ensancharse decidieron que primero debía fortalecerse la estructura donde apoyará el puente con piedras. Ahora Vialidad de Santa Fe realiza ese trabajo y se espera que para el fin de semana se pueda reestablecer ese paso clave en el norte de Santa Fe.
El agua que se acumula en la ruta hizo una especie de remolino y erosionó la ruta, que terminó por derrumbarse. "Ni siquiera hicieron que el canal coincidiera con la alcantarilla para que el agua pudiera pasar hacia el río San Javier", sostuvo Seghezzo.