La idea de que la ganadería argentina está entrando en una fase de liquidación de existencias, comenzó a multiplicarse en los últimos tiempos.

Sin embargo, la interpretación de una serie de datos objetivos de 2018, como la evolución de la faena mensual, el movimiento del stock e incluso la participación de hembras en procesamiento, llevan a pensar lo contrario.

Primero, es necesario terminar de plasmar los números de 2018. En diciembre pasado se despacharon a faena 1,15 millones de cabezas, 4% más que en noviembre y 5% más que en diciembre anterior. Pero si se ajusta por el número de días hábiles, la faena fue 1% menos que en el último mes de 2017.


De este modo, vemos que, si bien a lo largo de 2018 el procesamiento se mantuvo por encima de los períodos comparables del año anterior, la tendencia fue creciente en la primera mitad del año para luego moderarse en la segunda.

Tomando las curvas de trimestres móviles y de 12 meses móviles, que suavizan los cambios más bruscos que da el análisis de meses individuales, muchas veces influidos por el diferente número de días hábiles, se aprecia que forman una hipérbole, que arrancó el año en +7%, llegó a un pico en junio de +10/12%, desde donde descendió a fin de año a +6%, para los 12 meses móviles, y +2%, para trimestres móviles.


Con esta evidencia, es llamativo que haya tantas manifestaciones acerca de la presunción de haber entrado (o, al menos, estar aproximándonos) a una fase de liquidación.

Además, existen indicios de que el stock total (así como el de hembras en particular) sigue creciendo, aunque lentamente.

Otro punto en el que se insiste mucho para probar el cambio de fase del ciclo ganadero es que hay un alto número de vacas preñadas que van a faena.

En primer lugar, no existen estadísticas serias al respecto. Segundo, sabiendo que sólo una fracción menor de las vacas es objeto de tactos, el razonamiento debe ser que si hay vacas preñadas en la faena es por desconocimiento del vendedor y no como una decisión ex profeso para reducir la ganadería.

La participación de hembras

Volviendo a los números, en diciembre el aporte de las hembras en la faena alcanzó a 47,6% igualando al porcentaje de noviembre, siendo ambos meses los más altos en mucho tiempo. Consistente con nuestro punto de vista, interpretamos que esto se debe más a que la moderación en la faena de machos ha sido más rápida que la de hembras, antes que otras visiones más negativas sobre la marcha de la ganadería local.

Mientras la faena aumentó 6%, la producción de carne lo hizo en 7%, a causa de un leve mayor peso promedio, representando un aumento de 200 mil toneladas.

En este punto, cabe destacar que como el incremento de las exportaciones fue algo superior a este volumen, la carne ofrecida a los consumidores locales se redujo un 2%, con lo que el consumo per capita disminuyó un 3%.

En ese sentido, de no haber mediado el salto en las exportaciones, el precio de la hacienda hubiera atravesado una situación mucho más crítica que la experimentada a lo largo del año.

Expectativas 2019

Para el año que se inicia esperamos que la faena siga moderándose, e incluso que el número total no sea mayor que el del que acaba de terminar.

Así, con la perspectiva de que las exportaciones marquen un nuevo aumento en este año, el consumo per capita tendrá un nuevo retroceso, aunque marginal.

Ante estos factores, la expectativa es que el precio real de la hacienda acompañe a las principales variables macroeconómicas (PBI, demanda de trabajo, salarios reales, inflación, tasa de interés, tipo de cambio).

En otras palabras, en la medida en que la economía argentina vaya saliendo de la actual recesión, y acorde con tal ritmo, los precios de la hacienda podrán ir recuperándose.

Por Lic. Miguel Gorelik, Director de Valor Carne
Fuente: Valor Carne