Conocida comúnmente como campanilla o gloria de mañana, la planta Ipomoea purpurea está vinculada a tradiciones culturales y, debido a su contenido de alcaloides, se la utilizaba en ceremonias ancestrales por sus propiedades alucinógenas. En la actualidad, un equipo de investigadores argentinos estudia su potencial medicinal en busca de efectos benéficos para el sistema nervioso central.
Un reciente trabajo desarrollado por investigadores del INTA, Conicet y las Universidades nacionales de Morón y la UBA determinó que Ipomoea purpurea (Convolvulaceae) presenta extractos que contienen compuestos capaces de inhibir enzimas conocidas como monoamino oxidasas (MAO), las que en humanos se presentan en dos isoformas: MAO-A y MAO-B.
De acuerdo con María Monsalvo, investigadora del Instituto de Recursos Biológicos del INTA Castelar, “esta especie, si bien es considerada maleza de cultivos, también es una planta de uso ornamental que presenta interés farmacológico para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson y la depresión concomitante”, señaló.
“Sus extractos contienen compuestos capaces de inhibir ambas MAO”, expresó Monsalvo quien aseguró que este hallazgo “representa una contribución prometedora para el desarrollo de nuevos fármacos naturales”.
La afirmación de Monsalvo surgió luego de comprobar los resultados positivos obtenidos en la aplicación de extractos de hojas y de semillas de la planta sobre enzimas recombinantes humanas en ensayos biológicos in vitro.
En este sentido, la investigadora del INTA Castelar indicó que la composición fitoquímica “está relacionada con la actividad inhibitoria de los extractos sobre las enzimas MAO, aunque aún falta conocer cuáles son los principios activos responsables”.
“En la enfermedad de Parkinson, las neuronas que generan dopamina mueren, por lo que hay poca cantidad de este neurotransmisor”, indicó Monsalvo y agregó: “Esto se agrava si, además, hay una enzima que se ocupa de metabolizarla como es la MAO-B; lo que hace que se vean los efectos de la enfermedad en el paciente”.
Monsalvo junto con Natalia Colettis y Mariel Marder –Instituto de Química y Fisicoquímica Biológica, UBA-Conicet–, Renée Fortunato –INTA-Conicet y Universidad de Morón–, Marcelo Wagner y Rafael Ricco –Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA–, logró identificar el efecto de los extractos vegetales en el sistema nervioso central.
Con antecedentes de uso como diurético, purgante, para detener hemorragias y tratar la sífilis, Ipomoea purpurea es estudiada en busca de efectos benéficos para el sistema nervioso central. Monsalvo y su equipo también estudian otra especie de la familia Solanaceae, debido a que presenta compuestos de interés para la enfermedad de Alzheimer.