Posiblemente este forzante no se instale como un definitivo indicador de sobreabundancia de lluvias, pero si es posible que los pisos pluviales necesarios en momentos críticos aparezcan en forma oportuna debido a su continuidad.

Como puede observarse en el mapa, el corredor central del Pacífico Ecuatorial se promedia con temperaturas superficiales superiores a las normales en las últimas cuatro semanas completas de octubre. La anomalía supero la barrera de neutralidad en más de medio grado. Esto ya confirma los escenarios que se anticipaban como más probables en el mes de agosto y no se espera que esta tendencia se modifique al menos hasta abril del año próximo. También es menester recordar que está previsto que este evento tenga una intensidad débil, por lo cual las condiciones de escala regional seguirán siendo muy relevantes y marcando el paso pluvial de la zona.


Se destaca el calentamiento que desde las costas bonaerenses se proyecta al litoral Atlántico brasileño. Esta condición térmica suma en el mismo sentido que El Niño a la hora de proyectar un buen desarrollo pluvial para el semestre cálido.

Las lluvias observadas desde de la segunda parte de octubre no solamente aportan a la mejoras de las reservas para el avance de la gruesa, sino que evidencian un buen funcionamiento de los mecanismos de escala regional. La pronta aparición de la actividad pluvial asociada a la baja presión estacional del NOA, es una muy buena noticia y si bien la contraparte de esta noticia es la influencia negativa de la zona de alta presión sobre el este de la región pampeana, ya hay indicios en los pronósticos de corto y mediano plazo de que este comportamiento será revertido. El fin de semana podremos validar esta situación, con buenas perspectivas de lluvias generalizadas para la región pampeana.

La sobreabundancia de precipitaciones sobre Paraguay, el norte de la Mesopotamia y las vecindades de Brasil, muy probablemente se moderen al encontrar un mayor despliegue de las lluvias hacia el sur, hacia el este de la región pampeana, una vez que comience a moderarse el efecto anticiclónico sobre el continente. Este efecto es por lo pronto el mecanismo que deberemos seguir con mayor interés en el mes de noviembre. De no observarse lluvias en el este o de mostrarse un patrón deficitario, el panorama puede complicarse sobre este sector y sería una evidencia de una continuidad del mal posicionamiento del sistema de alta presión del Atlántico.