"Casi la totalidad de la superficie de maíz de primera está sembrada; la
falta de humedad retrasó la siembra de la gramínea en la zona núcleo, ubicando
más del 60% del área sembrada con retraso respecto de la fecha ideal", analizó
el técnico del INTA Juan Pablo Ioele.
Para el técnico, si bien el estado del cultivo es, en general, bueno. Hay zonas
donde se sembró bastante superficie antes de las intensas lluvias del 25 de
octubre, que registraron en algunas localidades valores superiores a los 100
milímetros.
"Esa lluvia provocó en numerosos lotes un planchado del terreno impidiendo a
algunas plantas germinar correctamente, especialmente en lotes movidos o con
falta de cobertura", explicó.
Según expresó, "el desafío" que viene a partir de ahora es encontrar el "hueco" para poder entrar al lote a realizar la fertilización nitrogenada, tarea que necesariamente tendrá que contemplar no solo la capacidad del suelo de soportar el tránsito después de estas lluvias, sino también tener muy presente las probabilidades e intensidades de las lluvias que vengan.
"En la zona estamos entre 500 y 600 mm en lo que va del año y el promedio ronda los 980 mm anuales", precisó.
En la región, el atraso en el maíz produjo un solapamiento con el inicio de la siembra de soja de primera.