El silo bolsa se convirtió en uno de los grandes inventos de los últimos tiempos, y ha logrado felicitar enormemente el manejo y la conservación de los granos en el campo. Para aprovechar al máximo su rendimiento, Clarín y Sonja Begemann brindaron ocho secretos fundamentales.
Es primordial no colocar las bolsas donde el agua se acumulará o en un área de alta presencia de animales salvajes. Lo ideal es colocarlo en un área alta con una pendiente en la que dos tercios de la bolsa puedan ir cuesta arriba y el último tercio cuesta abajo, para asegurar que el agua se aleje.
Por otra parte, respecto a los daños, puede haber soluciones simples. Las pequeñas rajaduras se deben arreglar rápidamente con cinta adhesiva, para que no se agranden y el plástico se abra en dos. Con respecto a los insectos, están más limitados en el silo bolsa porque no hay acceso a oxígeno. En este caso, si ve daños por los insectos, es probable que esté al final de la bolsa, donde se cierra.
Los roedores, como ratones y ratas, pueden ser problemáticos. Un truco fácil para mantenerlos alejados es esparcir la urea seca donde planea colocar la bolsa. A los animales no les gusta el olor del amoníaco y se mantendrán alejados.
Para mamíferos más grandes, que podrían comenzar a atacar la bolsa si se dan cuenta de que está llena de maíz o soja, es importante mantener tapados los agujeros para que no aprendan lo que hay en la bolsa. Además, se los puede distraer al alimentar a la hacienda a más de 500 metros de distancia de la bolsa, para que los intrusos permanezcan donde sea más fácil acceder a los alimentos.
“Tenemos clientes que almacenan maíz en el rango de humedad de 25% a 30%, pero a muy corto plazo, de dos a tres meses", dice Doug Haley, quien se encarga del desarrollo de productos, el diseño y la capacitación de distribuidores para Loftness Manufacturing, una empresa con sede en Minnesota que vende bolsas de granos en los Estados Unidos y Canadá.
Por último, otro de los secretos es cortar la hierba alrededor de la bolsa de granos para mantener las malezas alejadas. De esta manera, se evita que los animales hambrientos mastiquen las malezas, las malezas luego golpean la bolsa y faciliten la extracción del grano.
Haley recomienda que los productores se aseguren de inspeccionar esas bolsas de granos semanalmente o incluso más a menudo si tienen muchos animales cerca, para así asegurarse de que no causen daño. Porque una vez que se den cuenta de que hay comida dentro de esas bolsas, seguirán regresando.