El proyecto de modificación del Impuesto sobre los bienes personales que
duplica el mínimo no imponible pero aplica alícuotas progresivas cada vez más
altas mereció críticas de los tributaristas por cambiar las reglas de juego que
se prometieron para el blanqueo, atentar contra la seguridad jurídica y
ahuyentará las inversiones.
Pero también hicieron hincapié en la eliminación de la exención para los
inmuebles rurales. “Con la exorbitante suba del valor de la tierra que hizo la
gobernadora María Eugenia Vidal, el campo va a financiar el déficit del país”,
aseguró Marcelo Rodríguez, de MR Consultores.
La eliminación de la exención se debe a que antes por los terrenos
arrendados, desocupados o las explotaciones unipersonales se pagaba Impuesto a
la Ganancia Mínima Presunta, caso en el que no regía Bienes Personales.
Como se derogó Ganancia Mínima Presunta, ahora todas las personas humanas que
tengan campos pagarán el impuesto patrimonial de Bienes Personales, según el
proyecto de ley del Gobierno.
El 6,5% registrado en septiembre superó a la suba de precios de varias naciones
a lo largo de 2017, según informe Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por
sus siglas en inglés) del FMI. El país terminará el año entre los cinco con más
inflación del mundo.
Algunos comentarios en los pasillos del 20º Simposio sobre Legislación
Tributaria del Consejo Profesional de Ciencias Económicas porteño señalaban que
la suba en la valuación de los campos rurales de la provincia de Buenos Aires
habría llegado a ser de entre 10 y 20 veces el valor fiscal que tenían hasta
ahora algunas parcelas.
De esta manera, “el campo va a financiar el déficit del Estado, más allá de
que también aportarán mucho los que blanquearon dólares”, dijo Rodríguez.
También hubo críticas en los corrillos de contadores a la discriminación del
contribuyente local respecto del sujeto del exterior con bienes en el país.
Según explicó Marcelo D. Rodríguez, ese sujeto del exterior sigue pagando con
la alícuota de 0,25%, aunque por todo el patrimonio en Argentina, ya que no
tiene mínimo no imponible.
En cuanto a las acciones, cuando paga Bienes Personales la sociedad local,
como responsable sustituto de un accionista local persona humana o un accionista
del exterior que es una sociedad, la alícuota también sigue en 0,25%, puntualizó
Rodríguez, y añadió que cuando el accionista es una sociedad argentina, no paga
lógicamente Bienes Personales.
El proyecto lleva el mínimo no imponible a $ 2 millones. En cuanto a la
alícuota, entre $ 2 millones y $ 5 millones será de 0,25%. Los que declaren
bienes de entre $ 5 millones y $ 10 millones, abonarán el 0,50%, y a partir de
los $ 20 millones, se aplicará un 0,75%.
Al respecto, el tributarista Carlos Quain dijo que la suba del mínimo no
imponible, aunque beneficia al tramo con menos capacidad contributiva, no
alcanza a compensar la inseguridad jurídica que provoca. “Cambia las reglas de
juego, cuando el Gobierno se había comprometido a no aumentar impuestos
patrimoniales”, dijo.
Para Quain, “quienes blanquearon dólares, que ahora deben multiplicarlos por cuatro, y a quienes se prometió una reducción de Bienes Personales, se sentirán defraudados”.
Cesar Litvin, de Lisicki, Litvin & Asoc, “esta adenda al Pacto Fiscal, que
permite dejar de lado el compromiso de no aumentar Bienes Personales, es una
mala señal”.
“Este aumento es un cambio en las reglas de juego que provocará desconfianza
en los posibles inversores a la hora de traer proyectos a la Argentina”, dijo
Litvin.
Y añadió que “la medida va a contrapelo de los objetivos del paquete de
reforma fiscal 2018”
Litvin ejemplificó que alguien que tiene un patrimonio de u$s 500.000 va a
tributar a una alícuota de 0,75%, lo que implica un aumento del 190% del
impuesto que pagaría con el tratamiento original.
Teresa Gómez, del estudio del mismo nombre, comentó que “no se puede cambiar
en octubre un impuesto que fue modificado en diciembre, porque eso trae una
inseguridad jurídica permanente. Según lo que trascendió, estaríamos hablando de
un aumento del 300% del impuesto, aunque se duplicó la base imponible”,
manifestó.
Gómez enfatizó que “seguimos en el mismo camino; no tenemos un sistema tributario”.